La preocupación por la salud mental continúa centrando el foco de las políticas de las administraciones públicas como parte de sus agendas, más si cabe tras el impacto de la pandemia. La magnitud del problema toma cuerpo en cifras: uno de sus trastornos más prevalentes, como es la depresión, afecta en España a una de cada cinco mujeres y uno de cada diez hombres. Profundamente vinculado está el suicidio, motivo de fallecimiento de alrededor de 3.940 personas en territorio nacional en 2020.

Este ha sido el telón de fondo manejado en el Foro Depresión y Suicidio, que en esta ocasión se ha centrado en la realidad de Galicia, organizado por la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) y la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental (FEPSM), con la colaboración de Janssen.

El conselleiro de Sanidade de la Xunta, Julio García Comesaña, ha sido el encargado de la bienvenida institucional de la cita, en la que ha puesto de relieve los ejes sobre los que pivota el Plan regional de salud mental post COVID-19 2020-2024, uno de ellos con la mirada puesta en los recursos humanos.

“La Xunta prevé la creación de 241 nuevas plazas de personal especialista en salud mental”

Julio García Comesaña, conselleiro de Sanidade de Galicia

“Prevé la creación de 241 nuevas plazas de personal especialista en salud mental; desde su puesta en marcha, el Sergas ha contratado ya 125 nuevos profesionales. Los presupuestos para 2023 contemplan la creación de otras 61 plazas más para cumplir este objetivo”, señaló el responsable.

De manera complementaria, el Parlamento gallego aprobó una ley impulsada por la Xunta. El objetivo de la misma, según explicó Comesaña, es “atraer a todos los profesionales disponibles al sistema sanitario público, convocando mediante concurso de méritos las plazas de psicología, psiquiatría y enfermería especialista, que derivan de este Plan”.

Respuesta en suicidio

Con un Plan de Prevención del Suicidio diseñado en 2017, el Plan de Salud Mental post COVID-19 vino a reforzar los objetivos reflejados en el primer documento, tal y como destacó María Tajes, coordinadora de Salud Mental de la Dirección General de Asistencia Sanitaria del Servicio Gallego de Salud. “Introduce cinco líneas estratégicas y un presupuesto ambicioso de 83 millones de euros. También prevé la creación de nuevos dispositivos y recursos en el ámbito de la atención”.

Entre ellas, unidades de prevención intensiva de la conducta suicida en las siete áreas sanitarias. Según profundizó el conselleiro, “en el año 2019, en Galicia solo había una unidad de prevención del suicidio, en Ourense”. No obstante, “esta cifra ascenderá el presente año hasta las seis, al añadirse la puesta en marcha de las de A Coruña, Vigo, Ferrol, Lugo y Pontevedra”, avanzó.

“Hemos presentado un protocolo de prevención del suicidio en el ámbito sanitario y educativo”

María Tajes, coordinadora de Salud Mental de la Dirección General de Asistencia Sanitaria del Servicio Gallego de Salud

Tajes resaltó, además, el último proyecto diseñado por el departamento gallego en suicidio: un protocolo de prevención y actuación en el ámbito sanitario y educativo ante el riesgo en la población infanto-juvenil, en el cual tomaron parte tres direcciones generales y fue coordinado junto a la consejería de Educación.

Entre sus acciones específicas destaca la incorporación de un protocolo fundamentado en el modelo Youth Aware of Mental (YAM), del Instituto Karolinska. “Este método aborda la prevención del suicidio en el ámbito escolar. Ha sido reconocido por la OMS o Save de Children como un programa que ha demostrado eficacia en la reducción de la incidencia de tentativas, al contrario que otras estrategias más clásicas”, abunda la responsable.

Tanto Tajes como Comesaña incidieron en la idea de que este protocolo supone “la primera vía rápida derivación de salud mental estructurada de manera análoga en todas las áreas sanitarias”. Un cambio en la organización de la atención para priorizar la valoración del riesgo suicida en la adolescencia. Adicionalmente, se ha creado Código Agarimo, dentro del sistema Alerta Escolar del 061 para la atención del riesgo suicida.

La realidad comunitaria, en cifras

Galicia es la segunda comunidad autónoma con mayor número de personas que fallecen por suicidio en España, según reflejan los datos de 2021 del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga). Además, la tasa de suicidio consumado en la región es mayor que la media española. Sobre ello Daniel Núñez, psiquiatra del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, acotó durante el encuentro que la equivalencia es de “casi un suicidio al día” para un total de 331 personas fallecidas por esta causa. 

Para el especialista, el auténtico valor estadística es “analizar qué ha podido ocurrir”, dado que, aunque la cifra siga lejos del máximo alcanzado en 2014, “invierte una tendencia a la baja”. Del mismo modo, Núñez apunta que, si bien esta conducta es más frecuente en varones, “la tendencia en mujeres está aumentando”. Sin embargo, precisó que el perfil más repetido sigue siendo el de un hombre entre 50-80 años.

La depresión es la enfermedad más relacionada con esta conducta, pues hasta un 15 por ciento de las personas que la padecen se suicida. Su cuadro más grave, la depresión mayor, “presenta una prevalencia del 7,27 por ciento de la población gallega”, según Núñez, que explica que, sumando todos sus tipos, la comunidad se ubica en la parte alta de la tabla por número de casos.

