España ante el reto de alcanzar y superar el 7% del PIB en sanidad pública

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En 2021 la inversión pública en sanidad alcanzó el 7,3% del PIB con 87.941 millones de euros. El gasto per cápita en España ascendió en ese año hasta 1.858 euros por habitante.

La pandemia obligó a realizar inversiones excepcionales en todo de tipo de recursos asistenciales, humanos y económicos. Por su lado, la Unión Europea se dio cuenta de que la salud no era ya un asunto exclusivamente regional y decidió que iban a lanzar programas sobre los principales problemas y retos planteados en el continente. La ventaja de los programas europeos es que siempre tienen dotación presupuestaria, a diferencia de las Estrategias Nacionales, sin presupuesto directo asociado.

Sabiendo que España se sitúa por debajo de los países de su entorno en inversión en sanidad pública en relación al PIB, podría haber sido un cambio de tendencia el observado en 2021, pero deja una sensación agridulce con los datos que ha comunicado el ministerio de Hacienda.

Se alcanza el 6,9% del PIB

En 2022, la inversión pública en sanidad ha retrocedido hasta el 6,9% del PIB, una cifra que no variará hasta 2026, lo que implica que no bajará. El ministerio de Hacienda ha actualizado el Programa de Estabilidad 2023-2026 que ha remitido a la Comisión Europea. Por su lado, Defensa y Protección Social experimentarán incrementos del 0,1% del PIB en 2025 y 2026.

Maria Jesús Montero, ministra de Hacienda, afirmaba en el Congreso de los diputados en febrero de 2020 que «hay que seguir trabajando para que la sanidad vaya en la línea del 7% del PIB«. En la misma comparecencia, la ministra declaraba que se iniciaría en breve el contacto con las formaciones políticas para consensuar las consideraciones sobre la inversión en sanidad. Han pasado más de 3 años y no existe aún un consenso sobre qué peso debe tener la inversión en la sanidad pública sobre el PIB, aunque nos aproximamos a la cifra comprometida.

«Es un buen logro casi alcanzar la cifra prometida por el Gobierno, pero la realidad nos dice que se quedará corta porque las necesidaDes son mayores»

En noviembre de 2019 el acuerdo de Gobierno de coalición entre el Partido Socialista y Unidas Podemos. En materia sanitaria se acordó en el programa conjunto que en 2023 se alcanzaría el 7% del PIB.

Es un buen objetivo casi alcanzar la cifra prometida por el Gobierno, pero la realidad nos dice que ésta se quedará corta porque las necesidades son mayores. Es preciso tener en cuenta los factores socio demográficos, especialmente el envejecimiento poblacional y la morbimortalidad asociada. Además, existe una idea general de que es preciso actualizar salarios de los profesionales sanitarios, proporcionar más recursos a la atención primaria, incrementar la inversión en investigación médica y mejorar el acceso a la innovación.

Algunas de estas partidas, incluidas en otros ministerios como el de Ciencia y Tecnología, han tenido una mejora notable en 2023. La situación actual de inversión en sanidad, no obstante, no permite hacer frente a todas las necesidades y es preciso empezar a definir qué es lo realmente prioritario en relación a otros ministerios con gasto social, y qué quiere la sociedad. Todas las políticas sociales son necesarias, sin duda, pero de entre todas nadie duda de que la sanidad es una prioridad. Y sin salud, ni la economía ni la sociedad avanzan.

Relevancia política de la sanidad

¿Qué relevancia debe tener la sanidad en inversión en nuestro país? Si la referencia son los países de nuestro entorno, debemos acercarnos al 8% del PIB.

Las fórmulas y las soluciones para que la sanidad tenga los recursos necesarios las deben proporcionar los partidos de Gobierno, con sus mentes y capacidades. Aunque la sanidad esté transferida a las CC.AA., los recursos totales deberían ser una cuestión de Estado, una decision con un amplio consenso y apoyo parlamentario. Si no es posible, será el Gobierno de turno quien decida, sin duda, sobre cómo organizar sus presupuestos.

No obstante, existe la necesidad de acordar de forma amplia una inversión de país en Sanidad, con Gobierno y oposición de acuerdo, si eso es posible. Porque es preciso adecuar la inversión en sanidad pública al 7,5% del PIB en 1 ó 2 años, para que España se acerque a la posición de los países de su entorno, y afronte sus retos.

Programas electorales

Acercándonos a la elaboración de los programas electorales de las Elecciones Generales de 2023 (previsiblemente en noviembre o diciembre), sería interesante comprobar si la inversión en sanidad vuelve a incluirse en dichos programas. Es precisa una inversión que sea capaz de hacer frente a las necesidades. Y es cierto que, a la hora de priorizar, las posturas políticas si influyen en cómo afrontar la inversión en la sanidad pública.

Los programas políticos resultan esenciales para establecer las prioridades y las soluciones a los retos que se identifican. Sobre todo porque se observa con claridad en qué se pone el foco y qué soluciones aportan, desde la experiencia y el conocimiento, los integrantes de cada lista electoral. «Videbimus, videbimus…videamus«.