| viernes, 04 de marzo de 2011 h |

Pablo Martínez, periodista e historiador

Comentaban el otro día mis amigos farmacéuticos su escepticismo ante el proyecto de unidosis de ibuprofeno y paracetamol que ha puesto en marcha el Gobierno. Hablaban de los precios, alguno sacó la calculadora para pasarlos a pesetas, dado que con los céntimos de euro decía que no tenía perspectiva. Señalaban lo raro que resultaba que hubiera surgido un fabricante nuevo, desconocido en el sector, dispuesto a esta aventura. No paraban de comentar que, según parece, la distribución obligará a comprar lotes de cien unidosis como mínimo para cubrir los costes. No veían claros los ahorros de la Administración. Ni la respuesta de los médicos ante tener que hace tres recetas dado que cada unidosis lleva su cupón precinto. En líneas generales, les parecía una ocurrencia en medio de la borrasca de insuficiencia presupuestaria del Sistema Nacional de Salud, en la que prácticamente cada semana cada comunidad autónoma utiliza la creatividad para articular alguna medida de ahorro en farmacia.

Literalmente no entendían nada de lo que está pasando. Yo, que tampoco lo entiendo, tuve también una ocurrencia y les dije que casi estaba convencido de que los responsables de la política farmacéutica del Ministerio de Sanidad, que no sabían cómo salir del embrollo en el que estaban metidos, habían decidido imitar a los guionistas de la serie de televisión norteamericana Perdidos (Lost), ya saben, la historia de los supervivientes de un accidente aéreo en una isla perdida del Pacífico, que cada vez retuercen más y más el guión, incluso con realidades alternativas, para un seguir sin fin.

Desde mi punto de vista, los guionistas de Perdidos no tienen un final coherente de su historia, pero son capaces de embrollarla más y más para mantenerse en antena una temporada tras otra. En el Ministerio de Sanidad que comanda Leire Pajín creo que les pasa lo mismo con respecto a cómo sostener la prestación farmacéutica sin tocar la situación actual de los pacientes, y al igual que en Perdidos han optado por alargar la historia retorciendo aquello a lo que pueden llegar fácilmente, y no tocar nada de lo que les complique la vida.