En el marco del Día Mundial del Cáncer de Piel, Colegios Oficiales de Farmacéuticos (COF) de diferentes partes de España han informado de una serie de iniciativas que están implementando a favor de la concienciación y la prevención de esta patología oncológica. Así, desde el COF de Córdoba han organizado una jornada informativa con el objetivo de sensibilizar y concienciar a los ciudadanos
cordobeses sobre el cáncer de piel.

En la jornada diversos farmacéuticos han informado a la población cordobesa de la incidencia y características de este tipo de tumor. Asimismo, han ofrecido un decálogo de consejos sobre una buena fotoprotección al sol, entregando dípticos informativos y analizando, a través de dermoanalizadores, la piel de las personas que se han acercado a la carpa para comprobar qué fototipo de piel tienen y cuál es su fotoprotector adecuado.

Asimismo, han indicado las principales recomendaciones sobre cómo deben aplicarse los fotoprotectores, además de aclarar dudas para una eficaz y segura exposición solar o sobre el etiquetado de los productos fotoprotectores, y explicar que algunos medicamentos pueden producir interacciones con la radiación solar.

Los farmacéuticos como aliados

“Todos los profesionales farmacéuticos, desde sus diversos ámbitos profesionales y de competencias, podemos contribuir al adecuado asesoramiento y asistencia sanitaria a los ciudadanos y pacientes con cáncer cutáneo”, ha destacado el presidente del COF de Córdoba, Rafael Casaño. En este caso, prosigue, “la figura del farmacéutico comunitario cobra una especial relevancia en la prevención y detección precoz de la patología, dada su cercanía y accesibilidad de las farmacias, ofreciendo información rigurosa y un asesoramiento práctico que son clave para combatir un tipo de cáncer en expansión epidemiológica”.

La vocal de Dermofarmacia del colegio farmacéutico cordobés, Elena Grande, ha indicado que “el principal factor de riesgo del cáncer de piel está relacionado con las radiaciones ultravioletas y, en su mayor parte, procedentes de la exposición solar excesiva, por lo que es un factor evitable sobre el que debe concienciarse toda la sociedad”. “Si nos protegiéramos bien la piel, se disminuiría mucho la tasa de diagnóstico de este tumor y aumentaría la tasa de supervivencia, reduciéndose también la carga de pacientes en el sistema sanitario”, garantiza.

Consejos de prevención y fotoprotección

Por su parte, el COF de Valladolid ha recordado algunos consejos esenciales sobre prevención de esta patología y fotoprotección, así como algunas advertencias sobre los efectos de la farmacología.

  • Existe una exposición indirecta, un porcentaje de radiación solar que proviene de la reflexión del suelo (agua, arena, asfalto y, especialmente, en la nieve), por lo cual no basta la protección mediante sombreros o gorros.
  • El estar dentro del agua no significa que uno esté protegido del sol, y la presencia de nubosidad en el cielo no es sinónimo de protección solar, ya que un porcentaje no despreciable de la radiación ultravioleta total atraviesa las nubes. En días nublados, también hay que protegerse.
  • Las cremas fotoprotectoras deben renovarse cada cierto tiempo dependiendo de diversos factores (ejercicio, sudoración, baño en el agua, características del producto, etc.).
  • El efecto perjudicial de la radiación solar no es únicamente instantáneo (quemadura solar) sino acumulativo, determinando la formación de mutaciones en el material genético que se van sumando hasta comprometer la viabilidad celular.
  • Se deben extremar las precauciones en las partes del cuerpo más sensibles al sol: cara, cuello, cabeza, hombros, escote, orejas, manos y empeines. La protección de los labios se puede hacer con lápices o barras fotoprotectoras y la del cabello con productos específicos.
  • Cuanto más joven es el individuo, mejor es la capacidad de reparación del daño inducido por el sol en el ADN. Pero esta capacidad se va perdiendo con el tiempo, lo cual unido a la exposición solar acumulativa determinará la aparición progresiva de lesiones premalignas y malignas en el individuo. La protección solar debe ser muy efectiva en niños (especialmente en <6 meses) y adolescentes, ya que una historia de quemaduras solares en estas edades implica un mayor riesgo de desarrollar lesiones malignas en el futuro.
  • Conviene estar informado del índice de luz UV que se da en un área geográfica determinada. Se trata de una medida de la intensidad de la radiación en una escala de 1 al 11, de tal manera que cuanto mayor es el índice, tanto más alto es el riesgo de quemadura solar, daño a la piel y, en última instancia, de cáncer de piel.
  • Las lámparas de bronceado (incluyendo las camas para bronceado integral)  o el empleo de bronceadores químicos no pueden considerarse prácticas exentas de riesgo.