A pesar de ello, el psiquiatra matiza que, a pesar del volumen de casos de la comunidad, Galicia se sitúa “en la parte media-baja” de la tabla respecto a otras CC. AA respecto a su severidad.


“La población gallega presenta una prevalencia de depresión mayor del 7,27%”

Daniel Núñez, psiquiatra del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol

“Por cada euro invertido en salud mental, se retorna cinco euros a la sociedad”

José Manuel Olivares, jefe del servicio de Psiquiatría del Área Sanitaria de Vigo

En España, el coste de la depresión representó más de 6.000 millones de euros en 2017, la mayor parte del mismo relacionado con costes indirectos, como bajas o incapacidades. Esta realidad se extrapola a Galicia, donde las hospitalizaciones relacionadas con episodios depresivos mayores se cifraron en 248 en el año 2018, con una estancia media de casi 26 días por ingreso de paciente y con un coste que superó los 5.500 euros.

Por tanto, tal y como subrayó José Manuel Olivares, jefe del servicio de Psiquiatría del Área Sanitaria de Vigo, “por cada euro invertido en salud mental se retornan cinco euros a la sociedad”, recalcó. Una necesidad acuciante, más si cabe tras la pandemia. Según el especialista, en la etapa más aguda de la COVID-19 ya comentó en el ámbito hospitalario que “tardaríamos dos años en acabar con el virus, pero una década en hacerlo con sus consecuencias”.

Acción política

Una representación del Parlamento gallego no ha querido perderse el Foro Depresión y Suicidio, en el que han puesto de relieve su papel como actor fundamental en el impulso de iniciativas para mejorar la salud mental. A este respecto, Julio Torrado Quintela, portavoz de sanidad del Grupo Parlamentario Socialista en la región, reconoció la preocupante realidad en datos. “La política ha fallado a la salud mental históricamente; ahora hay un cierto resurgimiento por la visibilidad que se le está dando”, ha indicado.

Según el diputado del PsdeG, el momento actual precisa del establecimiento de programas y protocolo cimentados en un modelo asistencial concreto. “La segunda pata la sostienen los recursos humanos y materiales. No hay protocolo que funcione sin dinero y personal; sin ellos, hacemos política ficción”, abundó.


“Sin dinero y personal en salud mental, hacemos política ficción”

Julio Torrado Quintela, portavoz de sanidad del Grupo Parlamentario Socialista en Galicia

“Un Plan Nacional de Prevención del suicidio daría más equidad en la respuesta”

Encarna Amigo, portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario Popular de Galicia

Del mismo modo, Torrado apuntó que “el tiempo de espera para la primera consulta en Galicia”, así como necesidad de mejorar en consecuencia la accesibilidad a la atención, apuntando a la importancia de una “mayor conectividad y vinculación con atención primaria”. Encarna Amigo, portavoz de Sanidad del Grupo Parlamentario Popular de la comunidad, también dio la visión de su formación, destacando que “la salud mental está en la agenda de la Xunta”.

La diputada regional del PP concordó en la fundamental importancia de los profesionales como “principal desafío del sistema sanitario”, haciendo hincapié en la “falta de especialistas mental y médicos de atención primaria”. A este respecto también resaltó la relevancia de las urgencias en suicidio, así como el importante papel de la formación para dar respuesta desde este nivel, para el cual reclamó la creación de su especialidad.

En última instancia, Amigo reclamó un plan estratégico a nivel nacional para “fundir” los planes regionales para dar más equidad en la respuesta a la conducta suicida. Su llegada, aseguró, contribuiría a “unir las inquietudes de todas las CC. AA.”.

Voz y participación de los pacientes

Ana Martínez, psicóloga y directora del Centro Terapéutico de Menores Chavea (Fundación Lar) y voluntaria de la asociación, ha sido la encargada de trasladar la perspectiva de los pacientes, planteando las necesidades en depresión y suicidio. A este respecto, apreció que “el seguimiento debería ser más estrecho”, así como la importancia de un papel más activo en el diagnóstico de la depresión en atención primaria.

“El primer contacto se produce más tarde de lo deseable, necesitamos menor demora y mayor tiempo en consulta”

Ana Martínez, psicóloga y directora del Centro Terapéutico de Menores Chavea (Fundación Lar) y voluntaria de la asociación

“El primer contacto se produce más tarde de lo deseable, necesitamos menor demora y mayor tiempo en consulta”, demandó. Adicionalmente, señaló como valor adicional el refuerzo de la psicoterapia de manera complementaria al tratamiento farmacológico, además del deber de “mejorar la coordinación entre profesionales de diferentes servicios asistenciales”.

Por otro lado, Martínez resaltó el trabajo realizado por la Fundación junto a la Xunta alrededor del Programa Vi-DA, enmarcado en la primera línea estratégica del Plan de Prevención del Suicidio de Galicia. Su objetivo, explicó, es la prevención y detección de la depresión y la conducta suicida en la población infanto-juvenil. Concretamente, menores que presentan factores de riesgo de problemas de salud mental por sus circunstancias sociales y de vulnerabilidad.


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