La Farmacia lleva mucho tiempo reclamando el acceso a la historia clínica de sus pacientes y ahora, tras la luz verde de Bruselas al Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS), está más cerca de ser una realidad. Esta iniciativa en pro de la mejora de la calidad asistencial, ha tenido una gran acogida, aunque desde diferentes Colegios Oficiales de Farmacéuticos (COFs) de España con los que EG ha contactado, han incidido en que es un proyecto que aún está en una fase embrionaria.

Con respecto a cuándo estiman que se pueda llevar a la práctica, Juan Pedro Rísquez, vicepresidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), hace hincapié en que «es prematuro saberlo». «Uno de los puntos contenciosos entre el Parlamento europeo y el Consejo de la UE es precisamente la fecha de implementación del mismo», alega. Además, añade que, mientras el primero prevé tres años desde su entrada en vigor para el acceso de los profesionales a los historiales resumidos, las recetas electrónicas y las dispensaciones y para el establecimiento de los sistemas de Historiales Clínicos, el Consejo propone un periodo de adaptación de cinco años para el acceso a estas categorías de datos.

Una vez en el sector se conozca el plazo de implementación y los términos en que éste finalmente queda aprobado, «el papel legal que tienen las corporaciones profesionales es el de participar, en coordinación con las Administraciones españolas en la elaboración de la normativa que implementará este Reglamento en España». A partir de ahí, añade, «sí será bueno empezar a plantear documentos protocolarios que serán de ayuda para nuestros profesionales». No obstante, recalca que la capacidad del EEDS para mejorar la colaboración entre profesionales sanitarios dependerá de dos factores. Por un lado, las categorías de datos sanitarios a las que se les dará acceso al farmacéutico y, por otro, que el paciente decida dar acceso a dichos datos a los diferentes profesionales sanitarios, pues el Parlamento les da el derecho a bloquear este acceso a determinados profesionales.

«Mientras no se pueda consultar esa Historia clínica, el paciente será el perjudicado por un sistema que no responde de modo ágil»

Rafael Martínez Olmedo, secretario del COF de Valladolid

El secretario del COF de Valladolid, Rafael Martínez Olmedo, afirma que no es demasiado optimista en la velocidad del proceso. De hecho, hace referencia a que, aunque no apuesta por ninguna fecha a corto plazo, mientras no se pueda consultar esa historia clínica, «el paciente será el perjudicado por un sistema que no responde de modo ágil».

Datos a los que la Farmacia tendrá acceso

Con respecto a qué datos tendrán acceso los profesionales, el vicepresidente del CGCOF destaca la historia clínica, prescripciones y dispensaciones electrónicas, imágenes radiológicas o test diagnósticos. «Los farmacéuticos comunitarios tendrán acceso a aquellos datos que sean necesarios, en principio (y en base a la decisión de la autoridad competente a nivel nacional) para que el farmacéutico lleve a cabo su labor asistencial de la mejor manera posible», indica.

Desde el CGCOF ven esta iniciativa como una oportunidad para mejorar la atención farmacéutica que se vincule el sistema de receta electrónica a los historiales resumidos del paciente, incluido el historial farmacoterapéutico. De esta forma, «se podría personalizar lo más posible el servicio farmacéutico al paciente», recalca Rísquez.

Además, añade que, si se introducen las medidas y garantías oportunas (a nivel europeo) y en su diseño y desarrollo (a nivel nacional), «este sistema interoperable podría servir para poner en valor el papel de la profesión farmacéutica en la recopilación de intervenciones farmacéuticas y de datos de la vida real». Así, destaca en el ámbito de la adherencia o de la recopilación de datos de salud en farmacia comunitaria.

«Este sistema interoperable pondrá en valor el papel de la profesión farmacéutica en la recopilación de intervenciones y datos»

Juan Pedro Rísquez, vicepresidente del CGCOF

El vocal responsable de farmacia comunitaria del Muy Ilustre Colegio Oficial de farmacéuticos de Valencia (MICOF), Enrique Pepiol, señala que, al parecer, se creará una clasificación de los datos en función de la privacidad/seguridad dependiendo de la sensibilidad de estos, «no es igual de sensible conocer un valor de glucemia que un rasgo genético», asegura. Por otro lado, estima que se instauren distintos niveles y modalidades de acceso dependiendo de la entidad o profesional que accede y se determinarán los conjuntos de datos que puede consultar. «Así, se establecerá un primer nivel para la Atención Primaria (donde estarían encuadradas las Farmacias Comunitarias) y otros para Asistencia Especializada, etc»,indica.

