| viernes, 15 de octubre de 2010 h |

Joaquim Fausto Ferreira, consejero y director general de Alliance Healthcare España

Las recientes medidas de contención del gasto farmacéutico ponen a los tres agentes de la cadena de suministro (laboratorios, distribución y farmacia) bajo presión. No es momento de lamentarse sino de reaccionar con rapidez y buscar soluciones. Sólo una nueva lógica de trabajo y un replanteamiento de los procesos y servicios, guiados por una visión clara y diferenciada para cada uno de los agentes de la cadena de suministro, harán que salgamos de esta situación con éxito. En este entorno, es normal que la oficina de farmacia piense en la distribución como fuente de compensación o como oportunidad de crecimiento.

En un sistema de distribución farmacéutica como el español, los beneficios excedentes del mayorista se han transferido de forma continua a la oficina de farmacia. De esta manera, la posibilidad de que la distribución pueda continuar como una fuente adicional de rentabilidad para la farmacia depende de tres factores: mayor eficiencia de los mayoristas, una búsqueda creativa de beneficios atípicos y un cambio drástico en el sector que incluya la creación de sinergias operativas y de gestión entre todos los actores de la cadena.

La situación de la farmacia no es cómoda. Por un lado, debe seguir manteniendo esa identidad que le es propia y que la diferencia de otras actividades empresariales: su vertiente sanitaria. Por otro, debe luchar por mantener su rentabilidad. Por tanto, es necesario que desarrolle una clara visión estratégica que vaya más allá de la reducción de costes. Un plan empresarial eficaz le otorgará la eficiencia necesaria para aprovechar nuevas oportunidades y la credibilidad para tener una posición fuerte como colectivo en el diálogo con las autoridades.

Un plan eficaz debe contemplar áreas de trabajo como el aumento de la eficiencia en la relación con el distribuidor, nuevos servicios dirigidos al paciente en el marco de la atención especializada, una oferta de productos de marca propia que genere una fidelización del consumidor y un aporte de márgenes adicionales, mejor gestión del stock para aprovechar oportunidades de compra o desarrollar la formación específica del equipo oficinal, que comportará además una fuente de motivación.

Diseñar y llevar a la práctica un plan de acción de estas dimensiones no es sencillo, pero la farmacia no está sola para encauzar este proceso adaptación. Cuenta con el apoyo de la distribución, de sus propias organizaciones profesionales y empresariales y de las redes de farmacéuticos independientes que, gracias a su experiencia en el sector y una visión amplia, le ayudarán a diseñar una estrategia que le permitirá enfrentarse con éxito a esta época de cambios. Entendiendo el gran impacto del nuevo marco legal, en Alliance Healthcare estamos trabajando para que estas medidas repercutan lo mínimo posible en la economía de la farmacia. Sin embargo, debemos encontrar nuevos marcos de colaboración mediante la optimización de recursos y una oferta de nuevos servicios y productos que generarán una mayor rentabilidad para ambas partes.

Por mi parte, únicamente puedo asegurar que Alliance Healthcare se esfuerza, día a día, por tender la mano a la farmacia para que juntos, y en pos de un beneficio común, podamos seguir cubriendo las necesidades específicas del paciente.