En la actualidad, alrededor del 56 por ciento de la población mundial —4400 millones de habitantes— vive en ciudades y se estima que esta cantidad aumente a más del doble para el año 2050, momento en que casi 7 de cada 10 personas vivirán en este tipo de asentamientos urbanos.

Las ciudades son elementos clave para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ya que éstas van a la vanguardia de los impactos climáticos. Así, por ejemplo, son responsables de más del 70 por ciento de las emisiones de carbono y generan cada año más de 2000 millones de toneladas de residuos.

El crecimiento de las ciudades lleva aparejado un aumento significativo en la generación de residuos, lo que plantea desafíos cada vez más apremiantes para su correcta gestión. Afortunadamente, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una poderosa herramienta para abordar este problema.

Con su capacidad para analizar grandes cantidades de datos, aprender patrones complejos y tomar decisiones en tiempo real, la IA está revolucionando la forma en que gestionamos nuestros residuos urbanos.

SIGRE innova en sus actividades y procesos para avanzar hacia un futuro más limpio, sostenible y saludable en la gestión los residuos de medicamentos.

Así, la optimización de la recogida de los residuos, su clasificación automatizada, la predicción de la generación de los mismos, la monitorización y detección de vertederos ilegales e incluso la sensibilización ciudadana a través de chatbots son solo algunos ejemplos de cómo la IA puede ayudar a una gestión sostenible de los residuos.

Entidades como SIGRE, responsable de la gestión de los envases y residuos de medicamentos, no son ajenas a esta revolución y llevan ya años innovando en sus actividades y procesos para avanzar hacia un futuro más limpio, sostenible y saludable en la gestión de estos residuos.

Las innovaciones en el packaging de los envases de medicamentos a través de los Planes Empresariales de Prevención; la optimización de las rutas de recogida de los residuos en las farmacias y en los almacenes de la distribución gracias a la AI y el Big Data; el sistema de IA y machine learning con el que cuenta la Planta de Clasificación de Envases y Residuos de medicamentos para mejorar las tasas de reciclaje de los materiales; y la planificación de sus campañas de comunicación a través de la IA son una muestra de cómo SIGRE fomenta esta innovación disruptiva en su modelo de actividad.

En el caso de SIGRE, además, la IA es un complemento perfecto de la denominada inteligencia emocional, puesto que su labor de cuidado del entorno solo es posible si consigue establecer con todos sus grupos de interés conexiones que generen relaciones sólidas y duraderas, que motiven a la sociedad en su conjunto a adoptar comportamientos más sostenibles en beneficio del planeta y de su propia salud, pues ambos elementos están fuertemente interconectados.


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