C.R. Madrid | miércoles, 24 de agosto de 2016 h |

La interacción entre los procesos de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (HTA) y los procesos regulatorios pueden contribuir a facilitar el acceso temprano y seguro a tecnologías sanitarias y medicamentos innovadores. Toda vez que la Agencia Europea del Medicamento ha dado por satisfactorio el resultado de un proyecto piloto para generar asesoramiento científico en paralelo con el proceso de evaluación, la cooperación en Europa pasa ahora por limar esos puntos de contacto incorporando la opinión de los estados. El grupo de trabajo STAMP tuvo acceso al borrador de un documento, centrado en el ámbito farmacéutico, que la Red Europea de HTA adoptará el 10 de noviembre, durante su segundo encuentro anual.

Una vez aprobado, llegará el momento de implementar las posibles áreas de colaboración identificadas hasta ahora por las autoridades sanitarias y que se reparten en tres áreas: en la fase de desarrollo del medicamento; durante su entrada al mercado y en la fase post-autorización. Las autoridades nacionales creen que la sinergia entre los organismos encargados de evaluar las tecnologías y los reguladores podría servir para aclarar conceptos tales como ‘necesidad clínica no cubierta’ o ‘innovación terapéutica’; para elaborar guías específicas por patologías (fase 1); para definir la población diana (fase 2) o para diseñar los estudios post-autorización (fase 3). En última instancia, un enfoque conjunto entre evaluadores y reguladores minimizaría las discrepancias que a menudo ocasionan retrasos entre la fase de aprobación de un medicamento y la decisión acerca de su reembolso.