A pesar de no llegar a los dos dígitos, el gasto está alejado de la frontera del PIB nominal
| 2009-02-01T18:10:00+01:00 h |

Sergio Alonso es redactor jefe de ‘La Razón’

Los datos sobre la evolución del gasto farmacéutico no son nada halagüeños en una etapa como la que nos encontramos de recesión galopante. De acuerdo con las estadísticas oficiales, en 2008 esta partida presupuestaria creció en el conjunto del Estado un 6,87 por ciento, cifra, es cierto, bastante distanciada de los temidos dos dígitos que golpearon al Sistema Nacional de Salud (SNS) durante una parte importante de su historia, pero muy alejada del PIB nominal que se traza como frontera nunca sobrepasable. Contemplado en frío, el dato puede ser asumible, pero visto en todo su contexto deja de serlo, dada la actual situación de merma de ingresos por la caída del consumo y de estrecheces económicas existentes, que han llevado a las comunidades autónomas a paralizar las inversiones y a congelar los gastos corrientes. Y, además, no ha sido uniforme, mostrando su peor cara en Canarias, en donde el alza ha sido de un 9,28 por ciento, o en La Rioja, feudo en el que ha subido un 9,13 por ciento. ¿Es pues razonable el optimista análisis del gasto que ha hecho el Ministerio de Sanidad? A priori, parece más fruto de la propaganda que de un estudio detallado y realista de la situación.

Los motivos son obvios. En primer lugar, resultan preferibles subidas cercanas al 10 por ciento cuando la economía crece a ritmos próximos al 3 por ciento anual, que incrementos situados en torno al 7 por ciento cuando el PIB retrocede por debajo de cero, como ahora. El gasto muestra, además, una tendencia al alza preocupante desde el último año del primer Gobierno del PSOE, que Sanidad espera ahora controlar con los nuevos precios de referencia. Precios que, por cierto, han sido calculados de forma defectuosa por las autoridades pertinentes, dando lugar a un caos de monumentales consecuencias en el sector, como adelantó en exclusiva EG. ¿Qué cabe esperar ante semejante panorama? Lo lógico y razonable es prever que de aquí al verano se producirá una ardua batalla entre los partidarios de introducir medidas adicionales que atemperen los incrementos, y los que rechazan tal idea con el argumento de que el nuevo sistema será suficiente para producir tal efecto, sin herir en demasía al sector. Batalla que ha empezado a gestarse ya mediante conversaciones privadas y llamadas telefónicas efectuadas desde algunas consejerías de Salud, y de la que son conocedores muchos laboratorios, temerosos de una posible apelación a la bajada unilateral de precios vía decreto de la que han hecho gala en el pasado las autoridades sanitarias, o de un acuerdo forzado y lesivo para sus intereses. De aquí a lo que resta hasta el verano, las presiones que recibirán Bernat Soria y José Martínez Olmos en tal sentido se multiplicarán cada día que pase. El motivo es la demora en la entrada en vigor de los precios de referencia, lo que desbaratará las cuentas de Economía y de las comunidades al menos hasta marzo, y supondrá un serio hándicap para la industria. Como se ve, el trabajo se les agolpa a Jesús Acebillo y a Humberto Arnés, que habrán de ganar tiempo hasta que las cifras vuelvan a bajar por debajo del 4 por ciento.