No todos los nuevos medicamentos contienen un nuevo principio activo. A veces, la innovación farmacéutica se basa en una nueva forma de aplicación, con efectos más rápidos de actuación; en una mejora en la composición, que reduce los efectos adversos, o en un nuevo dispositivo tecnológico que facilita el cumplimiento del tratamiento en pacientes con problemas de movilidad. Estas mejoras, que suponen una mayor eficacia, adherencia y calidad de vida para los pacientes, entre otras ventajas, se denominan innovación incremental.

Este tipo de innovación representa un número importante de los fármacos que han llegado al mercado en la última década, algunos de los cuales son además medicamentos estratégicos (para los que se considera necesario adoptar medidas, bien regulatorias, económicas o de otra índole para garantizar su mantenimiento en el mercado tanto por su necesidad para la atención básica de la salud como por la vulnerabilidad de su cadena de suministro, según define la Agencia Española de Medicamentos).

Sin embargo, las dificultades para incentivar esta forma de innovación por parte de los organismos decisores de la financiación del medicamento pone de manifiesto un escaso reconocimiento del valor que aporta a los pacientes, a los profesionales y al sistema de salud y pone en potencial peligro la disponibilidad de determinados medicamentos esenciales para la salud. Esta es la principal conclusión del informe ‘La innovación incremental del medicamento. Generando valor para el paciente y el Sistema Nacional de Salud’, que ha elaborado la consultora Axentiva para Farmaindustria y que se ha presentado este miércoles en Barcelona.

El informe, en concreto, analiza cinco tipos de innovación incremental de los medicamentos: modificaciones en la cantidad de principio activo, modificaciones en la posología, nuevas formulaciones, formas de administración e incorporación de dispositivos de administración, incluyendo tecnologías digitales, y combinaciones de medicamentos, que, a su vez, reflejan ventajas que proporciona la innovación incremental para los pacientes y para el sistema de sanitario, en materia de eficacia, seguridad, tolerancia y parámetros farmacocinéticos; adherencia; calidad de vida; necesidades no cubiertas o medicina individualizada, y reducción de costes.

Así, el estudio hace una revisión de la bibliografía de los últimos cinco años escogiendo algunos de los numerosos casos que ejemplifican el valor de la innovación incremental. El documento analiza, por ejemplo, el valor en eficacia y adherencia de la risperidona en formulación de liberación sostenida para esquizofrenia que aporta una mejora en síntomas, como delirios y alucinaciones, o la combinación de daunorrubicina y citarabina que, mediante una formulación liposomal en el tratamiento de leucemia mieloide aguda, repercute en una
mayor supervivencia global a largo plazo.

El estudio también subraya los avances en insulinas de acción prolongada, que repercuten en la calidad de vida de los pacientes con diabetes mediante reducción de dolor corporal y mayor espaciamiento de las inyecciones; la introducción de un dispositivo dispensador de levodopa y carbidopa para la enfermedad de Parkinson, que administra dosis personalizadas, o la combinación de budesonida, glicopirronio y formoterol fumarato en un dispositivo inhalador único para el tratamiento de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una patología crónica con especiales problemas de adherencia.

En el terreno de la medicina individualizada, destacan el desarrollo de una formulación inhalada de loxapina como medicación de emergencia para episodios de agitación en pacientes con esquizofrenia o trastorno bipolar, que, además de responder a una nueva forma de administración, mejora el tiempo de respuesta; la apomorfina en versión inhalada y como película sublingual para episodios en off de la enfermedad de Parkinson (momento en que la medicación ya no hace efecto y aumenta la intensidad de los síntomas motores de la patología), que favorece la autoadministración, o los nuevos usos de la budesonida para enfermedades raras como la nefropatía por IgA y la esofagitis eosinofílica.

Y, finalmente, el informe revela que la introducción de ciertas formulaciones producidas mediante innovación incremental dan como resultado una reducción del coste sanitario asociado a la enfermedad, según los sistemas de salud de diversos países europeos, como es el caso de una nueva vacuna para la gripe administrada como aerosol nasal (Suecia), una nueva budesonida de liberación prolongada para colitis ulcerosa (Suecia) o la combinación como polipíldora de aspirina, atorvastatina y ramipril en prevención secundaria de accidentes cardiovasculares (España).


También te puede interesar…