El potencial del autocuidado en los sistemas nacionales de salud europeos es todavía un camino inexplorado. Los expertos creen que una apuesta decidida por el autocuidado contribuiría a aliviar estructuras tensionadas, que se han ido resintiendo en las últimas décadas por el aumento de enfermedades crónicas, la escasez de profesionales y la presión asistencial. La adopción del autocuidado como un recurso amigo, en tanto a la prevención de enfermedades y el tratamiento de problemas de salud leves, será clave en los próximos años. El reto, sin embargo, no es sencillo: solo el 20 por ciento de los europeos siente la confianza necesaria para cuidar de su salud, según un informe de Epposi.

El libro blanco ‘Redefinición del papel del Autocuidado en Europa’, elaborado por Haleon, la compañía independiente de Consumer Healthcare de GSK, y la consultora Vintura, aporta una visión sobre la situación actual del autocuidado en Europa, recoge sus principales barreras y ofrece diez recomendaciones de un panel de expertos europeos para situar el autocuidado en primera línea sanitaria. Y se propone un reto ambicioso: salvar los sistemas nacionales de salud europeos.

El estudio expone algunas razones de peso para adoptar políticas de autocuidado, en línea con las deficiencias de los sistemas sanitarios. Considera insuficientes los esfuerzos en materia de prevención. En este sentido, concluye que se destina de media solo el 3 por ciento de los presupuestos de salud europeos a prevención, mientras que el 70 por ciento se emplea en tratamientos de enfermedades de larga duración que en su mayoría son prevenibles. Destaca, entre otros datos, que el 40 por ciento de los cánceres podrían prevenirse con medidas adecuadas.

“El autocuidado es un recurso amigo. Hay que ver en el autocuidado y en el ciudadano empoderado un aliado para solventar los problemas que tiene el sistema sanitario en la actualidad, como la falta de profesionales sanitarios, y que, sin duda, se agravarán si no fomentamos la prevención y el autocuidado”, resume Jaume Pey, director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (Anefp).

En esa misma línea, el director general de Haleon en España, Davide Fanelli, insiste en que “tratar una enfermedad suele ser más caro siempre que prevenirla, por eso si los sistemas sanitarios se centrasen en prevenir dolencias o enfermedades y fomentar una buena salud a través del autocuidado, se lograrían beneficios sociales y económicos”.

La presentación del informe en la sede del Parlamento Europeo en Madrid contó con la presencia, además, de Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de organizaciones de pacientes de España, y de Manuel Martínez del Peral, presidente del Colegio oficial de farmacéuticos de Madrid; así como de los representantes de Haleon y Vintura. La mesa de debate escenificó un frente común “para dotar a los ciudadanos de las competencias adecuadas, apoyarlos con alfabetización y datos fiables y facilitarles sobremanera el acceso a este escenario de autocuidado”, explicó Fanelli.

Alfabetización sanitaria

Los expertos y profesionales que han participado en la elaboración del informe coinciden que la correcta implementación del autocuidado solo es posible si se potencia la alfabetización sanitaria de la población. Precisamente este es uno de los mayores obstáculos para el autocuidado. Según el estudio, casi la mitad de la población adulta en Europa muestra unos conocimientos sanitarios limitados. En concreto, el 12 por ciento presenta el nivel más bajo.

“Falta una apuesta decidida por formar a los ciudadanos en autocuidado. Es imprescindible incluir la educación en autocuidado en los programas educativos de las escuelas si queremos que las futuras generaciones, desde niños, estén familiarizados con la importancia de cuidar de su salud, de prevenir, de chequear la salud, y que al mismo tiempo puedan desarrollar un espíritu crítico que les permita diferenciar la información de calidad de las fake news”, precisa Jaume Pey.

Para el director general de Anefp, integrar la práctica del autocuidado en el sistema sanitario solo es posible si la sociedad en su conjunto “está formada en el cuidado de su salud y disponga de la información necesaria para utilizar adecuadamente los productos de autocuidado, además de consultar con los profesionales sanitarios las dudas que puedan tener”. Por eso, anima a los profesionales sanitarios a “no tener miedo a que el ciudadano esté cada vez más formado y entienda más sobre su salud”.

En esta misma línea, el director general Haleon en España considera que la formación de personas en salud aliviaría unos sistemas sanitarios “cada vez más saturados”, calculando que en estos momentos faltan unos 50.000 médicos en el sector público. En estos datos abunda Pey, convencido de que el autocuidado “hace posible retrasar la entrada de cada ciudadano en la etapa de paciente, con todo lo que esto significa, tanto a nivel sanitario, social y económico, liberando recursos sanitarios y económicos para poder dedicarlos a las enfermedades más graves y al coste de tratamientos innovadores”.

Para ello, el informe plantea simplificar los prospectos de productos de venta libre, aumentar su accesibilidad digital y crear, paralelamente, un proyecto de verificación de datos sobre la salud a nivel de la UE. “Tiene que haber una corresponsabilidad para informar y estar mejor informados porque todos somos posibles pacientes”, incide Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de organizaciones de pacientes de España.

Las farmacias, el eje

En este contexto, la figura del profesional farmacéutico adquiere protagonismo. El libro blanco recomienda convertir a las farmacias en el eje de autocuidado, creando estructuras económicas que apoyen y potencien las funciones de los farmacéuticos como asesores sanitarios de confianza. “Resulta fundamental proteger a este profesional sanitario y apoyarle en la financiación y en la formación”, destaca Marcos Gallego, consultor senior de Vintura, durante la presentación del informe.

Por su parte, Martínez del Peral, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, insiste en que “ha quedado comprobado que la farmacia y los profesionales farmacéuticos pueden tener un papel cada vez más importante en el autocuidado. Es importante que se apueste por la farmacia como el espacio sanitario y profesional que ha demostrado ser”.

Papel mitigador

El libro blanco ‘Redefinición del papel del Autocuidado en Europa’ recoge, además, otras recomendaciones que apuntan a una coordinación óptima entre los profesionales sanitarios para agilizar los procesos. Propone, para ello, crear plataformas para la colaboración, así como estructuras y herramientas que apoyen el intercambio de datos relacionados con la salud.

Estas implementaciones facilitarían, en palabras del director general de Haleon en España, “la correcta redistribución de los recursos sanitarios, haciendo que se dirijan hacia las áreas de necesidad urgente”. El informe reitera en este papel mitigador del autocuidado, tanto reduciendo la carga financiera como mejorando la utilización de los recursos. Destaca que la COVID-19 ha acentuado el valor del autocuidado y concluye que “este es un buen momento para seguir apoyando su papel”.

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