Profesionales del Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz han presentado los resultados de un estudio observacional realizado durante 15 años sobre la efectividad de trastuzumab adyuvante en pacientes con cáncer de mama. La investigación ha estado coordinada por José Manuel Baena, jefe de sección del Servicio de Oncología Médica de este centro y coordinador provincial del programa de onco-hematología del Instituto de Investigación e Innovación Biomédica de Cádiz (INiBICA).

El cáncer de mama es el tumor más frecuente en mujeres, con un incremento progresivo de nuevos casos (entre otros, por los programas de detección precoz) pero también con mejora de la supervivencia, gracias a la efectividad de las nuevas terapias. No obstante, cuando se habla de cáncer de mama hay que tener en cuenta que existen diferentes subtipos y desde el punto de vista molecular destacan tres: luminal, triple negativo y HER2.

Precisamente este último, que corresponde al 15-20 por ciento de los casos, se asocia a mayor agresividad y peor pronóstico, motivo por el que el servicio de Oncología Médica del Hospital Puerta del Mar diseñó un estudio observacional, en el que se analizan los resultados en salud, en términos de supervivencia y toxicidad en los últimos quince años, de aquellas pacientes que recibieron trastuzumab, un anticuerpo monoclonal humanizado contra dicha sobre-expresión del oncogen HER2, en este tipo de tumores localizados y desde su aprobación en España en el año 2006.

Este fármaco, pese a haber demostrado en los ensayos clínicos principales un claro aumento de supervivencia cuando se combina con la quimioterapia, puede presentar un efecto adverso que es fundamental identificar, su toxicidad cardíaca.

Para detectar su efecto adverse, se realizan trimestralmente controles ecográficos del corazón a las pacientes y, en caso de objetivar signos sospechosos de daño cardíaco, se interrumpe la administración del medicamento. Sin embargo, en gran parte de las ocasiones, esta toxicidad es reversible y puede retomarse el fármaco cuando se normaliza la función cardíaca. La administración de este tratamiento tiene lugar cada tres semanas durante un año, considerándose como óptimo recibir, al menos, 17 ciclos.

Se presentan resultados muy positivos en el tratamiento adyuvante y también neoadyuvante, ya que prácticamente la mitad de las que recibieron trastuzumab previo a la cirugía obtuvieron una respuesta patológica completa del tumor a la hora del procedimiento quirúrgico

De un total de 1.479 mujeres tratadas en Cádiz entre enero de 2006 y diciembre de 2020, 275 (20 por ciento) presentaron sobreexpresión de HER2. La mediana de edad fue de 53 años y prácticamente en su totalidad presentaban una buena calidad de vida y pocas o ningunas enfermedades añadidas. Las pacientes mayores de 65 años y las que desarrollaron efectos tóxicos cardíacos fueron las que tuvieron mayor predisposición a no completar el año de tratamiento. Del 25 por ciento de las mujeres que suspendieron el trastuzumab, la gran mayoría lo hizo por su toxicidad cardíaca, aunque generalmente se presentó de forma asintomática en los controles ecográficos y dicho efecto adverso se objetivó con mayor frecuencia en las que recibieron también radioterapia.

El 88 por ciento no había sufrido recaída del tumor a los 5 años y entre el 93 por ciento y el 88 por ciento se mantenían vivas a los 5 y 10 años respectivamente

No obstante, el tratamiento principal en estos tumores localizados es la cirugía y, según sus características, la quimioterapia y trastuzumab se deciden administrar antes de la misma con intención de reducir el tamaño de la lesión o después (adyuvante), para prevenir su recaída. Se presentan resultados muy positivos en el tratamiento adyuvante y también neoadyuvante, ya que prácticamente la mitad de las que recibieron trastuzumab previo a la cirugía obtuvieron una respuesta patológica completa del tumor a la hora del procedimiento quirúrgico.

En cuanto a los eventos, el 9,16 por ciento desarrollaron metástasis y el 9,4 por ciento fallecieron, la mayoría por el propio cáncer de mama. Sin embargo, el análisis de supervivencia arroja resultados muy esperanzadores, el 88 por ciento no había sufrido recaída del tumor a los 5 años y entre el 93 por ciento y el 88 por ciento se mantenían vivas a los 5 y 10 años respectivamente, cifras muy alentadoras para seguir avanzando en la investigación de terapias que permitan a las pacientes con cáncer de mama tener mayor supervivencia, manteniendo una buena calidad de vida.


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