Representantes de sociedades científicas y organizaciones de pacientes han presentado una declaración conjunta acerca de la prescripción, uso y acceso a los medicamentos biológicos. Este documento es el resultado de dos encuentros, convocados en el marco de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) celebrados en marzo y abril pasados en la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). En la declaración conjunta, respaldada por más de 19 sociedades científicas y organizaciones de pacientes, se reclama a las autoridades sanitarias un marco de garantías para médicos y pacientes en la prescripción, uso y acceso a los medicamentos biológicos originales y biosimilares en condicione de igualdad territorial. El rector de la UIMP, César Nombela, ha señalado que “el uso de fármacos biológicos y biosimilares demanda unos criterios claros de utilización”.
En esta declaración, entre otras cosas, se pide respeto a la prescripción médica y que ésta no se vea afectada por guías o resoluciones administrativas centradas en reducción de costes y también que se garantice la formación necesaria sobre estos medicamentos. Además, pacientes y médicos coinciden en la necesidad de que se garantice una estricta trazabilidad y farmacovigilancia, así como el fomento de la competencia entre biológicos originales y biosimilares para conseguir ahorros.
Antonio Bernal, presidente de la Alianza General de Pacientes resaltó que, ante la intercambiabilidad, “los posicionamientos de las Organizaciones de Pacientes, de las Sociedades Científicas, de Farmaindustria y de Biosim coinciden en la prescripción médica y en la información al paciente” y mostró su preocupación ya que “en algunos hospitales y Comunidades Autónomas no se respetan plenamente ciertos derechos de los pacientes que están protegidos por las leyes”.
Julio Sánchez Fierro, abogado y experto sanitario, que coordinó los trabajos, ha señalado que “en el fondo, la declaración refleja una seria preocupación ante determinadas actuaciones que imponen al médico la sustitución del biológico y que no van acompañadas de la adecuada información al paciente, basándose para ello en las políticas de los centros sanitarios”. Asimismo, destacó que “no hay que crear confusión en torno al concepto de intercambiabilidad, que algunos vinculan al medicamento y no al médico y a su facultad prescriptora, tal y como señala la Comisión Europea”.