Sandra Pulido Madrid | viernes, 28 de junio de 2019 h |

Una nueva investigación presentada en la ASM Microbe, la reunión anual de American Society for Microbiology, ha señalado que el cannnabidiol es efectivo contra las bacterias Gram-positivas, incluidas las responsables de muchas infecciones graves como Staphylococcus aureus y la Streptococcus pneumoniae.

Según señala el trabajo dirigido por Mark Blaskovich, del Centro de Superbug Solutions del Instituto de Biosciencia Molecular de la Universidad de Queensland, en colaboración con Botanix Pharmaceuticals Ltd, el cannabinoide tendría una potencia similar a la de antibióticos como la vancomicina o la daptomicina.

El cannabidiol, el principal compuesto químico no psicoactivo extraído de las plantas de cannabis y cáñamo, ha sido aprobado por la FDA para el tratamiento de una forma de epilepsia, y se está investigando para una serie de otras afecciones médicas, como la ansiedad, el dolor y la inflamación. Si bien hay datos limitados para sugerir que el cannabidiol puede matar las bacterias, hasta ahora el fármaco no se había investigado a fondo como antibiótico.

Contra las resistencias

El equipo encontró que el cannabidiol era notablemente eficaz para matar una amplia gama de bacterias Gram-positivas, incluidas las bacterias que se han vuelto resistentes a otros antibióticos y que no perdieron efectividad después de un tratamiento prolongado.

“Dados los efectos antiinflamatorios documentados del cannabidiol, los datos de seguridad existentes en los seres humanos y el potencial de diversas rutas de administración, es un prometedor nuevo antibiótico que vale la pena investigar más”, aseguró Blaskovich. “La combinación de la actividad antimicrobiana inherente y el potencial para reducir el daño causado por la respuesta inflamatoria a las infecciones es particularmente atractiva”. De hecho, bajo condiciones de exposición prolongada que conducen a resistencia contra la vancomicina o la daptomicina, esta sustancia no perdió efectividad. Asimismo, también fue eficaz para interrumpir las biopelículas, una forma física de crecimiento de bacterias que conduce a infecciones difíciles de tratar.