«Si algo deben tener claras nuestras administraciones y autoridades sanitarias es que aprovechar la red de farmacias es un instrumento muy importante para reforzar la salud pública y dotarla de mayor capacidad«.

Con esta aseveración ha dado pie Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Farmacéuticos, a la presentación de los resultados del estudio de “Seguridad y Seroprevalencia en población vacunada frente a la COVID-19 de la Red de Farmacias Centinela de Castilla y León”. Un estudio con el que se ha investigado a través de las farmacias el grado de inmunidad que generan las vacunas de la COVID-19 en población inmunizada, así como el posible tiempo de duración de la misma.

Las conclusiones principales de esta investigación están relacionadas con la seguridad y eficacia de las vacunas actualmente existentes. En ellas se ha detallado que las vacunas basadas en ARNm presentan una respuesta de anticuerpos más duraderas, también se han observado 4.100 reacciones adversas, dos de ellas no registradas, y se ha definido el perfil más propenso a tener estos efectos, con una menor respuesta de anticuerpos: la mujer joven.

Sólo en Castilla y León pasan por las farmacias cerca de 150.000 pacientes «capaces de proporcionar datos muy relevantes para la toma de decisiones en un ámbito sanitario», por lo que Aguilar ha asegurado que, este trabajo, demuestra que apostar por la farmacia, por los farmacéuticos, e integrarla en el sistema será el éxito de muchas políticas sanitarias.

Del mismo modo ha opinado Javier Herradón, presidente del Concyl y del COF de León, quien ha argumentado que, en base a las conclusiones obtenidas con este trabajo, las farmacias son polos de información sanitaria, sensores de salud capaces detectar problemas de salud y, además, en tiempo real.

Sólo en Castilla y León pasan más de 150.000 pacientes por las farmacias. Personas capaces de proporcionar datos relevantes para la toma de decisiones sanitarias.

Aunque también existen otras redes de farmacias centinelas distribuidas por el territorio nacional, Herradón ha recordado que esta red, por su carácter ambivalente, no sólo hace un seguimiento de la farmacovigilancia como el resto, sino que además hace una labor de investigación, como este estudio.

Pfizer, a la cabeza en seguridad y protección

Tal y como ha detallado el secretario del CONCYL, la eficacia se ha valorado en función de la respuesta de anticuerpos. A pesar de que no es la única respuesta que se genera después de la vacuna, Nájera ha esclarecido que se ha elegido esta forma porque sí es un sensor que puede indicar qué inmunidad está generando la vacuna en estos pacientes.

En términos generales, se ha alcanzado una alta efectividad, superior al 85 por ciento en la generación de anticuerpos en los individuos vacunados, frente al 4 por ciento de los no vacunados que pasaron la enfermedad.

No obstante, este porcentaje y su duración ha estado condicionado por diversos factores, como el contacto previo con el virus, el protocolo de vacunación utilizado o la edad del individuo.

Respecto a este segundo aspecto, la población que ha pasado previamente la infección por COVID-19, independientemente del protocolo de vacunación, ha sido superior al 80 por ciento. Aun así, el 20 por ciento de la eficacia cae de forma significativa en aquellos que se han puesto una vacuna basada en vectores virales, como es el caso de Astrazeneca o Janssen, y que no ha sido expuestos al virus.

Se ha alcanzado una alta efectividad, superior al 85 por ciento en la generación de anticuerpos en los individuos vacunados, frente al 4 por ciento de los no vacunados que pasaron la enfermedad.

Del mismo modo pasa con la respuesta de anticuerpos. Según ha explicado Nájera, se mantiene estable cuando el individuo ha pasado el COVID, hasta 11 meses en vacunados con ARNm, pero esta respuesta disminuye a 8 meses cuando se tratan de vacunas de vectores virales. Todavía es menos favorable en personas que no se han expuesto previamente al virus, pues la duración de respuesta de estos anticuerpos disminuye a 7 y 4 meses.

De estos resultados, ha comentado el experto, se puede hacer una previsión del tiempo que se debe esperar entre la última dosis y la siguiente, en cada caso.

En cuanto a la edad, los expertos han observado que más del 80 por ciento de los vacunados con Pfizer o Moderna mantienen una respuesta de anticuerpos estable en todos los grupos de edad. Pero, por el contrario, la respuesta es significativamente menor en pacientes que recibieron vacunas de AstraZeneca o Janssen. Y todavía más en población joven.

