Dijo Ortega y Gasset que ‘Solo cabe progresar cuando se piensa en grande y solo es posible avanzar cuando se mira lejos’. Y ese ha sido el mensaje, “simple y transformador”, que la Asociación Española de Bioempresas (Asebio) ha trasladado ante la Comisión para la Reconstrucción del Congreso. “Invertir en ciencia e innovación es invertir en la capacidad futura del país para hacer frente a emergencias sanitarias como la provocada por la Covid-19, pero también para impulsar un nuevo crecimiento económico, más verde y sostenible”, ha dicho su presidenta, Ana Polanco. Para ello, ha añadido, España necesita de “una estrategia en Biotecnología y en Ciencias de la Vida“.

Con la entrada de la Biotecnología en el Congreso ha cobrado más importancia que nunca la reivindicación tradicional de este sector: reforzar la confianza social y política en la ciencia y la innovación. “Nuestro país tiene que situar a la ciencia en el corazón de sus políticas y su regulación”, resumió Polanco.

Invertir en I+D: la primera área de mejora

La pandemia por la Covid-19 ha puesto en evidencia múltiples áreas de mejora. Y el primer mensaje lanzado por Polando en el marco de esa estrategia en Biotecnología ha sido que invertir en salud es invertir en futuro.

Si por algo destaca España es por dedicar menos recursos que algunos países de su entorno. “Dedica el 8,9 por ciento del PIB al gasto sanitario, frente a, por ejemplo, el 11,2 por ciento de Alemania. Esto supone un gasto sanitario per capita de 3.224 euros frente a 5.840 de Alemania, un 45 por ciento menos. Alemania ha gestionado la crisis con éxito gracias a apuesta por invertir en sanidad y además por ligar estas inversiones al coste-efectividad de las medidas en salud”, ejemplificó Polanco.

Lo mismo ocurre con la ciencia. La crisis de 2008 puso de manifiesto que quienes priorizaron la I+D consiguieron una recuperación mejor y más rápida. Sin embargo, España mantiene un sistema de ciencia e innovación que no se corresponde con su potencial económico. Ocupa el quinto lugar en PIB per capita de la UE y el puesto 19 de 28 en el ránking de innovación. Y en términos de inversión en I+D sobre PIB, está en un 1,2 por ciento. España sigue lejos del conseguir el objetivo marcado del 2 por ciento, que por tiene Francia. Eso, por no habla del casi 3 por ciento de Alemania o del 4 por ciento de Israel.

Una colaboración público-privada muy rentable

España tiene mucho que aprender de otros países en muchos aspectos, entre otros en materia de colaboración público-privada. “Debe hacer inversión pública y debe haber inversión privada, porque la pública es tractora de la privada”, defendió Polanco.

De ahí que invertir no sea solo positivo, sino también rentable. “Sabemos que las inversiones en I+D tienen un impacto positivo en el crecimiento económico, el empleo y la productividad. Sabemos que dos tercios del crecimiento económico de Europa desde 1995 a 2007 deriva de las inversiones en I+D. También sabemos que por cada 100 euros de inversión pública en I+D una economía se expande en 120 euros“, comentó la presidenta de Asebio.

Ana Polanco, presidenta de Asebio, ha trasladado en el Congreso la necesidad de impulsar una Estrategia en Biotecnología y Ciencias de la Vida transversal.

En el caso de España, el impacto económico derivado de la inversión en el sector Biotec ha sido del 0,7 por ciento del PIB… Una contribución total a las arcas del estado de cerca de 2.500 millones de euros a la que se suma la generación de empleo de calidad: 92.000 trabajos de forma directa e indirecta inducida.

Junto con la inversión, la Estrategia en Biotecnología y en Ciencias de la Vida que defiende Asebio advierte de la necesidad de instrumentos que impulsen la colaboración público-privada y que permitan convertir las inversiones en ciencia en soluciones innovadoras para la salud de las personas y el bienestar de la sociedad.

Resultados en salud

Además de los beneficios económicos, Asebio ha puesto de manifiesto el impacto positivo del sector en la salud. Durante más de dos décadas, ha permitido el desarrollo de soluciones para proteger de enfermedades infecciosas como el VIH, el ebola, la gripe aviar o la tuberculosis.

Actualmente, 8 de cada 10 medicamentos mas vendidos en el mundo son biotecnológicos. La innovacion biotecnológica ha incidido de forma radical en las áreas de la oncología, infecciosas, neurodegenerativas, enfermedades raras o autoinmunes gracias a ingeniería genética, a los anticuerpos monoclonales o a las terapias avanzadas.

El último ejemplo de esta contribución ha sido la labor del sector durante la pandemia. El trabajo “contrarreloj”, según Polanco, para ofrecer respuestas en forma de vacunas, tratamientos y soluciones de diagnóstico ha permitido el desarrollo y la producción de cerca de 750.000 test de PCR semanales y en torno a 2 millones de test de anticuerpos.

La Biotecnología, ante el reto de la transición ecológica

La presidenta de Asebio, Ana Polanco, a su llegada al Congreso de los Diputados.

La estrategia en Biotecnología y en Ciencias de la Vida que Asebio ha llevado al Congreso incluye la biotecnología en la agenda de la reconstrucción por otras razones.

En las próximas décadas será crucial invertir en áreas que ofrezcan soluciones sostenibles a las enfermedades emergentes, al envejecimiento, la transición justa o al cambio climático. Y la Biotecnología puede ayudar en todas esas áreas. Además de en las áreas de vacunas, tratamientos y diagnósticos, el sector “también ofrece soluciones al reto climático en forma de bioplásticos, biofertilizantes, biocombusibles o cultivos resistentes a sequías”, recordó Polanco.

De aquí que, a la hora de plantear una Estrategia en Biotecnología, Asebio recuerde su carácter transversal. La patronal tiene en mente los modelos de Dinamarca y Reino Unido, cuyos planes abarcan desde la I+D al talento, pasando por cuestiones regulatorias y de acceso, cuestiones a trabajar en España. Así, la presidenta de Asebio recordó que en España, un medicamento puede tardar 1 ó 2 años en llegar a los pacientes de según qué comunidades autónomas desde que ha sido aprobado por la EMA. A este tiempo se suman los 16 años, “con altísimo riesgo”, que lleva de media la fase de investigación.

Ana Polanco: “Profarma necesita una revisión profunda

Además de una Estrategia en Biotecnología y Ciencias de la Vida, la presidenta de Asebio se mostró partidaria en el Congreso de llevar a cabo una “revisión profunda” del Plan Profarma. El momento es propicio, según Polanco, porque este año acaba el cuatrienio y se inicia una nueva etapa. Precisamente a ello apuntaba una respuesta parlamentaria del Gobierno de la que se hizo eco El Global.

“Yo apostaría por sentarnos todos los que participamos en él y darle una vuelta porque hay aspectos claramente mejorables y tiene que ser un incentivo para que las empresas en el país sigamos apostando por estar, no solo comercializando, sino trayendo investigación de calidad”, aseguró.

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