El próximo 19 de mayo el Tribunal de Justicia de Luxemburgo emitirá su fallo sobre el ‘caso italiano’, una sentencia que tendrá repercusiones para el modelo de farmacia español
| 2009-04-19T18:00:00+02:00 h |

Ya se ve la luz al final del túnel, aunque no sabemos si esa luz será clara o se tornará en negros nubarrones primaverales. Y es que el próximo 19 de mayo el Tribunal de Justicia de Luxemburgo hará pública la sentencia sobre el denominado ‘caso italiano’, un fallo que es de vital importancia para vislumbrar el futuro que le espera al modelo español de farmacia.

Cinco meses después de que la alegría desbordara a la farmacia española, tras el muy positivo informe del abogado general Yves Bot, ahora ha llegado el momento de saber si esa alegría estaba justificada o se quedará simplemente en un alborozo precipitado y en una vuelta a las trincheras en defensa del modelo.

La decisión que adopte Luxemburgo se producirá en un momento de grandes cambios a todos los niveles. Por un lado, Bernat Soria ya no recibirá la noticia en su despacho del 18 del paseo del Prado, a pesar de que durante casi dos años ha tenido el dictamen motivado contra España sobrevolando su cabeza. Ahora será Trinidad Jiménez la que, de un único disparo, tendrá la posibilidad de sonreír y decir: “Esto está encaminado”. O no.

Por otro lado, la decisión sobre este caso será la salida airosa o el último clavo del ataúd para el comisario europeo de Mercado Interior, Charlie McCreevy, el gran impulsor de la liberalización de la farmacia en Europa. McCreevy se marcha y no repetirá en su puesto tras las próximas elecciones europeas del 7 de junio. Por eso, el fallo del tribunal puede tomarlo como una última victoria o como la más amarga de las derrotas de su carrera política europea.

Otro cambio será el que puede afectar a una de las peores pesadillas que ha tenido McCreevy en los últimos años: el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Pedro Capilla. En estos momentos, el máximo dirigente de los farmacéuticos está deshojando la margarita de su continuidad en un cargo que ocupa desde hace 21 años. El dictamen ha sido su gran batalla y una victoria, la que le proporcionaría la sentencia del ‘caso italiano’, sería una gran despedida.