Cuando todos los indicadores, los especialistas, las sociedades científicas, gestores, compañías y economistas alertan de que las cosas deben mejorar en materia de acceso y evaluación de medicamentos, es que algo no estamos haciendo bien.
Problema crónico en España
No seré yo quien señale donde está un problema crónico que sitúa a España mal en la disponibilidad de medicamentos innovadores. Es un hecho irrefutable, no es nuevo, y ligeras mejorías en cuestiones como transparencia no están resolviendo el problema de base.
Los que dicen que se trata de un problema que afecta principalmente al ministerio de sanidad deberían reflexionar sobre el papel de las Comunidades Autónomas.
¿En cuántas ocasiones el acuciante problema del acceso a la innovación y sus retrasos han sido objeto de análisis en el seno del Consejo Interterritorial del SNS (CISNS)? La respuesta es ninguna vez. Porque cuando la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM) rechaza una aprobación de precio y financiación, ninguna CC.AA. presente, que son todas, ni las tres con voto, objetan nada.
“Esta faLta de universalidad en el acceso a la prestación farmacéutica innovadora está poniendo en riesgo la salud y el bienestar de nuestra sociedad”
Algunos dirán que bastantes competencias en farmacia tienen ya los responsables autonómicos como para enmendar la plana en sus decisiones al CIPM y al ministerio de sanidad.
Pero quizás es que no tienen, dichas direcciones de farmacia autonómicas, el tiempo y los recursos para opinar y expresarse en el seno de la CIMP. Y si, por el contrario, tienen la capacidad de opinar y no lo hacen, el problema es más complejo de resolver.
Las posturas del sector
Los economistas de la salud, sus miembros y también la propia asociación AES, tratan de no herir sensibilidades de propios y ajenos en sus recomendaciones. Por eso vienen indicando potenciales mejoras en el sistema de precio y reembolso de los medicamentos.
Los economistas de la salud tienen claro su deseo de un modelo NICE, por ejemplo. El propio NICE también ha querido mejorar en materia de acceso con nuevas propuestas, porque se reinventan continuamente, como cualquier organismo autónomo y prestigioso.
Los economistas de la salud en España realizan recomendaciones en materia de evaluación de medicamentos, tratando de que sea una crítica constructiva y sin ser vehemente.
Quizás es conveniente recordar que una tortilla no se puede hacer sin romper los huevos.
Las sociedades científicas se sienten excluídas
Las sociedades científicas lo tienen más claro en cuanto a lo que reivindican. Quieren participar en las decisiones que requieran de su expertise, como especialistas cualificados y como sociedades.
FACME ha trasladado su preocupación por la ausencia de evaluadores cualificados. Diversas sociedades científicas (CC.AA.) han proporcionado recomendaciones concretas dirigidas al ministerio de sanidad con areas de mejora en la evaluación y el acceso a la innovación en España.
“La innovación no está en la foto de la universalidad, y no se la espera”
España se sitúa al frente de la investigación clínica en Europa. Eso proporciona a muchos especialistas el conocimiento y la experiencia de los medicamentos innovadores. Y eso les capacita para colaborar en el proceso de evaluación.
Tiene todo el sentido que se mejore la colaboración con las SS.CC., y que eso pueda incidir en una mejor evaluación y mejor acceso en España.
Pero no parece que, en la universalidad de la prestación farmacéutica, la innovación ocupe un lugar preferente en estos momentos en España.
Hasta hoy, la universalidad se entiende desde el Gobierno como las medidas encaminadas a que tienda a un coste cero la aportación del contribuyente en los medicamentos susceptibles de algún copago.
Y esta tendencia sitúa a España a la cabeza de Europa en la menor contribución del usuario al gasto en farmacia. Esto, que es muy bueno para las rentas mas bajas, sólo soluciona unos pocos euros de ahorro en genéricos y medicamentos extrahospitalarios, de venta en farmacias.
La innovación, por tanto, no está en la foto de la universalidad, y no se la espera.
Universalidad en los hospitales
Sin embargo, la gratuidad en los medicamentos hospitalarios no es universal, puesto que no llegan los medicamentos a los hospitales. O bien sólo llega a unos pocos hospitales, lo hacen con restricciones y retrasos, privando de la innovación en medicamentos a nuestra sociedad.
Farmaindustria ha liberado un nuevo informe en estos días que menciona la urgencia de resolver el problema del acceso a la innovación en España. El deterioro de los indicadores de acceso en nuestro país es manifiesto. Es cierto que hay muchas formas de medirlo, que la innovación tiene un elevado coste y que es un problema complejo de resolver.
Pero la realidad es que en España no gozamos de la universalidad, por muy poco que paguemos por los medicamentos extrahospitalarios, en el acceso a la innovación en los hospitales.
Sufrimos en España de inequidad silenciosa porque la sociedad no sabe qué nos estamos perdiendo y qué medicamentos no llegan. Una inequidad en relación a las CC.AA. entre sí y en relación a otros Estados de la Unión Europea que aprueban antes que España los medicamentos innovadores.
Esta falta de universalidad en el acceso a la prestación farmacéutica innovadora está poniendo en riesgo la salud y el bienestar de nuestra sociedad.