Ángela de Rueda Edimburgo | viernes, 13 de enero de 2017 h |

Mientras que en el conjunto de Reino Unido recortan a la farmacia comunitaria, la presencia de farmacéuticos contratados en los General Practice o centros de atención primaria británicos está generalizada. Asimismo, Escocia se ha subido al tren de reconocer e incrementar el papel que los farmacéuticos de atención primaria ejercen como profesionales sanitarios en las consultas que se realizan en los centros de salud.

Este impulso comenzó el pasado 2016, aunque fue hace unos días cuando el Gobierno escocés anunció su plan de salud y asistencia social. El objetivo es que en 2022 cada uno de los centros de atención primaria de Escocia cuente con un farmacéutico con “habilidades clínicas avanzadas”, según recoge el texto. Esto se traduce en un compromiso de contratación de 140 farmacéuticos a finales de 2018. Estos profesionales prescribirán fármacos y trabajarán codo con codo con los médicos en los centros de salud.

El objetivo del plan es que los farmacéuticos clínicos atiendan a aquellos pacientes con enfermedades de largo recorrido, de tal forma que los médicos queden liberados. Gracias a la medida, podrán dedicar más tiempo a los pacientes con necesidades más complejas. Como era de esperar, la asociación de farmacias de Escocia (CPS), ha recibido con agrado el compromiso del Gobierno.

¿Y en España?

Esta decisión se recibe en España como “una fantástica noticia”, según manifiesta a EG Ángel Matáix, presidente de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap). “Si se habla de prescripción enfermera, ¿por qué no de prescripción farmacéutica?”, apunta Matáix, quien recuerda que todas las decisiones sobre cambios en la medicación de los pacientes se adoptan en total coordinación con el médico. El presidente de Sefap desearía que esta medida sirviera de ejemplo, “ojalá este tipo de iniciativas se desarrolle más en España”, afirma. Aunque aclara que no es algo que se pueda exportar a nuestro país, ya que cada uno tiene sus peculiaridades. Estos países arrastran una “escasez crónica de profesionales médicos de atención primaria”, algo que no sucede dentro de nuestras fronteras, recuerda Matáix. Aunque hay cierta tendencia, ya que nueve Comunidades Autónomas han empezado a “probar las funciones de los FAP en los centros de salud”. Es el caso de Galicia, Extremadura, Comunidad Valenciana, Cantabria, Baleares, Castilla y León, Navarra, Madrid y Aragón.