VÍCTOR GUTIÉRREZ Madrid | viernes, 27 de enero de 2012 h |

Antes de que la ministra de Sanidad, Ana Mato, anunciase a finales del año pasado la designación de Pilar Farjas como nueva responsable de la Secretaría General de Sanidad, el debate sobre la necesidad de sacar de la financiación pública grupos terapéuticos completos ya estaba sobre la mesa, aunque, sin duda, su designación apuntaló la discusión.

De hecho, tras el nombramiento de la ex consejera de Sanidad gallega, y muy especialmente a la vista de las cifras de déficit público existente, en torno al 8 por ciento, que obligan a una drástica reducción del gasto, la desfinanciación de algunos grupos terapéuticos es hoy para el sector farmacéutico más que una posibilidad, un camino que seguro habrá de recorrer en un futuro cercano. En este sentido, no hay que olvidar que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, advirtió en su discurso de investidura que a la hora de ahorrar los 40.000 millones necesarios para cumplir el objetivo de déficit todas las partidas podrían ser “revisadas”, con excepción de las pensiones.

Farjas ha llegado al ministerio con el cartel del cataloguiño colgado del cuello. La ex consejera de Sanidad gallega fue la única que, durante su estancia en un gobierno autonómico, plantó cara al ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero y desarrolló un catálogo nuevo en el que la desfinanciación se hacía efectiva para todos los medicamentos, excepto para aquellos que, en su categoría, tuvieran el menor precio.

A este respecto, el sector ha demostrado mantener una posición bastante uniforme, aunque con distintos e importantes matices. Desde Anepf, la Asociación para el Autocuidado de la Salud, ya se ha hecho llegar al ministerio una propuesta para desfinanciar tres grupos de fármacos que parecen haber conseguido un cierto consenso en el fin, pero no en el fondo, y que permitirían al SNS ahorrar algo más de 153 millones de euros anuales.

En concreto, la desfinanciación afectaría a las lágrimas artificiales (S01XA), los antidiarréicos (A07D) y los mucolíticos o expectorantes (R05CB), opciones que según Rafael García Gutiérrez, director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud, “supondrían un ahorro inmediato y podrían ser desfinanciados sin riesgos para los pacientes”.

Reducción del gasto

Así, la propuesta remitida por la patronal de productos de autocuidado representaría un ahorro para las arcas públicas de 65,8 millones de euros en mucolíticos, 42,9 millones en antidiarréicos y otros 45,5 millones en el mercado de las lágrimas artificiales. Si bien, a este respecto, García Gutiérrez incidió en las cifras obtenidas a partir de un estudio realizado conjuntamente con la Universidad Pompeu Fabra, del que se desprende que desfinanciando el 5 por ciento de los medicamentos que se destinan actualmente a indicaciones relacionadas con el autocuidado, se rebajaría en alrededor de 1.207 millones el gasto sanitario. Una reducción que más allá del coste directo de financiación de los medicamentos liberaría un gran número de horas de trabajo de los médicos, lo que permitiría mejorar la asistencia clínica.

A juicio del director general de la patronal del autocuidado, “no es racional que se estén financiando lo mucolíticos o las lágrimas artificiales, que no están relacionados con un compromiso con la vida, cuando un enfermo de cataratas tiene que esperar un año para operarse o se descuida la psiquiatría”. Para él, “se han propuesto estos grupos porque presentan la indicación de síntomas menores y no tienen sustitutivos más caros”, y subrayó, además, la connivencia mostrada por la industria farmacéutica ante dicho planteamiento.

Precisamente, este es uno de los puntos fuertes de la propuesta de Anefp, que cuenta con el apoyo de las partes involucradas. No es la única premisa seguida por la asociación ya que, según indican, las propuestas de financiación que han realizado estipulan que solo debe afectar a trastornos o patologías de carácter leve y, por último indican que la decisión no debería ser nunca en función del precio de los medicamentos.

En este sentido, y en relación con la propuesta planteada por la patronal Fefga en Galicia, el director general de Anefp advirtió de que la desfinanciación “nunca” debería correlacionarse con el coste del medicamento, sino con “la indicación”, y remarcó que “no se deberían financiar los medicamentos para síntomas leves mientras no haya dinero para financiar cirugías o indicaciones graves”.

La contrapropuesta de Fefga contemplaba excluir de la financiación pública fármacos de menos de dos euros, estimando el ahorro de esta medida en 2.500 millones de euros a nivel nacional. Sin embargo, esta visión no es compartida por el presidente de la Federación de Empresas Farmacéuticas Españolas (FEFE), Fernando Redondo, quien a principios de este año consideró que no se trata de desfinanciar por debajo de un precio determinado, sino de lo que pueda hacerse independientemente del precio que tengan los medicamentos.

Tampoco fue bien recibida en los colegios oficiales de farmacéuticos de Orense y La Coruña, que rechazaron frontalmente esta posición por considerar que redundaría en “una merma en la prestación farmacéutica a la población y una discriminación negativa hacia los pacientes económicamente más desfavorecidos”.

“Ideas mejores”

En este sentido, el presidente del COF de Badajoz, Cecilio Venegas, aseguró que hay “ideas mejores” para asegurar la viabilidad del SNS que un plan de desfinanciación, el cual no ve “ni sólido ni firme”, y propuso centrarse en la educación sanitaria y el análisis de medidas relacionadas con la renta de los pacientes. De esta forma, afirmó que los grupos que se pretenden desfinanciar supondrían “un ahorro muy pequeño”.

Para Venegas, “en toda España igual tienen sentido, pero no son precisamente grupos terapéuticos ni tan fundamentales ni tan básicos, digamos que se podría prescindir de ellos en una primera lectura”. Al mismo tiempo recordó que, de hecho, ya hubo un intento de extraer de la financiación los mucolíticos. “Se les puso el cupón precinto” diferenciado, por lo tanto no se puede decir que sean” cosas nuevas, son como las modas, son cíclicas y vuelven, pero no creo que sean la solución”, puntualizó Venegas.

Por su parte, desde la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg), su director general, Ángel Luis Rodríguez de la Cuesta, se mostró preocupado por el posible deslizamiento “en la prescripción” que puede provocar la exclusión de ciertos medicamentos de la financiación. En este sentido, advirtió de que “el papel social” de los genéricos “se podría ver afectado”, ya que una deriva hacia fármacos más caros podría dejar de “asegurar el acceso del ciudadano al medicamento”. No obstante, el director general de Aeseg matizó que no se oponen a esta medida, aunque sí precisó que desde la asociación se entiende que la desfinanciación debería afectar solo a productos destinados a síntomas menores, de baja rotación o antiguos y precio bajo.

Una posición secundada también por empresas del sector, como Angelini Farmacéutica, líder en ventas en productos relacionados con las lágrimas artificiales, cuyo director general en España, Felipe Hortelano, afirmó que “si hay que elegir, es preferible desfinanciar productos que valgan poco y no son vitales para la persona, y dejar recursos” a otros campos como la cirugía. “Estamos en un época de recursos limitados y hay que decidir qué es prioritario en Sanidad. Evidentemente, si se saca la medida adelante, el mercado bajará, pero para Angelini es preferible caer algo en las ventas y que se sigan financiando fármacos de mayor precio e importancia para los pacientes”, aseveró.

Anefp considera que “no es racional que se financien los mucolíticos, mientras que se descuida la atención psiquiátrica”

El debate sobre la desfinanciación toma fuerza tras la designación de Farjas como secretaria general