Cristina Nadal, nueva directora ejecutiva de Policy de MSD España, se muestra convencida, en una entrevista con EG, de que la colaboración público-privada, ahora más que nunca, es el único camino para que los países avancen, no sólo en I+D, sino en la recuperación económica.

Pregunta. Hace unos meses asumió su nueva responsabilidad como directora ejecutiva de Policy de MSD, en un momento crucial para el sector. ¿Cómo afronta esta nueva etapa dentro de la compañía?

Respuesta. Lo afronto con entusiasmo y motivación. Es un reto y saber cómo enfrentarse a una situación nueva y tener capacidad de adaptación es algo con lo que me identifico. Además, es una filosofía que comparto con la compañía: MSD se caracteriza por ser capaz de extraer y aprender lecciones incluso en momentos tan delicados como el que estamos viviendo. También me identifico con la capacidad innovadora. Son tiempos de cambio y, al igual que MSD, creo que la capacidad de innovar es un ingrediente esencial para afrontar nuevos retos. En mi nuevo rol trabajaré con un gran equipo, lo que facilita enormemente la situación. Para la consecución de objetivos y la superación de retos es imprescindible el esfuerzo y el trabajo de todos. Solo uniendo fuerzas conseguiremos llegar a dónde queremos y solo así podremos seguir cumpliendo nuestra misión de contribuir a salvar y mejorar las vidas de las personas.

P. Previamente estaba dedicada al ámbito de la innovación asistencial, la biotecnología y el emprendimiento en Biocat. Su currículum muestra también una gran experiencia en el ámbito público. Podríamos decir que su perfil define lo que es la colaboración público-privada, ¿no?

R. Mi experiencia profesional es muy variada, en el sentido que me he dedicado durante muchos años a la asistencia en oncología en el ámbito público, en el Hospital Clínic de Barcelona, a la docencia en universidad pública, a la investigación básica en instituciones públicas y también a la macrogestión en la Administración pública. Ya desde mi posición de gestora pública trabajé con una orientación clara de colaboración público-privada. Justo antes de incorporarme en esta posición de MSD, estaba focalizada en el ámbito de la innovación asistencial, la biotecnología y el emprendimiento en Biocat, entidad público-privada. Así que antes de entrar en el sector biofarmacéutico ya he tenido claro que cuando hablamos de investigación e innovación sanitaria, el concepto de colaboración público-privada resulta fundamental. Los ensayos clínicos son una muestra clara de cómo la unión y el trabajo común de los diferentes actores implicados puede generar relaciones sinérgicas en beneficio de la sociedad.

P. Precisamente la colaboración público-privada ha ganado una gran fuerza en estos meses de pandemia. ¿Cree que esta tendencia ha llegado para quedarse?

R. Estoy totalmente convencida de que en el contexto actual la única manera de asegurar el crecimiento del país pasa, no solo por reforzar nuestras estructuras públicas sino también por potenciar la colaboración público-privada. La fórmula del éxito de cualquier partenariado o colaboración público-privada reside en tener un objetivo auténticamente común. Esto se ha demostrado claramente durante los primeros meses de pandemia. No son pocos los aprendizajes que hemos extraído de la pandemia y que deberíamos de tener muy presentes de cara al futuro, tanto individual como colectivamente. Sin la coordinación entre los distintos agentes no será posible alcanzar objetivos porque, como ya he dicho, solo uniendo fuerzas, con espíritu de colaboración y flexibilidad, se podrá seguir avanzando, creciendo y mejorando. La colaboración y el partenariado entre las compañías del sector y el resto de agentes sanitarios implicados son clave para poder superar esta crisis.

“La única manera de asegurar el crecimiento del país es potenciando la colaboración público-privada”

P. También tiene amplia experiencia en lo que a gestión sanitaria se refiere. Un aspecto que nunca había sido tan valorado como ahora, ¿no?

R. Una buena gestión sanitaria es esencial a todos los niveles, tanto macro como micro, y debería estar bien valorada, o priorizada, siempre, sea en un contexto de crisis o no. Quizás en nuestro país deberíamos apostar más por ello. Se trata también de un tema cultural. Una sociedad madura debería ser exigente con aquellos que gestionan fondos públicos; pero también debería ser consciente que no se puede exigir una buena gestión sin que exista talento, formación, recursos e incluso un reconocimiento. Para gestionar mejor a nivel sanitario hace falta también una apuesta decidida por la transformación digital del sistema y la incorporación de herramientas tecnológicas para la gestión que permitan, por ejemplo, prever el futuro a medio plazo y por tanto, planificar, o evaluar y analizar resultados para tomar mejores decisiones. Sin todo eso, se gestiona el día a día, a corto plazo. Y eso no es lo óptimo para el paciente ni para el ciudadano.

La pandemia ha mostrado tanto a pacientes, como a ciudadanos, como a gobiernos que hay un margen de mejora en la gestión sanitaria, y eso es positivo.

P. Ahora que se habla de reconstrucción, está claro que el sector sanitario será crucial en este sentido. ¿Es el momento de optar por un gran acuerdo de Estado para el sector?

R. El sector sanitario incluye la investigación y la innovación médica, digital, biotecnológica, biofarmacéutica… es probablemente el sector con mayor potencial de crecimiento en nuestro país. ¿Cómo no contar con él para la reconstrucción de nuestro país? . En la situación actual, ha quedado claro el papel que juega la industria farmacéutica mediante, por ejemplo, la garantía de suministro o el esfuerzo global de investigación; y en la reactivación económica y social que necesita España.

