La expedición de Magallanes, que partió desde Sevilla en 1519 y que dio la primera vuelta al mundo, tuvo una indudable presencia farmacéutica a través de productos medicinales que componían la botica del viaje. Fue preparada por el farmacéutico sevillano Juan Bernal para las naves españolas comandadas por Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano. Hoy tenemos constancia de este hecho gracias a la conservación del manuscrito original del inventario de los productos y que ha sido el centro de la exposición “La botica en la expedición de la primera vuelta al mundo”, durante el Congreso Mundial y Nacional de Farmacia. Este año se celebra el quinto centenario del regreso a España de dicha expedición.

Miembros del CGCOF, presidentes de Colegios Oficiales y otros representantes del sector durante la presentación de la exposición en el Congreso Nacional y Mundial de Farmacia en Sevilla

La Armada de Magallanes, con más de 200 marineros y cerca de mil días de navegación, debía dotarse de los medios adecuados para hacer frente a las enfermedades o infortunios. Bernal embarcó en las cinco naves hasta 60 tipos de medicamentos. El texto, que se encuentra en el Archivo de las Indias, figuraba en la documentación del flete original y data del día 29 de agosto de 1519, quince días antes de la partida de la expedición del muelle de las Mulas. El elemento neurálgico, además del propio escrito, ha sido la recreación de la botica de abordo que incluía una caja de medicamentos de la época, así como balanzas, pesos ponderales y tarros de farmacia. Este espacio se completaba con un facsímil del inventario de dicha botica donde quedan recogidas las drogas puestas a disposición de los cirujanos y barberos para tratar las enfermedades y heridas. Para Jesús Aguilar, presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF), se trata de “uno de los momentos de mayor calado en la historia de la Farmacia en España, que demuestra que ya en el siglo XVI los boticarios han desempeñado funciones necesarias en el cuidado de la salud, garantizando la producción y dispensación de medicamentos”.

La exposición también contaba con otros interesantes elementos relativos al viaje, como las especias que se trajeron a la vuelta. En total se descargaron casi 30 mil kilogramos entre las siete especias más cotizadas que pudieron comerciar y adquirir en las Islas Malucas: azafrán, nuez moscada, sándalo, jengibre, canela, clavo y pimienta negra. Conocidas como el “oro de la época” y con el estatus de las sedas o los perfumes, eran productos muy cotizados en los mercados europeos, donde llegaban a multiplicar su valor original; y que abrieron el camino a nuevos conocimientos terapéuticos.

También se pudo descubrir cómo era la navegación y la náutica en la expedición de Magallanes y Elcano gracias a una maqueta a escala de uno de los navíos, la Nao Victoria, que fue el único que pudo completar el periplo. Junto a la miniatura, figuraban también una fiel reproducción del mapa de Jorge Reinel de 1519, coetáneo del viaje, además de algún astrolabio y esfera armilar que corresponden a las artes de navegación contemporáneas de la expedición.

La exposición se basa en la obra realizada por los doctores en Farmacia Cecilio J. Venegas y Antonio Ramos Carrillo, con motivo de la contribución del ámbito farmacéutico español a la celebración de la primera circunnavegación a la Tierra. La editorial del texto es Taberna Libraria, especializada en la reproducción de manuscritos y documentos antiguos, y ha contado con la colaboración de la Academia Iberoamericana de Farmacia y el CGCOF.


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