Guillem López Casasnovas, profesor del Departamento de Economía y Empresa y director del Centro de Investigación en Economía y Salud (CRES) de la Universidad Pompeu Fabra, conversa con EG sobre la necesidad de establecer un HispaNICE en España y los beneficios que este organismo aportaría al Sistema Nacional de Salud.

Pregunta. La pandemia de la COVID-19 ha puesto en evidencia las carencias de nuestro sistema sanitario, también en lo referente a evaluación y acceso. ¿Es el momento de que España busque un nuevo modelo?

Respuesta. El aprendizaje de lo vivido con la pandemia lo que debería buscar es perfeccionar el modelo. No existen los ‘big bangs’ en materia sanitaria. Se trata de material sensible socialmente. Pero hay que corregir cosas que no han funcionado.  En el libro que he dirigido y se acaba de publicar (El Interfaz de la Economía de la Salud a propósito de la pandemia del Covid 19), con el apoyo de Novartis y la participación de diez destacados economistas y diez expertos del mundo sanitario se ofrecen algunas claves.

P. ¿Qué países considera que pueden ser referente para establecer este nuevo modelo?

R. Yo suelo mirar a Holanda desde los referentes propios de los National Health Service en los aspectos en que convergen para realizar mi ‘fine tuning’ particular

“Difiero de quien piensa que sólo un funcionario ministerial puede ser ‘independiente’ y que sin estructura efectiva se resuelvan de modo coherente las decisiones de evaluación y de precio”

P. De hecho, usted es uno de los promotores principales del manifiesto que pide la creación de un HispanNice. ¿Cuáles serán los objetivos de este nuevo organismo y que beneficios aportaría al SNS?

guillem López Casasnovas

R. Poner orden. Institucionalizar el coste efectividad. Introducir transparencia en la relación entre resultados de salud, costes y precios. Priorizar los catálogos de prestaciones, ayudar a concretar indicaciones, e inclusos definir protocolos. Tecnologías, medicamentos, salud pública son campos de análisis.  Sacar con ello estas decisiones del debate político empobrecido. Traspasar el limite de la eficacia y la seguridad para entrar en términos reales de efectividad y coste- resultado de las innovaciones. Desinvertir prácticas de la inercia pasada para introducir mejoras innovadoras.

P. Lo cierto es que no es una demanda que nazca ahora, pero sí ahora se hace más apremiante por la situación actual y la necesidad de un cambio de rumbo, ¿verdad?

R. Si. Del mismo modo que Europa nos exigió una Autoridad Fiscal Independiente, ahora nos pone a disposición la financiación necesarios, vía Fondos Next Generation, EU para en términos similares crear esta Agencia para la Evaluación de intervenciones sanitarias.  A diferencia de AIREF, aquí corresponde actuar de oficio, anticipadamente, de modo regular y sistémico, ajustado a un procedimiento transparente, abierto al diálogo con la industria y con un know how de conocimiento clínico y económico que supera departamentos estanco.

P. Paralelamente el Ministerio de Sanidad presentó hace unas semanas el nuevo modelo de Informes de Posicionamiento Terapéutico que, por primera vez, incluye la evaluación económica. ¿Qué le parece?, ¿Cree que responde realmente a las necesidades del sistema?

R. Yo creo que no, aunque he de decir que el movimiento del HispaNice es anterior al despertar del Ministerio en estos temas tan prioritarios para la sostenibilidad y solvencia de nuestro sistema de salud.  Por tanto saludo su interés, pero difiero de quien piensa que sólo un funcionario ministerial puede ser ‘independiente’ y que sin estructura efectiva se resuelvan de modo coherente las decisiones de evaluación y de precio.  Pero algunos elementos de la preocupación mostrada por el Ministerio van claramente en la línea de lo que reclamamos.

“En el mundo de la Economía de la Salud la metodología solvente es la del NICE y asimilables en coste-utilidad, y su aplicación requiere la robustez de un mejor conocimiento de costes y resultados”

P. Esta evaluación, según confirmó Patricia Lacruz, se realizará siguiendo como referencia la guía elaborada por el Grupo Génesis de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) que sigue la metodología RAND/UCLA. ¿Cree que es la metodología adecuada y que esta puede asegurar el acceso a las innovaciones que lleguen?

R. En el mundo de la Economía de la Salud la metodología solvente es la del NICE y asimilables en coste-utilidad, y su aplicación requiere la robustez de un mejor conocimiento de costes y resultados. Genesis es un grupo ciertamente a considerar, pero creo que no agotan los conocimientos sobre la materia.

P. En este sentido, desde Facme, han solicitado que este nuevo modelo de evaluación sea “más riguroso, participativo y transparente”. ¿Comparte esta visión?

R. Sí. Ya pasó la época de que inventen ellos y que improvisemos con acciones a corto plazo. Sirven para salir del paso (el reconocimiento de que se tiene que hacer) pero no solventan de modo sistemático su abordaje de modo estructurado y robusto.


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