Más de 165.000 pacientes con hepatitis C (VHC) ya se han tratado en la última década en España. En 2014 aparecieron los antivirales de acción directa (AAD) y asentaron las bases para la cura de la enfermedad, ya que alcanzan una tasa de curación de más del 95 por ciento. De hecho, con la puesta en marcha de iniciativas encaminadas a mejorar el diagnóstico en fases iniciales y el tratamiento de los pacientes, España se puede convertir en uno de los primeros países del mundo en lograr la eliminación de la hepatitis C. Esta ha sido una de las cuestiones abordadas por los responsables de las principales Sociedades Científicas implicadas en su abordaje durante el ‘Workshop sobre las hepatitis virales: la eliminación y control como objetivos clave’, organizado por Gilead Sciences.

Manuel Romero, presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), ha hecho un repaso de la situación actual de las hepatitis virales en España, sosteniendo que «para eliminar la hepatitis C y conseguir los objetivos 2030, tienen que trabajar de forma multidisciplinar sociedades científicas como administraciones públicas, especialistas y organizaciones». «Para ello, se debe fomentar el diagnóstico integral y oportunista para beneficiar a los miles de pacientes con hepatitis virales en España pendientes de identificar y vincularles al sistema sanitario y tratarlos”, ha insistido.

La intervención de Federico García, presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), se ha mostrado en consonancia con la de Romero, admitiendo que «integrar las actividades de prevención y diagnóstico del VHC en el entorno de las personas con mayor vulnerabilidad a la infección y recuperar los pacientes perdidos». Respecto al diagnóstico reflejo de VHD en todos los pacientes con hepatitis B (HBsAg positivo), este aumenta el porcentaje de personas diagnosticadas de hepatitis Delta, la forma más agresiva de hepatitis virales. A su vez, ha añadido que «muchas veces hemos abordado estrategias de búsqueda de pacientes con hepatitis C y nos hemos olvidado de los pacientes con hepatitis B y VIH, que comparten la misma vía de transmisión».

El diagnóstico integral es clave en las hepatitis B, C y D, ya que facilita la detección temprana de estas hepatitis virales. Las hepatitis virales comparten rutas de infección y factores de riesgo comunes. Sin embargo, el diagnóstico integral se realiza en menos del 50 por ciento de los casos para la hepatitis B (VHB) y VHD, que desde hace pocos meses dispone de una opción terapéutica para su tratamiento. Por esta razón, los expertos han coincidido en que es necesario aprovechar todas las oportunidades de diagnóstico y acudir allá donde puedan estar los pacientes. En este sentido, han subrayado la importancia de la realización de pruebas diagnósticas en aquellas personas o colectivos que presenten indicadores de riesgo y puedan ser portadores de este virus.

El segundo estudio de Seroprevalencia en España de personas que acudían a atención primaria entre 2017 y 2018 estima que había unas 76.500 personas virémicas entre la población general. Otro de los retos reside en diagnosticar tanto dentro como fuera del hospital. Para ello, García ha considerado necesario aumentar el número de personas diagnosticadas y vinculadas a la atención simplificando el circuito asistencial.

Diagnóstico desde Urgencias

Juan González del Castillo, coordinador del grupo de trabajo de infecciones de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (INFURG-SEMES), ha destacado la importancia de los servicios de urgencias en el diagnóstico de las hepatitis. “El 44 por ciento de los pacientes detectados en urgencias desconoce su estatus de infección, siendo frecuente el diagnóstico de pacientes con un grado de fibrosis avanzado. Un diagnóstico tardío puede conllevar la progresión a enfermedad grave, asociada a mayor mortalidad, peor calidad de vida y a un alto coste para el sistema”.

Se calcula que en la actualidad aproximadamente entre 80.000 y 90.000 españoles son portadores del antígeno de superficie del virus B, hasta 75.000 podrían tener todavía una hepatitis C y que alrededor de 5.000 podrían estar sufriendo una hepatitis D. Muchos de los pacientes virémicos atendidos en los servicios de urgencias, son poblaciones de difícil acceso para el sistema sanitario. Esta vía se convierte en el único vínculo de entrada en la mayoría de los casos. Por este motivo, ha recordado González del Castillo que “el diagnóstico oportunista en los servicios de urgencias es clave en la eliminación, logrando la automatización en el diagnóstico realizado en ellos. Por eso, la implicación y colaboración de diferentes sociedades científicas es imprescindible para conseguir la eliminación del VHC en España”.

Futuro esperanzador

Durante la presentación, Marta Velázquez, directora de la unidad de negocio de enfermedades hepáticas de Gilead, ha recordado que Gilead lleva más de 20 años de compromiso con las enfermedades hepáticas y más de diez de logros por un futuro esperanzador. Durante este tiempo, la compañía ha conseguido mejorar la vida de más de 10,9 millones de personas en todo el mundo, con el firme compromiso de eliminar la hepatitis C y avanzar en el manejo de la VHB y la VHD. Gilead ha tenido y tiene un papel fundamental en la transformación del curso del VHC y seguirá trabajando con todas las partes implicadas hasta conseguir su total eliminación a través de iniciativas que aseguren el diagnóstico y tratamiento de todos los pacientes.

En Gilead seguiremos colaborando de forma coordinada con todas las instituciones y entidades para conseguir la eliminación. Como parte de ello ampliamos nuestro compromiso con las hepatitis virales, ahora con la hepatitis Delta, la más grave y de más rápida progresión, que afecta a muchos pacientes jóvenes que sufren un deterioro rápido de su salud y calidad de vida, y que hoy en día cuentan con una nueva esperanza de poder mejorar su pronóstico de vida”, ha expresado Velázquez.

La compañía ha llevado a cabo una estrategia con la que apoya proyectos innovadores, tanto dentro del hospital como en los diferentes centros sanitarios, con el objetivo de seguir diagnosticando y derivando a todos los pacientes infectados. Las iniciativas impulsadas suman 326 proyectos financiados en 15 comunidades autónomas, superando los seis millones de euros otorgados por Gilead. «Aun así, queda trabajo por hacer y se necesitan planes de eliminación regionales ambiciosos que cuenten con la colaboración de todas las partes», ha concluido.