Las compañías farmacéuticas que operan en España están fuertemente comprometidas con los principios de la economía circular. Este nuevo modelo de producción y consumo, que aúna competitividad y sostenibilidad, contribuye a solucionar los grandes problemas a los que nos enfrentamos a nivel global como son la escasez de recursos, la contaminación ambiental o la aceleración del calentamiento global.

Problemas que repercuten negativamente en la salud y calidad de vida de las personas, amenazando por tanto el propósito mismo de la industria farmacéutica.

Como muestra, dos ejemplos extractados del primer estudio sobre la implantación industrial del sector farmacéutico: los residuos generados por cada empleado del sector se han reducido un 8% en tres años. También, las plantas industriales están tomando conciencia de la importancia de garantizar el origen de la energía que consumen: el sector alcanza casi el 70 por ciento de su energía con garantía de origen renovable y numerosas compañías ya se han comprometido a alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2030.

Además, la industria farmacéutica -con la colaboración inmediata de la distribución y las farmacias- fue pionera hace más de 23 años en aplicar el concepto de la economía circular a través de la creación de SIGRE.

La actividad desarrollada por SIGRE permite reducir el consumo de materias primas a través de las medidas de ecodiseño aplicadas en los envases farmacéuticos; recuperar los materiales mediante su reciclado; reducir el impacto medioambiental del residuo del medicamento gracias a la logística inversa y a la valorización energética de dicho residuo; y fomentar una sociedad del reciclado a través de la sensibilización ciudadana, lo que incluye el uso responsable de los medicamentos.

Cual Uróboro, cuya figura significa un ciclo de evolución y regeneración de la naturaleza, el camino emprendido por SIGRE hace más de dos décadas prosigue hacia metas más exigentes, mejorando, renovando y ampliando sus procesos y actividades para acompañar al sector farmacéutico en esta transición ecológica.

Así, todos los agentes del sector farmacéutico (industria, distribuidores y farmacias) han confiado en SIGRE para dar un paso adelante en materia de circularidad y cumplir con las exigencias legales que vienen de Europa, lo que conllevará ampliar el ámbito de actuación de esta entidad sin ánimo de lucro, y que a partir del 1 de enero de 2025 abarcará no solo los residuos de medicamentos y sus envases provenientes de los hogares, sino también los envases de medicamentos generados en centros sanitarios (hospitales, clínicas, ambulatorios, etc.), en instalaciones del canal farmacéutico (distribuidores, operadores logísticos y farmacias) y en las industrias.

De esta manera, SIGRE se consolidará como la mayor alianza medioambiental de este sector para avanzar hacia una economía circular.


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