Regla ABCDE para revisión de manchas y lunares

Los farmacéuticos de Valladolid recuerdan que, si bien el melanoma es el tumor con mayor aumento de la incidencia en los últimos años, su mortalidad asociada, que también ha crecido, no lo ha hecho de forma paralela a la incidencia, “gracias quizá a los progresos en la concienciación en torno a la fotoprotección y a una más efectiva detección precoz”. Asimismo, recuerdan que cualquier lunar sospechoso que aparezca de nuevo, cambie de tamaño, de coloración o de aspecto se debe vigilar.

“Los lunares con mayor capacidad para hacerse malignos son aquellos atípicos o displásicos que presenten variaciones de los criterios que podrían considerarse señales de alerta, tales como: asimetría, componente plano (mancha), bordes irregulares, variaciones de color (incluyendo enrojecimiento) o un tamaño mayor de seis milímetros, indican.

Optimización farmacológica

Además, desde el COF de Valladolid han querido señalar que algunos principios activos aumentan la sensibilidad a la radiación UV (fármacos fotosensibilizantes) y que pueden originar lesiones muy diversas, desde reacciones alérgicas leves a pigmentaciones permanentes e incluso grandes quemaduras, en la piel de los pacientes que los tomen (bien por vía sistémica o tópica), a pesar incluso del uso de fotoprotectores solares.

En tales casos debería evitarse en mayor medida la exposición a la radiación solar y puede ser recomendable, siempre que sea posible, tomar los medicamentos por la noche, a fin de reducir su concentración cutánea en los momentos de máxima exposición.

Los medicamentos fotosensibilizantes se identifican a veces por un pictograma de advertencia en el envase, que si bien dejó de ser obligatorio, aparece en muchos de ellos. Estos medicamentos pueden contener, entre otros, principios activos tan comúnmente empleados y dispensados en oficina de farmacia como los siguientes:

  • Antidepresivos: amitriptilina o citalopram.
  • Antihipertensivos: enalapril, losartán o valsartán (sobre todo en sus combinaciones con hidroclorotiazida).
  • Antihistamínicos: cetiricina.
  • Antisecretores gástricos: omeprazol, pantoprazol o ranitidina.
  • Diuréticos: furosemida o torasemida.
  • Hipolipemiantes: simvastatina o fenofibrato.
  • Psicolépticos: alprazolam o clorazepato potásico.
  • Retinoides antipsoriásicos y antiacnéicos: acitretina o isotretinoína.

Específicamente hablando de los pacientes con cáncer de piel también recalcan los farmacéuticos de Valladolid algunas consideraciones, como que tras una dispensación de inicio o de continuación, y especialmente en los tratamientos prolongados, un adecuado seguimiento farmacoterapéutico permitirá atenuar la aparición de resultados negativos y problemas relacionados con la medicación.

Una campaña que incide en los más pequeños

Desde el COF de Álava han iniciado una campaña en la que se centran en la necesidad de que la población infantil extreme la fotoprotección. Se ha comprobado que entre el 50 y el 80 por ciento de la exposición solar que un individuo recibe a lo largo de toda la vida se realiza entre los 18 y los 21 primeros años. Además, los menores desarrollan una actividad al aire libre mucho más importante que los adultos.

Asimismo, inciden en que es importante explicar los riesgos del uso de las cabinas de bronceado (especialmente entre las mujeres) y plantear alternativas como los autobronceadores, ya que en este período “estar morena” es sinónimo de belleza y salud. Desde las farmacias, también se presta un asesoramiento específico para ofrecer fotoprotectores con una cosmeticidad atractiva (tacto, color, facilidad de aplicación) y adecuados a su tipo de piel.

La alimentación también influye en la fotoprotección y en los adolescentes es frecuente que haya una ingesta inadecuada de frutas, verduras y pescados, suponiendo un déficit de determinadas vitaminas, minerales y otros nutrientes. Por ello, es importante insistir en la importancia de una dieta variada y equilibrada con el aporte calórico recomendado, que será la mejor garantía para la ingesta correcta de los nutrientes recomendados.


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