Pregunta. Moderna es una compañía totalmente enfocada a ARNm. ¿Cuáles son los principales avances que han tenido lugar en los últimos años?

Respuesta. Lo más importante del último año es que la comunidad científica ha comenzado a creer que el ARNm es una plataforma. Fundamos la empresa diciendo que, dado que el ARNm puede ser considerado como información digital debido a su precisión, reproducibilidad y capacidad de manipulación, deberíamos poder fabricar muchos medicamentos utilizando esta tecnología. Muchos pensaron que esto no era posible, pero si nos fijamos en el último año, ahora ya tenemos cinco vacunas con datos positivos en fase III: COVID-19, virus respiratorio sincitial (VRS), gripe y, ahora, una vacuna combinada de gripe y COVID-19. En el sector farmacéutico, el éxito de fase III es del 60 por ciento para la industria y ya llevamos cinco vacunas seguidas. Y otro ámbito importante es el cáncer. Durante 30 años se ha intentado alcanzar vacunas individualizadas contra el cáncer y se ha fracasado. Pero ahora tenemos datos positivos y es una pieza que realmente ha cambiado en los últimos 12 meses.

P. Como mencionaba, recientemente Moderna ha anunciado datos positivos del ensayo de fase 3 de una vacuna combinada contra la gripe y la COVID-19. ¿Qué resultados se muestran exactamente? ¿Cuál es la efectividad de esta vacuna?

R. Sí, lo que estamos tratando de demostrar a Europa y a la FDA en Estados Unidos es que, para cada componente de gripe y COVID-19, no se pierden anticuerpos. Y lo mismo ocurre con la vacuna pediátrica. Esa es la regla. Y lo que hemos demostrado en lo que respecta a la gripe es que la vacuna combinada no es inferior. En realidad, es un poco mejor que la mejor vacuna contra la gripe, ya que es una vacuna de dosis alta que se utiliza para las personas mayores. También demostramos con COVID-19 que es una vacuna 1,5 veces mejor que la vacuna Pfizer.

P. Y a la hora de investigar, contar con la tecnología de ARNm permite mayor rapidez…

R. Sí, somos más rápidos que los fabricantes de vacunas basadas en estructuras proteicas. Estamos muy emocionados porque esto muy pronto llegará a los pacientes.

P. ¿Qué aporta la tecnología de ARNm ante emergencias sanitarias? ¿Qué desarrollos futuros están por venir?

R. Actualmente, tenemos, por un lado, la enfermedad tradicional y, por otro, las emergencias de salud como la COVID-19 o una posible futura pandemia en el caso de enfermedades generales. Si nos fijamos en virus respiratorios, dentro de la gripe, la COVID-19 o el VRS, hay en torno a un 80 por ciento de hospitalización. Nuestro objetivo es llevar al mercado vacunas contra estos virus y combinarlas, porque lo ideal sería recibir una dosis, una vez al año, de una única vacuna frente a gripe, COVID-19 y VRS. En cuanto a virus latentes, como el virus del papiloma humano (VPH), son los que, una vez que entran en el cuerpo, nunca salen. Con el tiempo, pueden llegar a provocar cáncer. Por ello, estamos trabajando en el virus de Epstein-Barr, que puede causar cáncer y esclerosis múltiple. También estamos trabajando en citomegalovirus (CMV), en una vacuna de fase III.

P. ¿Cuál es el pipeline de Moderna más allá de vacunas preventivas?

R. El próximo gran reto es la vacuna individualizada contra el cáncer. Y los primeros datos son sobre el cáncer de piel, pero creemos que funcionará en cáncer de pulmón, de vejiga y de riñón. Además, pronto también en cáncer de mama y de próstata. Será muy impactante. Y otra área importante de nuestro pipeline es para enfermedades raras. Hay muchas enfermedades de este tipo en niños y lo que hacemos es a través del ARNm, proporcionar la instrucción correcta de la síntesis de proteína que necesitan, de modo que los niños viven una vida normal. No se puede hacerlo utilizando tecnología recombinante o moléculas pequeñas, porque las proteínas están dentro de las células. En el ensayo clínico, estamos mostrando una reducción del 90 por ciento en el número de niños que tienen que ir al hospital debido a su enfermedad.

P. Esta es una nueva forma de afrontar la prevención del cáncer o incluso su tratamiento…

R. Exacto. Es temprano aún y queremos ser precavidos, pero lo que hemos visto hasta ahora es que el ensayo clínico está reclutando personas muy rápidamente y, al final, en el cáncer lo más importante son los datos. Lo que hemos mostrado hasta ahora es que, tres años después del tratamiento, dos de cada tres pacientes con metástasis ya no tienen nada, lo cual es extraordinario porque las personas fallecen de cáncer debido a las metástasis. Por tanto, si un cáncer no puede propagarse, es algo muy bueno. Y lo interesante de nuestra tecnología es que está individualizada. Es decir, si a dos personas diferentes el mismo médico les diagnostica el mismo cáncer, Moderna fabricará un producto solo para el cáncer de una persona y otro producto solo para el cáncer de la otra. Dos productos diferentes para la misma mutación de dos personas distintas. Al individualizar lo que hacemos es un producto para cada ser humano… Es algo realmente único.

