En Bayer miramos al futuro con optimismo

Artículo de opinión de Bernardo Kanahuati, consejero delegado de Bayer en España y Portugal

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Nuestra apuesta por la inversión es nuestro compromiso de futuro con la sostenibilidad y con el avance científico para seguir dando respuesta a las necesidades de la población.

2019 ha sido un año especialmente destacado para Bayer en España por diferentes motivos. La conmemoración de nuestros 120 años ha servido para reflejar nuestro compromiso continuado con un país referente a nivel mundial en los ámbitos de salud y alimentación en los que estamos presentes, pero también nos ha impulsado para proyectarnos firmemente hacia el futuro, gracias a haber cerrado un año con una cifra récord de inversión. Con cerca de 60 millones destinados al país en 2019, queremos mostrar nuestra voluntad de seguir creciendo, con inversiones en infraestructuras que contemplan la ampliación de nuestros centros productivos y de I+D, así como nuestro apoyo al talento innovador y a las instituciones públicas y privadas del país, con las que cada día colaboramos para seguir aportando avance e innovación científica que dé respuesta a las necesidades de la sociedad.

Guiados por nuestro propósito —ciencia para una vida mejor—, continuamos trabajando para dar respuesta a algunos de los mayores retos mundiales en salud y alimentación, y lo hacemos apoyados en la sostenibilidad como concepto transversal e integrado en nuestra estrategia. Nuestra finalidad no puede ser otra que la de mantener un impacto positivo, con un crecimiento económico siempre acompañado de desarrollo social, colaboración con los entornos en los que operamos y con la menor huella medioambiental posible.

“Guiados por nuestro propósito (ciencia para una vida mejor), continuamos trabajando para dar respuesta a algunos de los mayores retos mundiales en salud y alimentación, apoyados en la sostenibilidad como concepto transversal”

Recorremos este camino mirando a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que Naciones Unidas nos ha propuesto a todos y que orientan nuestra estrategia. Los expertos científicos nos dibujan un futuro con una población cada vez mayor, con todo lo que esto implica. Así, por ejemplo, en 2050 se estima que se alcance los 10.000 millones de habitantes en todo el mundo, lo que nos obliga a pensar en cómo alimentaremos a toda esta población teniendo en cuenta los recursos y terrenos para el cultivo limitados. Por otra parte, el aumento de la esperanza de vida nos lanza otro reto colectivo y nos invita a pensar cómo mejorar la salud y el bienestar de una sociedad cada vez más envejecida.
Así pues, coherentes con nuestro propósito y los grandes desafíos sociales, avanzamos cada día para aportar soluciones siempre basadas en la ciencia y la investigación.

Necesitamos seguir trabajando para poner la ciencia en primer plano, también en términos de reconocimiento público. Si trasladamos estos desafíos al momento actual y al estado de la salud en España, vemos que todavía queda mucho camino por recorrer para que los avances en innovación científica que aporta un sector como el nuestro tengan el reconocimiento público correspondiente. A pesar del gran esfuerzo inversor de nuestro sector, muy por encima de la media, necesitamos avanzar en términos de acceso a la innovación y, por qué no, mejorar en el conocimiento y la sensibilización pública del valor de la ciencia y su importante contribución al desarrollo económico y al empleo. La percepción pública de los medicamentos requiere ser evaluada y protegida, porque la innovación no es sólo la ciencia que está por venir, sino toda aquella que sigue aportando al sistema sanitario y que permite a la industria innovadora seguir dedicando esfuerzos a la investigación y desarrollo de nuevos fármacos.

Avances en oncología de precisión

La industria farmacéutica seguirá jugando un papel fundamental en la mejora de la salud de la población. En las últimas décadas hemos asistido a un considerable incremento de la esperanza de vida de la población, gracias a la investigación científica, que ha jugado un rol fundamental para paliar o incluso erradicar enfermedades que antes eran mortales.

Sin duda, nuestro fármaco más emblemático es Aspirina®, toda una innovación en su momento que todavía hoy, 120 años después, sigue ocupando un lugar destacado en los hogares, siendo un referente también en investigación, con más de 4.000 estudios en torno a su principio activo. Pero este es sólo nuestro fármaco más conocido; tenemos el orgullo de haber aportado de forma considerable con nuestra innovación en todas aquellas áreas en las que hemos estado presentes. Uno de los mayores retos actuales es contribuir al tratamiento del cáncer y, en este sentido, nos ilusiona hablar ya en presente de uno de los fármacos más innovadores en esta especialidad. Se trata del primer tratamiento con indicación agnóstica aprobado en Europa y que en este 2020 esperamos que sea una realidad para los pacientes de nuestro país. Este nuevo fármaco para el tratamiento de pacientes con cáncer con una alteración de los genes NTRK, independientemente del tipo de tumor, se convierte además en el primer fármaco aprobado simultáneamente para pacientes adultos y pediátricos.

Además, seguimos investigando en áreas terapéuticas de alta prevalencia como la salud cardiovascular, en la que en los próximos años esperamos incorporar tanto nuevas indicaciones para nuestros fármacos actuales como nuevas moléculas. En concreto, en el área de salud vascular hemos recibido recientemente la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento para el tratamiento de la enfermedad arterial coronaria o enfermedad arterial periférica, patologías de alta prevalencia y que tienen un gran impacto en la calidad de vida de las personas que las padecen. Otra de las áreas destacadas y en la que en los últimos años hemos aportado una considerable innovación es la de oftalmología, con avances en tratamientos que han supuesto un gran hito en algunas de las enfermedades más prevalentes y graves de la retina, como pueden ser el edema macular diabético y la degeneración macular asociada a la edad, entre otras.

No quiero terminar sin reconocer el talento innovador e investigador presente en este país que, junto al compromiso e inversión que todos los actores del sector debemos sostener en los próximos años, posicionan a España para que siga jugando un rol fundamental en el avance de la ciencia y de la salud de la población del futuro. Es por todo ello que los 2.200 empleados que formamos Bayer en España miramos al futuro con optimismo y confiamos en nuestra capacidad de contribuir a mejorar la salud de la sociedad.