Juan Pablo Ramírez

Madrid

| viernes, 16 de marzo de 2018 h |

Por tercer año consecutivo, la Organización Médica Colegial (OMC) ha registrado un incremento de las agresiones contra los médicos. En 2017 contabilizó 515 casos, un cuatro por ciento más que el año pasado y un 49 por ciento más que en 2014, el ejercicio con menor número de ataques contra los profesionales. Tras siete años de análisis, la OMC es consciente de que estas cifras son todavía la “punta del iceberg”. Ante esta situación, su presidente, Serafín Romero, solicitó una mayor colaboración de las comunidades autónomas para conocer la realidad.

“Es hora de que las administraciones sanitarias den un paso adelante. No vamos a llegar con la intensidad que queremos si las comunidades no se suben al carro”, expresó Romero en el Día Nacional contra las Agresiones. En la actualidad, se producen en España 2,05 agresiones por cada 1.000 colegiados. A pesar de que en 2017 se registró el mayor número de agresiones corresponde a 2011, cuando se contabilizó una media de 2,18, debido a que existía un menor número de médicos colegiados.

La comunidad en la que más agresiones se contabilizaron en 2017 fue Extremadura con una media de 3,81 casos por cada 1.000 médicos. Le sigue Andalucía que presenta una ratio de 3,12 y Castilla-La Mancha, con 2,80. En cuarto y quinto lugar se sitúan Cataluña y Baleares, también por encima de la media nacional.

Tipos de agresiones

Los casos de violencia más comunes son las amenazas, que representan un 56 por ciento de los 515 ataques contabilizados en 2017. Los insultos suponen un 23 por ciento y las lesiones físicas se situaron en el 12 por ciento. El secretario general de la OMC, José Manuel Garrote, destacó el descenso registrado en el número de ataques físicos, que en 2016 representaban el 14,5 por ciento. Con estas declaraciones, no quiso tampoco restar importancia a las amenazas e insultos “que generan miedo y angustia” y dificultan la labor del profesional. Garrote subrayó que este descenso podría ser debido al reconocimiento en el Código Penal del médico como autoridad y la agresión como delito de atentado. El coordinador del Observatorio contra las Agresiones de la OMC, José Alberto Becerra, fue más allá e identificó estas agresiones con “la calidad asistencial”.

El principal escenario de la agresión suele ser la consulta de atención primaria, que acapara un 53 por ciento de los casos. Le sigue la atención hospitalaria donde se produce el 21 por ciento. Las urgencias hospitalarias y de atención primaria se llevan un 10 y un 16 por ciento de las agresiones, respectivamente.

En cuanto a las consecuencias de estos actos. La OMC analizó 59 sentencias en 2017. 43 fueron condenatoria, ocho absolutorias y en cuatro ocasiones se llegaron a acuerdos. De esta cifra, 19 conllevaron penas de prisión y 13 privación de derechos, inhabilitaciones y privaciones. En su mayor parte, 43, acarrearon multas. Romero puso de manifiesto que estas sentencias demuestran que también existe “variabilidad en la práctica jurídica”.

Ya el año pasado el Ministerio de Interior puso en marcha la figura del interlocutor policial sanitario para proteger a los profesionales. En la actualidad, los cuerpos policiales trabajan en la elaboración de un mapa de las agresiones que sirva para prevenir.