Suele decirse que “no hay dos sin tres”… Ni 27 sin 28 años consecutivos liderando a nivel mundial la donación de órganos: España lo volvió a hacer en 2019.


Pero, lejos de quedarse ahí, la memoria de los datos de 2019 que realizan el Registro de Donantes de Médula Ósea (REDMO), gestionado por la Fundación Josep Carreras, y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) que se ha publicado recientemente, confirma el inconformismo. Más allá de este liderazgo global en donación de órganos, España sigue creciendo también en actividad de trasplantes de progenitores hematopoyéticos.


Por ejemplo, el trasplante de médula ósea ha crecido un 50 por ciento en la última década en España. En números absolutos, España ocupa el quinto puesto en el ranking europeo en donantes de médula ósea, por detrás de Alemania, Polonia, Reino Unido e Italia. Ha subido una posición con respecto al balance del año anterior. Suma y sigue.


A lo largo de 2019 se realizaron 3.444 trasplantes de progenitores hematopoyéticos (TPH) —o de células madre de la sangre— dentro de los que se incluyen la citada médula ósea, sangre periférica y cordón umbilical. De ellos, 2.146 eran del propio paciente, mientras que 1.298 fueron obtenidos de un donante.


Estas cifras insisten en el crecimiento sostenido de esta técnica terapéutica, ya que supone un aumento del 2 por ciento de trasplantes con respecto a 2018.


España dispone, asimismo, de 64.662 unidades de sangre de cordón umbilical (SCU), un 8 por ciento de todas las almacenadas en el mundo (790.000) y el mayor registro de Europa, tercero del mundo detrás de Estados Unidos y Taiwán. En 2019 se enviaron 122 unidades de SCU para trasplante, siete para pacientes nacionales y 115 para extranjeros. En 19 casos de trasplante no familiar se empleó SCU de donantes altruistas. Esta actividad se ha ido reduciendo por el desarrollo de otros tipos de trasplante.

Actividad en aumento


Los datos de la actividad de 2019 también subrayan que la actividad de TPH no ha dejado de crecer, con incremento del 50 por ciento en una década.
Pero, sin duda, lo que más ha aumentado es el trasplante alogénico (proveniente de un donante) en un 60 por ciento y el del donante no emparentado en un 76 por ciento, resultado del amplio desarrollo de esta opción de tratamiento. Por ello, gracias a todas estas opciones de donación, “se puede concluir que en la actualidad todos los pacientes que lo necesitan disponen de un donante adecuado”, apunta esta memoria.


Al cierre del año, España contaba con 420.730 donantes inscritos en el Registro de Donantes de Médula Ósea . Gracias a ellos, 221 donaciones fueron efectivas, un 10 por ciento más que el año anterior. A lo largo de 2019 se incorporaron 36.108 nuevos donantes al registro.

En concreto, en 2019 se activaron 869 nuevas búsquedas de donante no emparentado para pacientes españoles. Se localizaron 1.394 donantes compatibles no emparentados para 757 pacientes, lo que supone casi dos donantes para cada paciente. Desde 2010, el tiempo medio de búsqueda de un donante se ha reducido un 45 por ciento y actualmente es de 28 días.


La media de edad de los donantes disponibles es de 34 años y la de los donantes incorporados en 2019 fue de 30. El 53 por ciento de los donantes disponibles es menor de 40 años. Con respecto al sexo, el 63 por ciento del total de donantes son mujeres y de los nuevos donantes de 2019, el 66 por ciento también son mujeres.


En lo que respecta a la procedencia del donante no familiar, el pasado año el 24 por ciento procedieron del registro español. Este incremento facilita la logística y mejora la sostenibilidad de nuestro sistema y es una de las claves que marca el Plan Nacional de Médula Ósea.

Desde 2013

El Plan Nacional de Médula Ósea se puso en marcha en 2013. Desde entonces, el Ministerio de Sanidad y las Comunidades Autónomas han hecho un importante esfuerzo económico para su desarrollo.
Los éxitos de este programa “se deben a una labor compartida por la ONT, los profesionales sanitarios, las sociedades científicas, la Fundación Josep Carreras y las asociaciones de pacientes”, apuntan desde el Ministerio de Sanidad. Finalmente, no conviene olvidar que el programa nacional de trasplante de progenitores hematopoyéticos no sería posible sin los donantes, “a los que se debe agradecer ese generoso gesto que permite dar una segunda oportunidad a los pacientes que lo necesitan”, añaden