Santiago de Quiroga Presidente Editor de EG | viernes, 23 de septiembre de 2016 h |

La ONU ha abordado muy pocos problemas sanitarios mundiales, lo que es una buena noticia: no ha hecho falta que todos los países acuerden un frente común ante males de índole sanitario globales. Al menos, no en muchas ocasiones. Pero de nuevo ha vuelto a ocurrir en una Asamblea de la ONU. Con anterioridad, asuntos como el Ébola o el sida han estado entre los problemas a resolver, y ahora, una nueva catástrofe sanitaria acecha a los habitantes de nuestro planeta, en pleno siglo XXI. Como si de un “revival” se tratara, nos enfrentamos a 700.000 muertes a causa de las resistencias antimicrobianas, retrotrayéndonos al terrible siglo XIX, en el que los antibióticos no existían.

En este problema mundial, que nos afecta a todos, cada día, en los hospitales especialmente, pero también en el entorno extrahospiatalario, se ha establecido un plazo de dos años para actuar a dos niveles. El primero establece un sistema de vigilancia de las resistencias y del uso de los antibióticos. En segundo lugar, implantar planes concretos de investigación para obtener nuevos antibióticos. Parece sencillo, pero me gustaria mostrar quién ha respondido a la llamada de la ONU.

Nos enfrentamos a 700.000 muertes anuales a causa de las resistencias, y la ONU pide ayuda al sector

Lo primero que hay que decir es que un medicamento que se debe reservar, en otras palabras, administrar cuando no hay más remedio, supone seguir unas guías de práctica clínica que establecen pautas estándar. Gracias a las sociedades médicas, a los infectólogos y microbiólogos de la SEIMC, los intensivistas de SEMyCIUC o los neumólogos de la SEPAR, entre otros, existe una estrecha colaboración,que incluye al farmacéutico de hospital y la SEFH que los aglutina. No parece que sea una gran oportunidad comercial investigar un medicamento que se dará con severas restricciones de uso, algo parecido a una enfermedad rara: pocos tratamientos que no aseguran un retorno de la inversión. Por eso, la llamada a la acción de la ONU ha sido recogida por compañías como AstraZeneca, Roche, GSK, Johnson & Johnson, MSD, Novartis, Pfizer y Sanofi. Estas compañías se han comprometido con lo que es un problema palpable para los ciudadanos y han asegurado que “trabajarán para mejorar el acceso a los antibióticos de alta calidad, vacunas y diagnósticos, invertir en I+D y colaborar con los Gobiernos”.

El plan incluye también aspectos regulatorios y de vigilancia de antibióticos animales, utilizados de manera amplia y que llegan indirectamente al hombre. Pero también cuenta con el único profesional abierto 24 h que existe: el farmacéutico. No han sido pocas las veces que un hombre o una mujer licenciada en farmacia nos ha disuadido del consumo de antibióticos que creíamos necesitábamos ante un proceso gripal. También lo ha hecho el médico, pero en ocasiones no hacemos caso ni a unos ni a otros. El 25 de septiembre hemos celebrado el dia mundial del farmacéutico, y en esta ocasión, como en tantas otras, la oficina de farmacia va a seguir cuidando de nosotros. La implicación de la farmacia es cada vez una tranquilidad mayor, desde los planes de actuación contra las terribles resistencias (prevención y seguimiento) hasta la adherencia a los tratamientos. Son casi 70.000 y están para cuidar nuestra salud.

Seguiremos la pista…

Las compañías farmacéuticas responderán a la llamada de la ONU para incorporar nuevos tratamientos antibióticos.

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