El papel de nuestro país en este contexto está siendo muy relevante, dado que es el primer estado de Europa y el cuarto del mundo en número de ensayos clínicos de medicamentos y ha sido seleccionado también para participar en la investigación del tratamiento y la vacuna anti COVID que está desarrollando MSD. Quiero hacer hincapié en ello porque hay dos aspectos clave al hablar del crecimiento de un país: por un lado, el cuidado de la salud, la gestión de la pandemia; por otro, la economía, cómo salir reforzados de esta crisis. Parece claro que España necesitará apoyarse en sectores estratégicos y con capacidad tractora para superarla y, tendrá que hacerlo en el corto, medio y largo plazo. Al respecto, nuestro sector vinculado a la innovación, la producción y exportación de alta tecnología y el empleo de calidad, puede contribuir a ello.

P. Se avecinan tiempos de cambios. Europa trabaja en la estrategia farmacéutica y España tiene pendientes cambios que se arrastran desde hace tiempo. ¿Qué espera de estas regulaciones?

R. Tiempos de cambio significan retos y oportunidades para transformar y mejorar la situación previa. Es necesario tener claro cuáles son las prioridades y los objetivos y afrontarlos conjuntamente, con una actitud constructiva e innovadora. Si tuviese que decir en pocas palabras cuál es la principal necesidad en Europa en el ámbito de política farmacéutica diría: conciliar el acceso (más acceso y de manera más rápida y equitativa) y la sostenibilidad. Hay que encontrar y consensuar fórmulas que nos permitan conciliar ambas variables. Cualquier opción que no pase por consensuar estas fórmulas será incompleta y cortoplacista.

Por supuesto que cualquier actividad o acción que mejore las oportunidades de acceso y que apueste por la sostenibilidad es vista como positiva, pero cuando hablamos de la nueva estrategia farmacéutica de la UE y de los cambios legislativos que pueden producirse en España, lo importante es recordar que cada medida que se establezca debe tener presente su impacto a pequeña y gran escala. Es fundamental recordar que, en ciencia, investigación, salud y medicina, no todo vale.

P. Si hay una conclusión que podemos sacar de esta crisis sanitaria es que el esfuerzo conjunto da resultados. Muestra de ello es la rapidez con la que las compañías y las autoridades avanzan en la investigación de un tratamiento o vacuna frente a la Covid. ¿Es este el camino a seguir?

Estoy totalmente de acuerdo en que el esfuerzo conjunto da resultados. Como decía, en MSD no lo concebimos de otra manera. Lo que ha ocurrido en el mundo científico frente a esta pandemia es un pequeño milagro. Ahora bien, quiero insistir en un mensaje que ha repetido en numerosas ocasiones nuestro CEO, Ken Frazier, y nuestra vicepresidenta ejecutiva y responsable de Pacientes, Comunicación y Relaciones Gubernamentales de MSD, Julie Gerberding, y es que la prudencia y la seguridad tienen que primar frente a la rapidez, y la ciencia es la que tiene que ir por delante.

El esfuerzo que se está haciendo por parte del sector y el trabajo de todos los profesionales que están investigando posibles tratamientos contra la covid-19 es enorme; pero no existen fórmulas mágicas. La clave está en investigar, no desistir, creer en la capacidad de resiliencia, saber que estamos en el camino correcto y persistir. También comunicar correctamente, para alinear expectativas.

P. Centrándonos más en la compañía; MSD es una de las compañías referentes en I+D. ¿Qué investigaciones centran ahora los esfuerzos de la compañía? ¿Qué podemos esperar en el corto y medio plazo?

Nuestras principales áreas terapéuticas son la oncología, las enfermedades infecciosas y las vacunas. Somos una de las pocas compañías que sigue investigando para desarrollar nuevos antibióticos, clave para combatir uno de los actuales grandes desafíos para la salud a nivel mundial: las resistencias a los antimicrobianos. Además, como Compañía tenemos un enfoque de Salud Global o “One Health” que no concibe la salud humana sin tener en cuenta la salud animal y la salud del planeta. Este enfoque es clave para encarar correctamente los grandes desafíos en salud, desde el punto de vista científico y también empresarial.

Aprovecho para mencionar que, para nuestra Compañía, la innovación es una de nuestras señas de identidad, como refleja nuestra apuesta en I+D+i. En 2019 destinamos 9.900 millones de dólares a proyectos de I+D a nivel global, lo que hizo que nuestra compañía fuera una de las empresas líderes en número de ensayos clínicos en marcha.

En concreto, en la actualidad, MSD tiene el mayor programa de investigación clínica en inmunooncología de la industria, con más de 1.200 ensayos que evalúan nuestro fármaco pembrolizumab en una amplia variedad de cánceres y contextos de tratamiento.

Y, en este punto, cabe señalar que MSD en España es la filial de la Compañía que ocupa el primer puesto europeo en número de ensayos clínicos y participa en más del 80% de los ensayos clínicos de la empresa a nivel global. Actualmente, contamos con 20 programas en fase II de investigación, 24 programas en fase III de investigación y tres moléculas en proceso de revisión por las autoridades sanitarias.

Entre estos programas en fase de investigación está incluida también nuestra lucha frente a la Covid-19: en MSD estamos trabajando en el desarrollo de dos posibles vacunas y un antiviral. La llegada del virus nos ha colocado en una situación desafiante y nueva para todos, lo que supone un reto importante tanto para la industria farmacéutica en particular como para la sociedad en general. Sin embargo, de los grandes retos y desafíos surgen también las mejores posibilidades de mejora, por ello incido en que, en la actualidad, es prioritario seguir colaborando con las autoridades sanitarias, los profesionales y todos los agentes del sistema para lograr el mismo objetivo: dar con la solución para combatir esta pandemia. Estoy convencida que con este enfoque lo lograremos.


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