Si algo ha puesto la pandemia de manifiesto es la necesidad de contar con una Unión Europea más fuerte en términos de suministro. En este contexto, y también alineado con los objetivos que persigue la Estrategia Farmacéutica de la UE, mejorar la resiliencia en este aspecto resulta primordial. Para garantizar que se logra una autonomía estratégica de los Estados miembro, conservando una economía abierta con otros mercados, la Comisión Europea ha impulsado lo que denomina un ‘diálogo estructurado’; con este, quiere solucionar aquellas carencias que se han detectado durante la crisis de COVID-19.

Dentro de este diálogo, se quieren abordar todos aquellos aspectos que tienen impacto en la resiliencia de la cadena de suministro. Aquí, se pretenden analizar los procesos relativos tanto a materias primas, intermediarios, principios activos y formas de dosificación terminadas.

La reunión para lanzar este proyecto se celebró el pasado 26 de febrero, liderada por el vicepresidente de la CE, Margaritis Schinas y la comisaria de Salud, Stella Kyriakides. Ahora, se ha estipulado que la primera reunión operativa se celebre el próximo 25 de marzo.

Propósitos de la iniciativa

Durante la crisis de COVID-19 se ha puesto de manifiesto que la cooperación es una herramienta fundamental para mejorar la resiliencia de la cadena de suministro en la UE. Uniendo fuerzas se puede lograr impulsar una conversión de la producción, hacia un modelo más flexible, pero garantizando la seguridad en el abastecimiento de fármacos. En esta ecuación, además de la Estrategia Farmacéutica, entran en juego la Estrategia Industrial y la Política Comercial de la UE.

Con todos estos factores, la misión es fortalecer la cadena de suministro de la Unión Europea pero sin comprometer un acceso equitativo a los medicamentos. Para encontrar la fórmula más adecuada, la CE ha impulsado estos diálogos entre agentes relacionados con la industria farmacéutica; de esta manera que se trate de hallar la mejor solución a los problemas existentes.

Para conseguirlo, en estos encuentros se ha previsto la participación de representantes de la industria farmacéutica, autoridades públicas, miembros de la comunidad investigadora, profesionales sanitarios y organizaciones de pacientes.

Esta iniciativa de diálogo estructurado se divide en dos fases. En la primera, se pretende acabar con las posibles brechas de conocimiento, obteniendo más detalle sobre la manera en qué funcionan las cadenas de suministro; con ello, se podrán identificar las posibles carencias para poder paliarlas.

Respecto a los plazos concretos, desde la CE esperan que se puedan generar resultados para finales de 2021, de tal manera que se puedan aplicar soluciones tanto a nivel de la UE como global. Cualquier potencial medida que se ponga en marcha debe realizarse de acuerdo a las reglas de competencia de la UE así como a las de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Primeros pasos

Esta primera fase se divide en cuatro líneas de trabajo. Un grupo operativo se ocupará de cada una de ellas, aunque se coordinarán en aquellos aspectos que tengan puntos en común para garantizar la eficiencia. Además, cada equipo se encargará de presentar un informe escrito.

El primer tema que se abordará en esta primera fase es el fortalecimiento de la cadena de suministro; en este sentido, se apostará por la agilidad, flexibilidad y resiliencia. Aquellos aspectos que el grupo identifique como desafíos, se analizarán para ver si se está trabajando en ellos o hay que buscar solución.

Otro de los puntos es el relativo a medicamentos críticos. Aquí, se valorarán las metodologías y criterios disponibles, estipulando cuáles son los fármacos esenciales en términos de salud pública y evaluando la capacidad de estos en la UE.

Entre los propósitos también está la necesidad de averiguar la raíz de las vulnerabilidades existentes. Para lograrlo se requiere de un análisis pormenorizado de las etapas de la cadena de suministro, poniendo el foco en aquellos retos que han supuesto una mayor amenaza en términos de abastecimiento. Este grupo de trabajo también tendrá en cuenta el desafío financiero derivado de esta labor.

Por último, se atenderá a la innovación. En este punto es preciso determinar las necesidades de modernización para obtener unas cadenas de suministro sólidas que resistan las necesidades de la UE. Además de abordar los desafíos relativos a las nuevas medidas a poner en marcha manteniendo una capacidad de producción competitiva, se integrarán aportaciones en torno a la transición verde y digital.

Reacción de las entidades europeas

En esta primera reunión participaron numerosos laboratorios; también entidades europeas como la patronal de la industria farmacéutica, Efpia, y la patronal del genérico Medicines for Europe.

Efpia: soluciones pragmáticas basadas en la evidencia

Desde la Efpia apuntan que la COVID-19 ha corroborado la capacidad de adaptación de la industria europea, consolidando a la UE como un fuer exportador de productos farmacéuticos. Asimismo, destacan que a pesar de los contratiempos, también ha mostrado su solidez en exportaciones. Algunos de los datos que certifican esta afirmación, detallan desde la patronal, son que Europa obtiene el 77 por ciento de principios activos de sus propias plantas de investigación, desarrollo y producción; del porcentaje restante, un 12 por ciento proviene de Estados Unidos y un nueve por ciento de Asia.

Nathalie Moll, directora general de la Efpia, apuntaba que en la entidad acogen “con satisfacción el reconocimiento de que la colaboración es clave para la solidez de la cadena de suministro; la experiencia reciente en el descubrimiento, desarrollo y suministro de vacunas y terapias COVID-19 ha destacado que la resiliencia comienza gracias a nuestro ecosistema de investigación y desarrollo sumado a cadenas de suministro globales resilientes”. Así, la Efpia espera participar en este diálogo aportando “soluciones pragmáticas basadas en evidencias que sean útiles para los ciudadanos”.

Medicines for Europe: pacientes en el centro de la planificación

Por su parte, desde Medicines for Europe consideran esta iniciativa como una gran oportunidad para encontrar una solución que garantice un suministro sostenible de medicamentos en Europa. Para conseguirlo demandan que se ponga a los pacientes en el centro de la planificación. En esta reunión, desde la patronal del genérico se enfatizó en la necesidad de sentar las bases para impulsar una mayor fabricación europea, combinando “políticas de mercado inteligentes, fondos de inversión y marcos regulatorios ágiles”.

En palabras de Christoph Stoller, presidente de Medicines for Europe, es muy doloroso observar como Europa pierde competitividad por lo que plantea que “este diálogo es un primera paso para plasmar y evaluar fortalezas y debilidades, definir cambios normativos y atraer nuevas inversiones, al mismo tiempo que se apuesta por un mercado abierto”. A este respecto desde la patronal consideran que se ha de atender a las necesidades concretas de la industria de genéricos y biosimilares.


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