El Ministerio de Sanidad ha dado luz verde a la financiación de Olumiant (Barcitinib, Lilly), primer tratamiento aprobado para alopecia areata grave (AA) en adultos. La llegada de este fármaco marca el inicio de una nueva era en el tratamiento de esta enfermedad inflamatoria autoinmune, que puede derivar en la pérdida total del cuero cabelludo y presentar un gran impacto psicológico en los pacientes afectados.

“Hasta ahora no existían fármacos aprobados para AA. El tratamiento se llevaba a cabo con fármacos fuera de indicación, mal tolerados y con efectos secundarios”, ha resaltado Sergio Vañó, presidente del Grupo Español de Tricología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), quien ha incidido en que esta innovación es fruto de más de 10 años de investigación en la patología.

Según los datos disponibles, un dos por ciento de la población global sufre AA y la afectación grave representa un 25 por ciento de los pacientes, siendo su mayor impacto el psicológico en forma de estrés, ansiedad o depresión. De la misma forma, puede debutar tanto en hombres como en mujeres y existen dos picos de incidencia: el primero en la infancia/juventud y el segundo en la edad adulta (30-40 años).

“La enfermedad afecta al cuero cabelludo, causando placas de alopecia en los casos leves, Sin embargo, puede evolucionar hacia una afectación más grave, incluyendo la pérdida del vello de las cejas y las pestañas, circunstancia que puede provocar la erosión de las corneas”, ha explicado el dermatólogo.

Para calcular la gravedad de la AA se utiliza la escala SALT, que evalúa la caída de cabello en la alopecia. La definición de AA grave se establece por una puntuación de SALT ≥50. “El objetivo de los ensayos clínicos es alcanzar una recuperación del 80 por ciento del pelo”, ha resaltado Vañó.

Presentación de Olumiant (Barcitinib, Lilly).

En los ensayos clínicos BRAVE-AA1 (fase II/III) y BRAVE-AA2 (fase III) se observó que el 34 por ciento de los pacientes tratados con Olumiant consiguieron una puntuación <20 en la escala SALT a las 36 semanas de comenzar el tratamiento, lo que equivale a una repoblación de al menos el 80 por ciento del pelo del cuero cabelludo, aumentando hasta un 39 por ciento, es decir, cuatro de cada 10 pacientes en la semana 52. Y cuatro de cada 10 que no llegaron al 80 por ciento de repoblación de pelo en la semana 52 lo consiguen más adelante. También se observaron efectos significativos en la repoblación del vello de las cejas y las pestañas.

“Es un día importante para Lilly. La presentación de un fármaco siempre es un momento de orgullo, pero más cuando se trata de una enfermedad para la que no habia ningún tratamiento”, ha expresado José Antonio Sacristán, director médico de Lilly España. Además ha resaltado que los resultados de los estudios han sido publicados en The New England Journal of Medicine.

En este sentido, Sacristán ha recordado la importancia de invertir en investigación. “Lilly es una empresa que se fundamenta en la innovación, siendo España uno de los países donde la compañía destaca notablemente su participación e inversión. De hecho, esta inversión continuada nos ha permitidos desarrollar 20 fármacos en los últimos 10 años, sin contar con nuevas indicaciones”, ha añadido el director médico.

Baricitinib es un inhibidor de las enzimas JAK de administración oral, que también tiene indicación para artritis reumatoide de moderada a grave y dermatitis atópica de moderada a grave en adultos.

Impacto emocional de la enfermedad

Más allá de la pérdida del pelo en el cuero cabelludo y del vello del rostro y el cuerpo, los expertos han insistido en que la AA presenta un gran impacto en la salud psicológica. Multitud de estudios han demostrado dicha relación, que se manifiesta especialmente en forma de ansiedad, estrés y déficits sociales y funcionales.

En este sentido, Conchi Botillo, paciente y presidenta de la Asociación de Alopecia de la Comunidad de Madrid, ha relatado el shock emocional que suponen tanto los primeros síntomas de la enfermedad como el diagnóstico de la misma. “Es una sensación horrorosa que tu alrededor banaliza e invalida por la falta de conocimiento”, ha argumentado.

Botillo ha explicado la importancia de la ayuda psicológica para poder “seguir adelante” y aceptar “la nueva imagen” que presenta tu rostro. Asimismo, ha expuesto el estigma y el desconocimiento de la sociedad ante la enfermedad, lo que dificulta el reconocimiento de la misma, provocando que las personas lo confundan con otras patologías como enfermedades oncológicas debido a la pérdida del pelo.

Un estigma que es especialmente alto en las mujeres debido a la mayor aceptación social de la alopecia masculina frente a la alopecia femenina. “Supone una gran satisfacción saber que se están invirtiendo recursos en la investigación de esta enfermedad”, ha resaltado.

Por su parte, Sandra Ros, psicóloga adjunta del Servicio de Dermatología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau (Barcelona), ha explicado que los pacientes se enfrentan a una “pérdida de autoimagen” y se e sienten “otra persona”. Asimismo, la ansiedad y el estrés de vigilar la continua caída del pelo acaba desembocando en cuadros ansiosos depresivos. “Cerca del 40 por ciento padecen trastorno ansioso depresivo y muchos debutan con trastornos adaptativos“, ha puntualizado.


También te puede interesar…