GM | jueves, 10 de mayo de 2018 h |

La prevalencia de la infección activa por el virus de la hepatitis C (VHC) en pacientes también infectados por VIH en España se situó en 2017 en el 8 por ciento, lo que supone un descanso del 31,6 por ciento respecto al año anterior (en el que la prevalencia de coinfección se situó en el 11,7 por ciento) y del 63,8 por ciento respecto a 2015 (en el que se constató una prevalencia del 22,1 por ciento). Este profundo descenso en la prevalencia de infección activa observado en el último año obedece exclusivamente al acceso al tratamiento anti-VHC basado en antivirales de acción directa (AAD) que pasó de ser del 59,3 por ciento de todos aquellos con infección activa en 2015 al 74,7 por ciento en 2016 y al 82,4 por ciento en 2017.

Así lo pone de manifiesto un estudio realizado por expertos de GeSIDA (Grupo de Estudio del SIDA de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica) en el que se han recogido datos de 1.690 pacientes, seleccionados de forma aleatoria de una población de referencia constituida por los 40.322 pacientes que estaban en seguimiento activo en 43 hospitales distribuidos por toda la geografía española, lo que corresponde aproximadamente a un tercio del total de la población infectada por el VIH en España.

Para ser conscientes de la magnitud en el descenso de la prevalencia, Juan Berenguer, del Hospital Universitario Gregorio Marañón y coordinador de este trabajo de investigación junto a Juan González, del Hospital Universitario La Paz, recuerda que “entre los siete años transcurridos entre 2009 y el 2015 el descenso en la prevalencia de infección activa fue un 35 por ciento, frente al 31,7 por ciento de diferencia entre 2016 y 2017”.

A esto, Berenguer también añade otro hecho igualmente relevante: “De los pacientes con infección activa por VHC, el 22 por ciento estaban recibiendo tratamientos anti-VHC con pautas orales libres de interferón en el momento de llevarse a cabo el estudio. Si consideramos que la mayoría de estos últimos pacientes habrán logrado respuesta viral sostenida [lo que se traduce como estar curados de la hepatitis C], la proporción de infección activa por VHC, en pacientes con VIH, real en España en 2017 podría situarse en una cifra cercana al 5,6 por ciento”, asegura.

El estudio confirma asimismo que la adquisición de la infección por consumo de drogas inyectables ha sido la principal vía de transmisión de los pacientes con infección activa por VHC, y que la infección adquirida a través de relaciones sexuales entre hombres que practican sexo con hombres (HSH) contribuye poco a la carga actual de la coinfección en España; algo que de momento está limitado a áreas específicas de algunas grandes ciudades.

De los pacientes con infección activa por VHC, el 10,4 por ciento tenían cirrosis hepática. Hay que destacar que tenían cirrosis hepática el 28,2 por ciento de los pacientes que habían logrado respuesta viral sostenida tras tratamiento anti-VHC. Considerando tanto a los pacientes con infección activa por VHC como a los curados con el tratamiento, en 2017 un 6,6 por ciento de los pacientes infectados por VIH en España tenían cirrosis hepática por VHC.

“Nuestros hallazgos muestran que la eliminación del VHC entre los pacientes infectados por el VIH en España es una meta que se puede alcanzar a corto plazo dado que actualmente el acceso universal al tratamiento está disponible en todas las Comunidades Autónomas”, ha recordado Juan González, coordinador de este estudio de la prevalencia de la coinfección VIH/VHC a nivel nacional junto al Dr. Berenguer.

A colación de las palabras de González, también ha intervenido en la rueda de prensa de presentación de estos datos Javier García-Samaniego, jefe de Sección de Hepatología del Hospital Universitario La Paz y coordinador de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE). En su intervención, García-Samaniego ha solicitado adaptar la estrategia nacional frente a la hepatitis C a la nueva realidad de la enfermedad en España. Y es que “desde abril de 2015 se ha tratado a más de 100.000 personas con hepatitis C en España con los nuevos antivirales de acción directa, lo que ha cambiado sustancialmente el perfil de los pacientes, tanto coinfectados como monoinfectados, que ahora en la mayoría de los casos presentan una enfermedad más leve”.

A juicio del coordinador de la AEHVE, para conseguir la eliminación de la hepatitis C en España es necesario “desarrollar un plan de cribado para aflorar los casos de infección activa no diagnosticados, mejorar la continuidad asistencial, fortalecer el diagnóstico en un solo paso en todos los centros y promover estrategias de microeliminación”.

En la presentación de estos datos también ha participado José Miguel Cisneros, presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), sociedad matriz de GeSIDA, que ha puesto en valor la labor y la experiencia de los profesionales sanitarios encargados del diagnóstico y tratamiento de las enfermedades infecciosas en España, “que prestan una importante labor desde la red asistencial de servicios y unidades de Enfermedades Infecciosas en todas las comunidades autónomas españolas, que son referente en cuanto a producción científica en toda Europa”, ha apostillado.

Finalmente, Juan Berenguer ha subrayado que los datos de este estudio muestran que, “independientemente de que seamos capaces de eliminar el VHC entre la población coinfectada, el virus dejará su legado durante años”, pues un número significativo de pacientes con fibrosis hepática avanzada o fibrosis “deberá continuar de por vida en programas de cribado de carcinoma hepatocelular a pesar de la curación de la infección”, ha concluido.