Indudablemente, la revisión de la legislación farmacéutica europea introduce mejoras. Es algo en lo que todos coinciden. Incluso el sector de la industria, el más crítico con ciertos aspectos del texto. De hecho, los eurodiputados consideran que la reciente votación positiva por parte del Parlamento Europeo al informe, se trata de un buen punto de partida para las negociaciones que están por venir tras las elecciones de junio.

Según expone Nicolás González en declaraciones a EG, el texto final favorece la innovación y el acceso a los medicamentos, redirige la inversión hacia necesidades médicas no cubiertas, incentiva el desarrollo de nuevos antimicrobianos, busca proteger la investigación clínica e incorpora medidas para evitar la contaminación del medioambiente.

Sin embargo, los incentivos y la protección regulatoria han sido los dos puntos más ‘calientes’ de la norma. El propio González reconoce que les hubiera gustado ser más ambiciosos en el caso de los incentivos que recibe la industria cuando un nuevo medicamento llega al mercado de la UE. “Ha sido uno de los temas más controvertidos, por los fuertes intereses económicos que suscita en algunos sectores”, explica.

Por su parte, la patronal de la industria europea, la EFPIA, no entiende cómo reducir incentivos a la I+D de medicamentos y vacunas podría ser lo mejor para Europa. Y es que no está de acuerdo con la posición adoptada en el pleno del Parlamento acerca de reducir en seis meses la protección reglamentaria de datos.

Si bien es cierto que hay otras cuestiones que han tenido buen recibimiento por el sector, como “evitar que dos años de protección reglamentaria de datos de una empresa dependan de que un nuevo medicamento esté disponible en los 27 Estados miembros de la UE dentro de los dos años siguientes a la obtención de la autorización de comercialización”. “La mayoría de los factores que determinan si un medicamento está disponible o no están fuera del control de una empresa individual“, apunta Nathalie Moll, directora general de la EFPIA
Eso sí, con sus más y sus menos, la patronal considera que la legislación farmacéutica tiene aún “un largo camino por recorrer para restaurar la ventaja competitiva de Europa”.