P. ¿Qué lugar ocupa España en la estrategia global de investigación de su compañía?

R. Si nos fijamos en España fuera de Estados Unidos, es el único país donde tenemos un laboratorio como el de allí. En realidad, el de Madrid es mejor que el de Boston, porque lo construimos después y aprovechamos todos los aprendizajes y todas las nuevas tecnologías para emplearlas aquí. Además, el talento es muy fuerte en España: hay tradición de buena educación, buena ciencia, gente trabajadora… Por eso, decidimos invertir en España. Y otro aspecto importante es tener como socio estratégico a ROVI. Es una muy buena empresa, con una gestión muy sólida, que fabrica muy buenos productos para nosotros, que se venden tanto en Europa como en EE. UU., lo que supone un gran éxito. Precisamente, ahora estamos preparando un lanzamiento en VRS en EE. UU. en las próximas semanas, porque acaba de ser aprobado en América. En Europa también esperamos aprobarlo en el mes de septiembre.

P. ¿Qué opina del impacto que tiene la vacuna pediátrica de VRS?

R. Muestra el poder de la prevención. El VRS no es ciencia ficción. Ya lo conocemos y entendemos y es un reto hoy. Este invierno en España hubo población mayor que fue hospitalizada por ello y algunos fallecieron. Es como la gripe o como la COVID-19… es un problema real. Cuando una persona mayor es hospitalizada, incluso si no muere, la calidad de vida será drásticamente diferente, porque pasa una semana en el hospital y, en ocasiones, mucho más tiempo. Se pierde masa muscular y si es una persona de 70 o más años, puede que no vuelva a pasear con sus amigos y familia o no pueda irse de vacaciones porque ha perdido mucha masa muscular. Y todo ello se puede evitar con una vacuna. Por eso, necesitamos mucha formación y educación entre la población, para que entienda que estos virus pueden causar mucho daño tanto en los mayores como en los más pequeños. Y yendo al grano de la cuestión, cuando la gente usa la vacuna, el impacto es fantástico. La prevención es la mejor inversión. No hay nada mejor para el cuidado de la salud que una vacuna.

P. Respecto al Centro Internacional de Excelencia Analítica de Europa, que está ubicado en Madrid, ¿qué perspectivas de desarrollo tiene este centro?

R. Básicamente es un centro como el de EE. UU. y realmente los consideramos iguales. Éste no es un laboratorio para Europa, sino para el mundo. Por ejemplo, en este momento, el equipo del laboratorio está trabajando en la vacuna combinada de gripe y COVID-19, porque tenemos que preparar todos los métodos de prueba en el laboratorio para el lanzamiento del producto e incluirlos en el archivo de la EMA y la FDA. Entonces, lo que irá al archivo de la FDA se está elaborando aquí. Tenemos dos laboratorios globales y queremos utilizar ambos para proyectos diferentes, pero para fines globales, no solo europeos.

P. Sobre la posible llegada de una nueva pandemia y la falta de preparación… ¿considera que este es un problema global?

R. Creo que no estamos preparados y deberíamos estarlo. Vamos a tener otra pandemia y no sabemos si será en las próximas semanas o en los próximos años. Pero no hemos aprendido realmente las lecciones de previas pandemias. A nivel global, algo que me da esperanza es, por ejemplo, todo lo que hacemos en Moderna para mejorar. Y es que la última vez lo hicimos muy bien es batir el récord mundial, pero hemos invertido mucho en los aprendizajes. Por ejemplo, hay una lista de 15 virus prioritarios para vigilar y estamos trabajando en todos ellos. Porque así sabremos la composición de las vacunas. Imagina si lo hubiéramos sabido cinco meses antes en COVID-19… Hubiéramos lanzado la vacuna cinco meses antes.

P. Para finalizar, ¿qué retos a corto, medio o largo plazo tiene Moderna?

R. Nuestro mayor desafío es cómo lanzar todos esos productos. Tenemos un problema muy ‘feliz’: la plataforma está funcionando y, como mencionaba anteriormente, cinco de las cinco primeras vacunas son positivas. Pero detrás hay una vacuna contra el citomegalovirus, que creo que funcionará. La fase II de la vacuna contra el virus de Epstein-Barr parece fantástica y el norovirus también. tenemos que lanzar todos esos productos y estamos invirtiendo mucho en ensayos clínicos. El presupuesto de este año es de 4.500 millones de dólares. Es una cantidad enorme de dinero… Moderna está invirtiendo en I+D, en fabricación y también en comercial para poder llevar esos productos a los pacientes. Y ese es el desafío. Un desafío muy feliz, con hasta 15 lanzamientos en los próximos cinco años. Es mucho trabajo, pero nuestro equipo está muy entusiasmado porque se trata de ayudar a otras personas.


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