J. Ruiz-Tagle Madrid | martes, 22 de octubre de 2019 h |

De nuevo ha llegado la última semana de octubre y con ella la campaña de vacunación contra la gripe. La Organización Mundial de Salud recomienda llegar a unas tasas de vacunación del 75 por ciento pero España se sitúa en el 54, según los datos de l último año. Entre los grupos denominados de riesgo se encuentran el personal sanitario, que recoge unas tasas inferiores a la de la población. Solo el 33,9 por ciento se vacunaron el año pasado, circunstancia que el Ministerio de Sanidad quiere revertir para que sean los primeros en dar ejemplo ante “la forma más eficaz de prevenir la infección”.

Las cifras oficiales que maneja la Dirección General de Salud Pública del Ministerio apuntan a unas 6.300 defunciones atribuidas a la gripe durante el último año. La misión principal es proteger a la población más susceptible de tener complicaciones por la gripe, es decir, mayores de 65 años, embarazadas y personas que padezcan alguna patología crónica respiratoria. “Para alcanzarlo tenemos que reforzar el compromiso con el personal sanitario, valorar sus reticencias y aumentar la cobertura porque es una responsabilidad ética”, aseveró Laura Sánchez, coordinadora del grupo de Vacunas de la Dirección General de Salud Pública, durante la sesión científica ‘Estrategias de prevención frente a la gripe estacional’, coordinada por el Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, Ángel Gil.

Una de las razones que esgrimen sociedades científicas como SEMG es la saturación laboral que se vive en los centros de atención primaria. Pero su papel es clave incluso más allá de su propia vacunación. Según las encuestas que manejan, el 17 por ciento de los españoles no se vacunan por desconfianza y es el profesional sanitario el que debe guiar a los ciudadanos sobre las bondades de la vacunación para evitar las reticencias.

La llegada de la tetravalente

La llegada de la vacuna tetravalente contra la gripe no se ha adaptado por igual en todo el territorio nacional. El mapa por comunidades refleja que nueve autonomías siguen las directrices del acuerdo marco de central de compras para estos inyectables mientras que el resto, a diferentes velocidades, han ido introduciendo la nueva vacuna para los grupos de riesgo.

La discusión, como en casi todas las innovaciones que llaman a la puerta del Sistema Nacional de Salud, es si el aumento del precio se justifica con un beneficio social. Más allá de las alegaciones de la administración e industria, las sociedades profesionales lo tienen claro. “La tetravalente aumenta la protección hasta en un 20 por ciento. A este dato hay que sumarle que España es una isla en vacunación contra la gripe si se mira a los países de nuestro entorno… casi todos los países de la Unión europea usan la tetravalente”, aseveró Esther Redondo, Coordinadora Nacional del Grupo de Actividades Preventivas y Salud Pública de Semergen.

Pero, ¿cómo se traduce esta afirmación en datos concretos? Según el Documento de Reflexión sobre la vacunación antigripal tetravalente, firmado por las principales sociedades científicas, si se sustituyera esta vacuna por la trivalente en los grupos de riesgo se evitarían 18.565 casos de gripe, 2.577 complicaciones, 407 hospitalizaciones y 181 muertes.

Respecto al precio, cabe recordar que las vacunas, en general, en España significa el 0,3 por ciento del gasto sanitario (unos 220 millones de euros). Si se mide por lo que supone en gasto en medicamentos solo ascendería al 1,3 por ciento.