Los errores de medicación son una de las principales causas de daño evitable en los sistemas de salud a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Para intentar atajar este desafío en España, el Instituto para el Uso Seguro de los Medicamentos (ISMP-España), los Grupos de trabajo Redfaster y de Seguridad Clínica de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y la Sociedad Española de Medicina Urgencias y Emergencias (SEMES) han desarrollado el ‘Cuestionario de autoevaluación de la seguridad del uso de los medicamentos en los Servicios de Urgencias’. 

Se trata de una adaptación al ámbito de estos servicios del ‘Cuestionario de autoevaluación de la seguridad del sistema de utilización de los medicamentos en los hospitales’. El nuevo cuestionario se ha elaborado para “conocer y medir la situación y evolución de las prácticas seguras en los Servicios de Urgencias”, tal y como se recoge en el documento publicado.

La SEFH y SEMES tienen objetivos conjuntos, tras firmar en 2022 un convenio de colaboración, para contribuir a mejorar el uso seguro de la mediación por parte de los enfermeros de urgencias, reducir errores evitables, establecer recomendaciones y guías de práctica clínica y favorecer prácticas seguras.

Las urgencias, un entorno de riesgo

El Plan de Acción Mundial para la Seguridad del Paciente 2021-2030, destinado a eliminar los daños evitables en la atención de salud, incluye una estrategia específica que incide en la necesidad de implantar prácticas seguras para mejorar la seguridad del uso de los medicamentos y reducir los posibles eventos adversos.

Este reto insta a desarrollar actuaciones centradas en tres áreas prioritarias: situaciones de alto riesgo –que incluyen los medicamentos y los pacientes y entornos–, transiciones asistenciales y polifarmacia inapropiada.

Uno de esos entornos que presentan especial riesgo son, precisamente, los Servicios de Urgencias. Y es que su alta ocupación, la falta de información sobre los pacientes debido a su corta estancia o la complejidad y variabilidad del tratamiento farmacológico son algunos de los aspectos que influyen en el alto riesgo de que se produzcan errores de medicación y de que estos causen eventos adversos. En concreto, se estima que los errores de medicación en estas unidades afectan a entre el 4 y el 14 por ciento de los pacientes.

Así, el ‘Cuestionario de autoevaluación de la seguridad del uso de los medicamentos en los Servicios de Urgencias’ se presenta como una herramienta útil a la hora de identificar los puntos críticos de riesgo en este ámbito concreto y las oportunidades de mejora. Con la información recopilada, se podrá planificar las prácticas seguras que conviene implantar para minimizar el riesgo de errores. “Pretende llegar a ser un instrumento de apoyo para los profesionales sanitarios de los Servicios de Urgencias y ayudarles en sus objetivos de mejora de la seguridad de los pacientes”, destaca el documento.

Equipo multidisciplinar

ISMP-España, la SEFH y SEMES apuntan a un equipo multidisciplinar para realizar el cuestionario de evaluación de la utilización de medicamentos en las urgencias hospitalarias. Así, recomiendan que esté integrado por un jefe, un médico, un supervisor y una enfermera del Servicio de Urgencias, dos farmacéuticos (uno clínico y otro del área de dispensación), un representante del Comité de Gestión de Riesgos o del Grupo de Trabajo para la Prevención de Errores de Medicación del hospital, un representante de la Dirección de Enfermería y otro representante de la Dirección Médica.

Este cuestionario consta de 133 ítems de evaluación que representan prácticas o medidas concretas destinadas a prevenir los errores de medicación. De ellos, 99 son ítems del cuestionario de hospitales que se han mantenido iguales o con mínimas modificaciones en la redacción, 30 son adaptados al ámbito de los Servicios de Urgencias y 4 son nuevos ítems que se corresponden con prácticas seguras específicas.

Está estructurado en diez apartados clave que condicionan la seguridad de los medicamentos en los hospitales. Destaca la incorporación de los farmacéuticos en los Servicios de Urgencias. Estos profesionales están integrados en los equipos asistenciales y son los que revisan la medicación y desempeñas actividades clínicas.

Los hospitales deben indicar si se dispone de la presencia física de, al menos, un farmacéutico todos los días de la semana para resolver posibles incidencias con la medicación. El cuestionario también plantea si las intervenciones farmacéuticas en respuesta a una prescripción médica potencialmente grave y urgente para el paciente se comunican inmediatamente a las enfermeras que lo atienden; y si los farmacéuticos proporcionan la información relacionada con la medicación que sea de interés para los profesionales sanitarios.

Otros aspectos a evaluar son la información demográfica sobre el hospital, que permite registrar las características del Servicio y comprar los resultados con la información de otras unidades; información básica de los pacientes y los medicamentos; la comunicación de las prescripciones y de otro tipo de información sobre la medicación; información sobre el etiquetado, envasado y nombre de los medicamentos; estandarización, almacenamiento y distribución de los medicamentos; la adquisición utilización y seguimiento de los dispositivos para la administración de los medicamentos; factores del entorno y recursos humanos; competencia y formación del personal; educación a pacientes o familiares; y programas de calidad y gestión de riesgos.


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