Una gran inversión tecnológica

El presidente del COF de Barcelona, Jordi Casas, saca a la luz algunos de los principales desafíos de su implementación. Entre ellos, destaca aspectos normativos y operativos de interoperabilidad entre los proveedores de datos de salud. Además, asegura que lograr que todos los agentes sanitarios implicados asuman unos lenguajes de compartición de datos comunes va a ser todo un reto, «implicará cambios a nivel de sistemas tecnológicos«, garantiza. En esta línea, insiste en la importancia de que se asegure una custodia segura de los datos de los usuarios y de los gestores de datos para garantizar que no se usen con fines lucrativos. «Acceder a toda la información sanitaria europea es muy útil, pero requiere de gran responsabilidad», asevera.

Por su parte, el vicepresidente del CGCOF, comparte esta visión respecto a que requerirá de una gran inversión tecnológica. Al respeto, asegura que «es fundamental que se respeten tanto las estructuras existentes como el sistema de receta electrónica privada, en colaboración con las organizaciones que representan a los profesionales sanitarios prescriptores y dispensadores».

En esta línea, desde la Junta de Gobierno del COF de A Coruña, hacen referencia a la falta de interoperabilidad actual y a la existencia de 17 modelos de receta electrónica, que han complicado su implementación en todo el territorio nacional. «A ello, hay que añadir el hecho de que los recursos son limitados y su implementación supone un gasto presupuestario», recalcan. Además, garantizan que, para que sea una estrategia eficaz, «debe de existir predisposición por parte de las CC. AA». En este aspecto coincide con el secretario del COF de Valladolid, quien ve como una de las barreras a la implementación la voluntad y capacidad de los gestores sanitarios para que exista una interoperabilidad europea total. «Es un reto particularmente complicado», advierte.

Asistencia más personalizada y colaboración 360º

Entre las ventajas, todos los COFs entrevistados han estado de acuerdo en que el EEDS marcará un antes y un después sobre todo de cara a mejorar el abordaje multidisciplinar de los problemas de salud, la interoperabilidad y la mejora de la calidad y la continuidad asistencial. Además, aseguran que garantizará una asistencia más personalizada y evitará errores de medicación, intolerancias, interacciones, efectos secundarios no deseados y duplicidades.

Rísquez indica que es «imprescindible crear un informe farmacoterapéutico completo y único para cada paciente, integrado dentro de la historia clínica digital». Esta idea es compartida por el presidente del COF de Sevilla, Jaime Román Alvarado, quien resalta que esto es indispensable de cara a «registrar juicios relevantes sobre adherencia, efectividad y seguridad de la medicación para que el médico pueda tomar la mejor decisión clínica posible».

De hecho, asegura que este instrumento facilitará el poder compartir información entre prescriptores y dispensadores implicados en la atención del paciente; y acceder a información relevante sobre la medicación que éste utiliza, ya sea prescrita en el ámbito público o privado, o utilizada por iniciativa propia (medicamentos de autocuidado, plantas medicinales, etc.).

«Es importante que proporcionemos información al resto de profesionales sobre problemas de medicación, adherencia, conciliación o desabastecimiento»

Junta de Gobierno del COF de A Coruña

Desde el COF de A Coruña alegan que su puesta en marcha implicará que los profesionales puedan trabajar con mayor seguridad y se refuerce la colaboración multidisciplinar y la función asistencial del farmacéutico desde las oficinas de farmacia. «Una posible meta sería que esa colaboración entre los profesionales sanitarios fuese de 360º«, alegan. De hecho, inciden en que a los farmacéuticos les gustaría poder ver la historia clínica, pero les parece igualmente importante proporcionar información al resto de profesionales desde las boticas sobre servicios profesionales que están prestando al paciente. Entre ellos, destacan «problemas con su medicación, adherencia, conciliación e, incluso, problemas de desabastecimiento con los medicamentos de pacientes concretos».

Al respecto, el secretario del COF de Valladolid reclama que «no se puede tratar a un paciente en virtud de lo que éste recuerde de su propia historia clínica. El acceso a ella significa dar armas al sanitario para poder entender y ofrecer la asistencia adecuada al paciente de la mejor manera posible». Señala aspectos como recordar las alergias a los medicamentos, determinadas patologías o, incluso, que el paciente sea acetilador rápido.»Ocurre lo mismo en otros aspectos como recordar qué tratamientos está usando de modo crónico o incluso complementos alimenticios, que tampoco están a veces exentos de problemas de interacciones y efectos secundarios», sostiene.

