En el ámbito de la Farmacia, la especialización es el futuro. Sin embargo, la relativa a la farmacia comunitaria no parece materializarse a corto plazo. Desde la Sociedad Española de Farmacia de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), llevan 11 años luchando por su puesta en marcha. La falta de involucración y de interés de la administración sanitaria o el desconocimiento de si los Colegios Oficiales de Farmacéuticos (COFs) van a apoyar su implementación son algunas de las barreras a las que se enfrenta actualmente.

Para conocer más afondo todo lo que rodea a esta cuestión, EG se ha puesto en contacto con Vicente J. Baixauli, presidente de SEFAC, quien garantiza que es urgente crear la especialidad de farmacia comunitaria por varias razones. Entre ellas, destaca las ligadas a las nuevas necesidades de la población (envejecimiento y morbimortalidad asociada a fármacos), del sistema sanitario (entorno familiar, necesidad de potenciar medidas de promoción y prevención y la eficiencia y sostenibilidad del mismo) y del profesional (cambios en la práctica farmacéutica de la mano de los Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales (SPFA), la necesidad de formación adicional y de diferenciarse de otros profesionales sanitarios o la reprofesionalización).

Cambios en la profesión

Por otro lado, alude a que la Atención Primaria (AP) “necesita ya, sin dilación, abordar con todos los recursos a su alcance la atención de los pacientes españoles”. Además, alega que a los farmacéuticos comunitarios les conviene luchar por esta especialidad, “necesitan hacer cambios en su profesión que vayan ligados a la especialización en atender a los pacientes no hospitalizados, a la carrera profesional, a la diferenciación con otros profesionales, al aumento de competencias profesionales, etc”. En este último aspecto lamenta que “estamos a la cola de los farmacéuticos europeos”. De hecho, incidiendo en si hay otros países que cuenten con esta especialidad, Baixauli indica que “no como tal”. No obstante, subraya que tampoco cuentan con la mayoría de especialidades farmacéuticas que tenemos en España.

Profundizando en las ventajas que traería consigo la creación e implementación de esta especialidad, el presidente de SEFAC incide en que mejoraría la atención al paciente, especialmente a los crónicos, polimedicados, frágiles y vulnerables. Asimismo, bajo su punto de vista, impactaría positivamente en el desarrollo de los SPFA, la mejora del nivel profesional y de la carrera profesional.

Falta de interés en que salga adelante

Ya en el año 2013, desde SEFAC demandaron la puesta en marcha de esta especialidad. Sin embargo, a día de hoy, continúa siendo una demanda que parece haber caído en saco roto. Según el presidente de SEFAC, están esperando clarificar si los Colegios de farmacéuticos apoyarán o no esta petición. “Se necesita que al menos el 70 por ciento de los farmacéuticos afectados se adhieran a esta propuesta o que más de cinco CC. AA lo soliciten en el Consejo Interterritorial de salud”, informa. Al respecto, confirmó que con la constitución de la mesa de la profesión farmacéutica del Congreso y las declaraciones que se hicieron sobre este tema iban a poder avanzar. No obstante, lamenta que las elecciones del Consejo General “paralizaron las reuniones y no se han retomado”.

Además, alega que el motivo principal por el que no sale adelante es que “no interesa que se cree a los que podrían crearla”. “Hay una discriminación interesada en que el farmacéutico comunitario no se especialice y, si se estudian detenidamente los argumentos en contra, y se confrontan con lo que ocurre con otras especialidades farmacéuticas ya existentes, se pueden subsanar”, garantiza. Incidiendo en cuáles son los argumentos que obstaculizan su puesta en marcha subraya que, a su juicio, son “insalvables”. Así, destaca que hacen referencia a que la farmacia comunitaria no forma parte del Sistema Nacional de Salud (SNS), que no hace falta, que impediría trabajar a los farmacéuticos recién licenciados, que limitaría el ejercicio de farmacéuticos de otros países europeos, etc.

Las claves del “nuevo” modelo de especialidad

El “modelo” de especialidad que plantean consta de una formación de tres años, vía FIR, financiación privada por el alumno, con un sistema de residencia en farmacias comunitarias acreditadas rotando por distintas farmacias, por servicios de urgencia, farmacia de hospital y centros de salud y sociosanitarios. En lo que respecta a las deficiencias que identifican en los grados de Farmacia actuales y en las que se debería incidir para mejorar la formación en la vertiente comunitaria, indica que “no son relevantes”. Al respecto, asegura que es una titulación “muy completa y con muchas salidas profesionales que impiden profundizar específicamente en algunas de ellas”. Motivo de ello, recalca que las especialidades surgen porque es necesario adquirir competencias específicas en una modalidad de ejercicio profesional que no es posible adquirir en los grados por múltiples razones. Entre ellas, que no se es todavía un profesional, no se trabaja con pacientes reales en ámbitos reales o no se tiene responsabilidad, entre otras.

En el caso de que finalmente saliera adelante la especialidad, según Baixauli, “al menos al principio, no debería ser obligatorio”. No obstante, afirma que no son ellos los que tienen que decidirlo. Otro de los puntos controvertidos es qué pasaría con los profesionales comunitarios que ya están desempeñando su labor profesional en las oficinas de farmacia del territorio nacional y carecerían de esta especialización. Sobre ello asegura que sucedería lo mismo que ha pasado con el resto de especialidades sanitarias existentes. “Lo más normal es que se reconociera la especialidad en aquellos profesionales que llevasen un tiempo y/o cumplieran requisitos determinados”, sostiene. “A partir de ese momento, los estudiantes que acabasen podrían elegir entre hacer la especialidad o no”, añade. De hecho, estima que, si tuviera que establecer un plazo para la creación de la especialidad, la primera promoción de especialista vía FIR en farmacia comunitaria saldría, como mínimo, en cinco años.

La implicación de la Administración y la actualización del modelo, prioridades

Contar con el apoyo de la Administración en cuestiones de esta índole resulta crucial. No obstante, en lo relativo a la especialidad de farmacia comunitaria, Baixauli lamenta que “los contactos que hemos tenido a nivel de la Dirección General de Ordenación Sanitaria del Ministerio de Sanidad nos han hecho constatar el desconocimiento y poco interés que tienen sobre este tema“. Asimismo, ha informado que la administración sanitaria tiene problemas más importantes que este por resolver, “aunque no se ha dado cuenta de que la farmacia comunitaria, y de la mano, la especialidad de los farmacéuticos comunitarios, es una parte de la solución del problema de la AP”.

La actualización del modelo de farmacia español es una de las prioridades actuales de la profesión farmacéutica. “Estamos entrando en la cuarta revolución industrial y seguimos igual que antes de entrar en la tercera. El modelo mediterráneo de farmacia comunitaria morirá de éxito si no se actualiza”, concluye el presidente de SEFAC.


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