La Eurocámara aprobó la Estrategia farmacéutica Europea el pasado 24 de noviembre. El informe final había sido presentado por la eurodiputada española Dolors Montserrat. Pues bien, el protagonismo nacional en esta estrategia seguirá. En su desarrollo sobre el terreno. “La EFE será una prioridad en la Presidencia española de la UE en 2023”. Palabra de ministra.

Carolina Darías así lo ha avanzado en su intervención en los Premios y Medallas del Consejo General de Farmacéuticos celebrado este 14 de diciembre en Madrid. Asimismo, Darías ha indicado que “en la UE la Farmacia cada vez tiene una dimensión mayor”, para poner en valor tanto el papel de los profesionales farmacéuticos —“gracias por servir a nuestro país”, ha indicado— como de la industria “por su esfuerzo sin precedentes en la investigación”, en la actual crisis sanitaria.

La ministra ha defendido la necesidad de contar con una Europa con autonomía y suficiencia en cuestiones estratégicas como la producción de determinados productos críticos en emergencias sanitarias. En esta misma línea, la Comisión y las presidencias que precederán a la española irán avanzando en sucesivos paquetes legislativos “para los que el Ministerio de Sanidad cuenta con expertos de primer nivel en los distintos grupos de trabajo”.

Objetivos de la Estrategia

Cabe recordar que la nueva estrategia “inaugura la década europea de la salud, la innovación y la investigación, con una dimensión más social de la Unión Europea”, según la defendió su ponente Dolors Montserrat.

La Estrategia Farmacéutica de la UE no es legislativa, pero de ella cuelgan muchas directivas. La Comisión Europea ya se ha puesto en marcha y ha comenzado el proceso legislativo de todos los textos legislativos que acompañan a la Estrategia. En estos momentos, se encuentra revisando la legislación farmacéutica de la UE, que se prevé actualizar en 2022.

En concreto, sus objetivos son: poner al paciente en el centro de todas las políticas farmacéuticas; garantizar a los pacientes el acceso a los tratamientos más avanzados en el menor tiempo posible; dar respuesta a las necesidades terapéuticas no cubiertas, como las enfermedades raras, el cáncer infantil, las neurodegenerativas o la resistencia a los antibióticos; apostar por una industria farmacéutica competitiva; velar por la sostenibilidad de los sistemas sanitarios; y reforzar a la UE como líder mundial en salud.