Todas las partes implicadas consideran “lógico” que los colegios con mayor número de colegiados reclamen más representatividad

Los de menor colegiación alertan de la dificultad de encontrar una fórmula “que guste a todos y no nos deje infrarrepresentados”

| 2009-11-27T16:31:00+01:00 h |

alberto cornejo

Madrid

“Tenemos claro que hay que adaptar la representatividad de cada uno de los colegios oficiales de farmacéuticos a los tiempos actuales y en base a su cifra de colegiados, pero sin que los grandes se coman a los chicos ni que éstos dominen a los grandes”. Así se posicionan en el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) ante la posibilidad de buscar nuevas fórmulas de representación y voto en algunos órganos del Consejo General, como puede ser su Asamblea, para dar respuesta a las peticiones oficiales de cambio que ya han realizado colegios como el madrileño y el valenciano que, junto al de Barcelona, son los que cuentan con mayor número de colegiados.

Dentro de su política de trabajo, basada en la “permanente búsqueda del equilibrio”, la presidenta del CGCOF, Carmen Peña, ya ha señalado en repetidas ocasiones que dicha cuestión “está siendo analizada” en la institución que preside. Además, el hecho de que el CGCOF se encuentre inmerso en una renovación de estatutos, que debe estar lista antes de febrero de 2010, allana el camino para dar entrada a esta revisión. Una modificación que no encontraría inicialmente oposición entre el resto de colegios provinciales que componen esta institución, al calificarla de “justa y lógica”.

Diferencias

Actualmente, la representatividad en la Asamblea del Consejo General en base a un voto ponderado (ver fórmula) produce unas disyuntivas difíciles de entender. Por ejemplo, los COF de Ciudad Real y Cuenca cuentan con el mismo número de votos en la Asamblea (dos cada uno), pese a que el primero dobla la cifra de colegiados del segundo (629 colegiados ciudadrealeños por los 311 conquenses). Un sistema que es aún más acusado para los colegios con mayor número de profesionales adscritos. Así, el COF de Madrid tan sólo cuenta con poco más del doble de votos de los que tiene el COF de Vizcaya (diez frente a cuatro), a pesar de que la cifra de colegidos madrileños es nueve veces superior.

Incluso, los colegios ‘pequeños’, los que más tendrían que perder con esta revisión, se solidarizan con los ‘grandes’. “Es una petición razonable”, indica José Luis Blanco, presidente del COF de Soria, que actualmente cuenta con una de las más bajas cifras de colegiados a nivel nacional (158), traducida en un voto asambleario.

Asimismo, los colegios a priori más neutrales, como puede ser el de Málaga (1.704 colegiados, 4 votos asamblearios), también consideran “necesaria” la revisión, tal y como expone su presidente, Javier Tudela.

¿Cómo hacerlo?

Lo que está claro es que en las razones de esta revisión hay unanimidad: no pueden tener el mismo peso en la Asamblea dos colegios entre cuyas cifras de colegiados media un abismo. Ahora bien, donde surgen las discrepancias es en el cómo hacerla. En este sentido, las peticiones de los COF de Madrid y Valencia se centran en el establecimiento de un sistema representativo estrictamente proporcional al número de colegiados con los que cuenta cada institución. Una proporcionalidad que, sin ser descartada desde el Consejo General, sí alertan que “podría correrse el riesgo de que unos pocos colegios tengan sometidos a los demás”.

Los colegios pequeños también muestran sus reticencias a un voto puramente proporcional. “Habría que buscar fórmulas más justas con los colegios grandes, pero que tampoco nos condenen al ostracismo”, indica Mariano Giménez, presidente del COF de Teruel. Un parecer que también hace suyo su homólogo soriano, al considerar que “un voto puro en proporción al número de colegiados es discriminatorio, ya que correríamos el riesgo de perder todo el protagonismo en el Consejo”.

A la hora de presentar posibles fórmulas, Blanco alude al sistema de votaciones por el que se rige el Consejo Autonómico de COF de Castilla y León, que ve “extrapolable” para el máximo organismo farmacéutico nacional. En esta institución autonómica, el voto se reparte de la siguiente manera: un 25 por ciento de los votos son fijos, repartidos equitativamente entre todos los colegios. El resto, sí se reparte de forma proporcional al número de colegiados en cada provincia. “Así se imposibilita que un par de colegios obtengan la mayoría”, resalta. Otra de las fórmulas planteadas pasaría por aumentar el número de votos actuales en la Asamblea (161) y que esos “nuevos” votos sólo recayesen entre los colegios más numerosos.

La propia Asamblea decide

El interés común, tanto del propio CGCOF como del conjunto de colegios provinciales, por subsanar estos posibles agravios, unido al tradicional clima de entendimiento que reina en la Asamblea a la hora de tomar decisiones, hace más factible si cabe el encuentro de una solución al respecto.

Por el momento, este asunto ya fue discutido en el Pleno celebrado la semana pasada por el CGCOF, y a la sede de este organismo siguen llegando las propuestas individuales de cada institución, integradas dentro de las alegaciones que se están presentado al nuevo borrador de estatutos que ya les ha remitido el Consejo General. No obstante, será la propia Asamblea (que tiene ya fijadas dos citas, una en diciembre y otra en enero) quien deba dar validez o no a esta modificación. En este sentido, Blanco recuerda que “más allá del poder de cada uno, al final los acuerdos asamblearios siempre suelen hacerse por unanimidad”.