«Hoy en día hay una mayor concienciación , entre los profesionales de AP y a nivel político, de que la farmacia comunitaria debe estar coordinada con el sistema sanitario»

Jaime Román Alvarado, presidente del COF de Sevilla

El presidente del COF de Sevilla incide en que «hoy en día hay una mayor concienciación entre los profesionales de atención primaria y a nivel político de que la farmacia comunitaria debe estar coordinada con el sistema sanitario».

¿Es aplicable al entorno rural?

Si la aplicabilidad de la historia clínica en las oficinas de farmacia urbanas está en el aire, la situación se vuelve más compleja de cara a hacerse realidad en el entorno rural. No obstante, en palabras del presidente del COF de Barcelona, sí que tiene aplicabilidad en estas zonas. «Las boticas rurales se verían muy favorecidas», señala. Además, añade, «en el entorno urbano los proveedores son más estables y disponen de sus sistemas de almacenamiento de datos. Sin embargo, en el ámbito rural van cambiando, son más locales y la información de los pacientes no es tan accesible. Puede ser una herramienta muy positiva de desarrollo y de equidad en el acceso a los recursos sanitarios», garantiza.

«La puesta en marcha del proyecto permitirá un mejor seguimiento farmacoterapéutico y, en definitiva, una mejora en la salud y atención de los pacientes rurales»

Enrique Pepiol, vocal responsable de Farmacia Comunitaria del MICOF

El vocal responsable de farmacia comunitaria del MICOF, está seguro de que las barreras tecnológicas no serán un problema, «hay multitud de soluciones para asegurar en ese medio el flujo de información sanitaria», asegura. Además, está convencido en que, dadas las características de la población en estas zonas, en las que son mayoría pacientes mayores y frecuentemente con multimorbilidades crónicas, «la puesta en marcha del proyecto permitirá un mejor seguimiento farmacoterapéutico y, en definitiva, una mejora en la salud y atención de los pacientes rurales«, insiste.

Impacto en el desarrollo de fármacos

Uno de los escenarios sobre los que se está observando cómo influirá el acceso a toda esta cantidad de datos sanitarios es de cara a investigar y desarrollar nuevas estrategias terapéuticas. En este aspecto, para el presidente del COF de Barcelona es crucial que se garantice un marco seguro de estos datos. «Tanto la cantidad de información como la capacidad de las herramientas tecnológicas permitirán desarrollar revisiones, estudios clínicos y análisis para los que hay que garantizar que el uso de los mismos se haga con fines de investigación, de innovación y de desarrollo de fármacos«, insiste. Además, añade que «su utilización tiene que estar limitada, sobre todo a nivel lucrativo y de uso indebido de los mismos». De hecho, reitera que «es uno de los aspectos que más preocupa y más está ralentizando ese proceso de EEDS. El uso secundario de los datos requiere de una gran responsabilidad y control por parte de los organismos competentes».

«Su utilización tiene que estar limitada, sobre todo a nivel lucrativo y de uso indebido de los datos»

Jordi Casas, presidente del COF de Barcelona

El miembro de la junta directiva del CGCOF coincide en que «este proceso, debido a la intrínseca sensibilidad que acarrea, se debe llevar a cabo con las mayores garantías y transparencia posibles. El documento final de Reglamento debe ser lo más pulcro posible en este aspecto para que la confianza en el EEDS por parte de todos los actores implicados, empezando por los ciudadanos, sea absoluta», afirma. Además, hace hincapié en que, si se implementa adecuadamente, el EEDS «servirá para aportar datos reales y fiables a las entidades investigadoras para que puedan desarrollar su actividad con mejores herramientas, en forma de datos, que finalmente llevarán a nuevas (y en principio mejores) soluciones a los problemas de salud de la población».

En esta línea, el vocal de farmacia comunitaria del MICOF, incide en que puede suponer un punto de inflexión, tanto para la investigación de enfermedades como para el desarrollo de nuevos fármacos. «Estoy seguro de que, en muy corto plazo tras la puesta en marcha, asistiremos a revisiones de los tratamientos y procedimientos habituales, nuevas recomendaciones y mayor seguridad en el uso de los medicamentos que usamos actualmente y, sobre todo, se posibilitará la aparición de un abanico de nuevos fármacos con mejores perfiles de seguridad y efectividad«, concluye.


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