La llegada de la medicina de precisión ha supuesto un cambio de paradigma en el abordaje terapéutico del cáncer, ya que permite tomar decisiones terapéuticas en función de las características genómicas y moleculares de los pacientes.

En concreto, la incorporación de pruebas diagnósticas que ayuden a identificar nuevos biomarcadores es uno de los pilares en los que se basan actualmente los comités multidisciplinares de tumores para determinar tratamientos con una mayor especificidad y, por tanto, una mayor eficacia y menor toxicidad comparados con los tratamientos convencionales.

Sin embargo, España se encuentra a la cola de la implantación de la medicina de precisión en comparación con los países europeos de nuestro entorno. No obstante, recientemente, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) anunció —tras un encuentro con responsables del Ministerio— que Sanidad está trabajando en la actualización de la cartera de servicios en el área de genética y un grupo de expertos está elaborando su catálogo, y que incluiría el área de biomarcadores.

Cabe recordar que, paralelamente, el Gobierno ha puesto en marcha el Proyecto Estratégico de Recuperación y Transformación Económica (PERTE) para la Salud de Vanguardia, en el que tiene especial protagonismo la medicina de precisión. Su memoria descriptiva recoge los conceptos ligados a ella y cómo deberían implementarse. Pero los oncólogos advierten: la medicina de precisión no son solo los biomarcadores. Otro aspecto a tener en cuenta es que en la ‘hoja de ruta’ para implementarla “se están mezclando todos los conceptos”, tal como advirtieron en el X Foro ECO celebrado recientemente.

Por ejemplo, una de las confusiones o inexactitudes atisbadas en el documento hace referencia a la correlación directa entre kits diagnósticos y biomarcadores. En concreto, atendiendo a la literalidad del texto, el hecho de que una de las actuaciones para implementar de forma óptima la medicina de precisión pase por “el desarrollo de kits diagnósticos basados en nuevos biomarcadores”.

Oncólogos advierten que la medicina de precisión no son solo los biomarcadores: “Están mezclando conceptos”

“Aunque algún test genético puede ser un biomarcador predictivo, se está hablando de los biomarcadores como si solo fueran los test genéticos”, aclara a EG Rafael López, presidente de la Fundación ECO.

“En segundo lugar, también existen los biomarcadores pronósticos; el problema es que la medicina de precisión no son solo los biomarcadores y además son diferentes de los genéticos”, añade el especialista.

Por ejemplo, dentro del cronograma de actuaciones que recoge el PERTE, el Gobierno señala el “apoyo y colaboración con empresas biotecnológicas —colaboración público-privada— para el desarrollo y aplicación clínica de nuevos biomarcadores, tecnologías diagnósticas, y modelos predictivos para identificación de riesgos individuales”.

El documento otorga al Ministerio de Ciencia la potestad para liderar estas acciones a partir de este segundo trimestre de 2022, ya para lo cual se refleja una contribución pública (financiación) de 36,6 millones de euros.

La confusión “de base” que existiría en las Administraciones —como ejemplificaría esta memoria del PERTE— puede repercutir en un retraso importante y resultados de la implantación de la medicina de precisión en España.

“Ya llevamos años de retrasos con otros países europeos. Si, además, se genera un elemento de confusión, y si encima no hay una planificación correcta dado que se parte de una idea que no es la más adecuada, va a provocar un mayor retraso”, especifica el experto.

La confusión en las Administraciones podría retrasar la implantación de la medicina de precisión

Hacia el nuevo modelo

Por otra parte, López insiste en que, ante las nuevas estructuras que tienen que llegar, entran en juego un conjunto de especialistas como patólogos, biólogos moleculares y bioinformáticos.

“La medicina de precisión se tiene que incorporar a la forma de hacer medicina actualmente y, para ello, también hay que contar con los clínicos y se tienen que incorporar más agentes, como los biólogos o los bioinformáticos. Esto es toda una revolución en la medicina, que es necesario que se incorpore”, puntualiza el oncólogo.

Para alcanzar este modelo, el presidente de la Fundación ECO expone que faltan las dos ‘patas’ fundamentales.

No hay un Plan Nacional de Medicina de precisión, porque este se basa en dos grandes elementos: por un lado, los estudios moleculares, y, por otro lado, la agregación de todos los datos que se obtengan. Y el Sistema Nacional de Salud no dispone de ninguna de las dos”, subraya.


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