Será en 2022 y 2023 cuando el mercado global de medicamentos y productos de autocuidado recupere niveles previos a la pandemia. Esta previsión la lanzaba Amit Shukla, vicepresidente global de Servicios de Consultoría y Liderazgo de IQVIA, en el 57 Encuentro Anual de la Asociación Europea de la Industria de Autocuidado (AESGP). La cita fue inaugurada por su presidenta, Birgit Schuhbauer (Vicepresidenta Self Care de la reunión EMEA, de Johnson&Johnson Consumer Health Europa); además, asistieron miembros de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp).

En 2020 el mercado global de medicamentos y productos de autocuidado creció un 3,8 por ciento; esto significa que está por debajo del ascenso registrado en los últimos años. Desglosando esta cifra por regiones, Norteamérica, Latinoamérica y Oriente Medio fueron las que mantenían un mejor comportamiento. A este respecto, Sukla incidía en que «estas regiones son las que están liderando el crecimiento del sector consumer health ahora mismo».

Al observar los datos por categorías, los suplementos a base de vitaminas y minerales (+13,1 por ciento) y los productos para el cuidado de la piel (+8,9 por ciento) son las que más crecieron en 2020. En la otra cara de la moneda, los medicamentos para dolencias respiratorias leves como resfriados y alergias registraron una caída destacada (-8,8 por ciento).

Cambios en hábitos de consumo

Durante el transcurso de este mismo encuentro Mark Visserm director general de Kantar Consulting en Ámsterdam, subrayaba que el 90 por ciento de líderes empresariales del mundo creen que los hábitos de consumo cambiarán sustancialmente una vez se supere la pandemia de COVID-19.

A pesar de que esta sea la opinión más compartida desde el ámbito empresarial, esta no se extiende al otro lado. «No obstante, cuando preguntamos a los propios consumidores, la opinión aparece más dividida y aproximadamente la mitad de la sociedad está satisfecha con sus hábitos de compra actuales”, precisa Visser.

También Kantar Consulting ha elaborado otro informe sobre esta materia. De este se desprende que cada vez los ciudadanos están gastando menos dinero, y el que gastan lo hacen pensando en ellos mismos y su bienestar. Siguiendo este hilo, Visser afirma que «los consumidores están cada vez más concienciados respecto a adquirir productos producidos localmente y por su impacto sobre el medioambiente».

Otra consecuencia de la evolución en los hábitos de consumo es que los ciudadanos cada vez otorgan más importancia al autocudado y a la responsabilidad sobre su saludo. En concreto. según Anna Nightingale, vicepresidenta y responsable de I+D de GSK Consumer Healthcare, «el 75 por ciento de los europeos considera importante tomar control sobre su propia salud».

Nightingale agrega que considera fundamental incrementar la educación sanitaria de la ciudadanía para que sepan adoptar las medidas necesarias que les permitan cuidar mejor de su propia salud. Asimismo, apuesta por seguir potenciando el papel de las farmacias, que suponen el establecimiento sanitario más cercano a los consumidores europeos.


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