La respuesta de anticuerpos se mantiene estable cuando el individuo ha pasado el COVID, hasta 11 meses en vacunados con ARNm. Pero esta respuesta disminuye a 8 meses cuando se tratan de vacunas de vectores virales.

Por ejemplo, la respuesta en personas de entre 18 y 30 años se mantiene en más del 90 por ciento si la vacuna que han recibido está basada en ARNm. Pero, en aquellos en los que la dosis está basada en vectores virales, la respuesta se mantiene en el 48 por ciento.

De ahí que se haya establecido la necesidad de poner una nueva inmunización a este sector de la población, reforzando la vacunación con sueros basados en ARN mensajero (Pfizer y Moderna).

Más de 4.000 registros de reacciones adversas

Al igual que se ha observado que cuanto más joven, menor respuesta de anticuerpos y menos mantenida puede ser dicha respuesta, los expertos han señalado que esta población también ha sido más propensa a mostrar efectos adversos. Sobre todo un tipo de perfil: mujer joven.

Durante el estudio de la seguridad de las vacunas, Nájera ha detallado que se obtuvieron más de 4100 registros de acontecimientos adversos en la población vacunada, es decir, una media de 1,82 acontecimientos adversos por paciente. La gran mayoría eran conocidos y descritos por informes de farmacovigilancia o por la propia Agencia Española del Medicamento (EMA).

La respuesta de anticuerpos en personas de entre 18 y 30 años se mantiene en más del 90 por ciento si la vacuna se basa en ARNm. Pero, si está basada en vectores virales, la respuesta se mantiene en el 48 por ciento.

No obstante, el experto ha detallado que también fueron capaces de detectar dos reacciones graves en la población estudiada: el síndrome de Guillén Barré y neuritis aguda.

Este síndrome se detectó en 11 casos. Se trata de una enfermedad autoinmune que genera hormigueo y parálisis en algunas extremidades, que puede llegar a afectar a la cara o algún miembro, incluso. «Suele ser una patología transitoria que se recupera perfectamente», ha asegurado Nájera.

La neuritis aguda no está muy lejos de esta sintomatología, según el experto, pues se trata de un trastorno -normalmente de inflamación a nivel de de cerebro-, que también afecta a los nervios y genera unos síntomas muy concretos, frecuentemente leves.

Aunque todas las vacunas son seguras, los autores del estudio han podido comprobar ciertas diferencias entre ellas, dependiendo del protocolo utilizado, el sexo y la edad. En esta línea, han detallado que la vacuna de Pfizer ha sido la que menos efectos adversos ha generado, seguida de Janssen, AstraZeneca y por último, la de Moderna. No obstante, la combinación de las vacunas ha sido el el factor que más reacciones adversas ha generado.

Durante el estudio, se detectaron 4100 efectos adversos. Entre ellos, el síndrome de Guillén Barré y neuritis aguda.

Vacunados y no vacunados

De las 155 farmacias que componen esta red centinela, han participado 121 – aproximadamente el 10 por ciento de las farmacias en Castilla y León-, las cuales han recogido datos de más de 4.000 voluntarios, escogidos de forma aleatoria, «para minimizar los sesgos».

Las fechas escogidas, por el contrario, se eligieron a conciencia, pues se basan en dos momentos clave para los investigadores. Dividido en dos fases, en la primera (junio de 2021) se alcanzó una cobertura vacunal del 50 por ciento de la población en Castilla y León, y en la segunda (finales de noviembre) se inició la vacunación con las terceras dosis en la población más mayor.

«Dos periodos de reclutamiento de pacientes, de apenas 10 días cada uno, han sido suficientes para analizar a más de 4.000 ciudadanos voluntarios, vacunados y no vacunados, y extraer una radiografía de situación. La especial condición de las farmacias permite desarrollar estrategias sanitarias de este tipo, con información temprana y verificada, de gran valor en Salud Pública”, ha manifestado José Luis Nájera, secretario del CONCYL, miembro de la comisión de seguimiento de la Red de Farmacias Centinela de Castilla y León y uno de los directores del estudio.

Ante el éxito de este estudio, en el que el tiempo requerido ha sido escaso, los autores instan al resto de las comunidades autónomas a adoptarlo para ayudar a las autoridades competentes a tomar decisiones.

Por último, los expertos han asegurado que, ante el aumento de la tasa de vacunación infantil, el próximo proyecto de esta red centinela será extrapolar el estudio a esta población.


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