Carlos B. Rodríguez / J.R-T. Madrid | viernes, 08 de junio de 2018 h |


Carmen Montón: “Hoy empezamos a cambiar las cosas con un gobierno que no quiere dejar a nadie atrás ”



“Debemos trabajar para adaptar el sistema de salud a las necesidades demográficas, sociales y tecnológicas”


“Todas las cosas son imposibles mientras lo parecen”. No es casual que Carmen Montón trajera a colación esta cita, atribuida a una revolucionaria feminista nacida en 1820, durante el acto de traspaso de carteras en el Ministerio de Sanidad. “Estoy orgullosa de formar parte de un gobierno que por primera vez en la historia tiene más mujeres que hombres; un avance más en igualdad propiciado por un presidente socialista y feminista”, dijo. En un abarrotado salón de actos, la ministra pronunció un discurso de marcado sabor sanitario —algo que se echó en falta en anteriores titulares de esta cartera— y que responde a las enormes expectativas que ha levantado la composición del Gobierno de Pedro Sánchez.

Si un gesto vale más que mil palabras, la ministra venía con la lección aprendida. Nada más ser presentada sorprendió a todos, dando un paso atrás y permitiendo que fuera la ministra saliente, Dolors Montserrat, la primera en hablar para despedirse del sector. Nada más tomar la palabra, y como prólogo de un discurso de apenas ocho minutos, fue la primera de la que se acordó, para agradecerle, a pesar de no compartir la misma hoja de ruta “y desde la distancia ideológica”, el esfuerzo y el trabajo realizado.

La hoja de ruta de Montón

Ya se habían sentado dos de las bases con las que Montón se quiere diferenciar de su antecesora: en primer lugar, las formas —hace escasamente una semana que la por entonces consejera de Salud Universal de la Comunidad Valenciana criticaba duramente las formas de la por entonces ministra Montserrat— y en segundo lugar, una hoja de ruta palpablemente diferente a la del gobierno del PP.

Desde que Sánchez ganó su moción de censura, y sobre todo desde que anunció el nombre de su apuesta sanitaria, las apuestas estaban más que echadas sobre cuál podría ser esta hoja de ruta. La ministra de Sanidad no dudó en dejarla clara: “Debemos trabajar para adaptar el sistema de salud y servicios sociales a las necesidades demográficas, sociales y tecnológicas. Estos retos requieren enfoques novedosos e innovadores. Creo en una sanidad pública y en unos servicios sociales con carácter universal, de calidad y regidos por los parámetros de la equidad como instrumento de cohesión social y de derechos de la ciudadanía. La universalidad en una asistencia sanitaria y la eliminación de la discriminación económica en el acceso a los tratamientos farmacológicos y ortoprotésicos son básicos para garantizar el derecho a la salud de las personas”, aseguró.

No fue, ni mucho menos, la única mención a la que será su gran diana en el cargo: la derogación del Real Decreto-ley 16/2012. Para ello, y además de hacer un inciso para agradecer a los profesionales del sistema sanitario y de los servicios sociales el “haber dado lo mejor de sí mismos en defensa de lo público como garantía de derecho de la ciudadanía” y ante “momentos de exclusión”, trajo a colación otras dos leyes. En primer lugar, la Ley 14/1986, General de Sanidad, impulsada por el ministro socialista Ernest Lluch, que sentó las bases de uno de los pilares del Estado del Bienestar, garantizando el derecho universal a la salud. “El concepto de atención integral a la salud, la universalidad en el acceso y la planificación de los centros y servicios sanitarios orientados a la cohesión social y territorial se han revelado como uno de los grandes aciertos de nuestra democracia”, explicó la ministra, desde el mismo salón de actos que lleva el nombre de aquel ministro.

La segunda norma mencionada por Montón es la ley 39/2006, impulsada por el gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, que 20 años después de aprobada la Ley General de Sanidad, reconocía el cuarto pilar del Estado del Bienestar, garantizando el derecho a la promoción de la autonomía personal y la atención a las personas en situación de dependencia. “Dos leyes con sello socialista que hoy tienen plena vigencia como garantía de derechos, que suponen un extraordinario instrumento a favor de la justicia social”, resaltó la ministra.

De hecho, esta última ley no sólo actuará como ‘faro’ del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, sino que constituirá en si misma una línea de actuación prioritaria para este Departamento. “Tenemos un buen instrumento, la ley 39/2006, y tenemos que aplicarla y garantizar el derecho que ésta reconoce en el ámbito de la dependencia”, destacó Montón. Y añadió: “Creo en un sistema moderno, innovador, y de garantía pública de servicios sociales en el que participen todos los agentes interesados: equipos municipales de servicios sociales, las comunidades autónomas, el tercer sector y demás entidades. En eso trabajaremos desde este Ministerio”.

La nueva responsable es consciente de que estos y otros retos —por ejemplo, los asociados a la competencia de Consumo o la lucha contra la violencia machista— son muy complicados, y de que el momento es complejo. Por ello no dudó en tender la mano. “Hacemos un esfuerzo por cambiar las cosas, cambiándolas. Y hoy empezamos a cambiarlas con un gobierno que no quiere dejar a nadie atrás”, señaló la ministra. La ministra citó a todos… O a casi todos. Se acordó de los profesionales sanitarios, de los profesionales de los servicios sociales, de los movimientos de organizaciones sociales, de los sindicatos, de las fuerzas políticas, de los colegios profesionales, de las sociedades científicas, de la ciudadanía. Pero no hubo mención para la industria.

Menciones sí las hubo, en cambio, y en abundancia, a la palabra “diálogo”, que sin duda quiere ser marca de la casa de este Ministerio. Sin duda será necesario para recorrer el camino que tiene por delante y que van mucho más allá de los “problemas de financiación” y los “retos que plantea el presente y el futuro para garantizar los derechos a todas las personas”. Aunque es normal que la ministra se haya marcado a fuego estas prioridades, no son las únicas, ya que los compromisos adquiridos por el PSOE en los últimos años ahora pesan en el sector.

Las demandas de estabilidad y predictibilidad por parte del sector farmacéutico; el equilibrio entre la sostenibilidad, el acceso y el reconocimiento de la innovación o las peticiones de las asociaciones de pacientes están ahora pendientes de conocer los pasos del Gobierno.

Las reacciones políticas

Teresa Angulo, portavoz de Sanidad del PP en el Congreso

“Debo ser pesimista porque su principal objetivo es volver a las políticas sanitarias de ZP”

Jesús Mª Fernández, portavoz de Sanidad del PSOE en el Congreso

“Montón reúne todas las características para hacer un gran papel como ministra”

Francisco Igea. Portavoz de Sanidad de C´s en el Congreso

“Parece un nombramiento para calmar las exigencias de Podemos o Compromís”

Amparo Botejara. Pvoz. Sanidad de Podemos en el Congreso

“Nos hallarán en un camino desprivatizador y universalizador del derecho a la salud”

Antonio Alarcó. Portavoz de Sanidad del PP en el Senado

“Nos tendrá para colaborar si no hace política con la sanidad y sí política sanitaria”

José Mnez. Olmos. Portavoz de Sanidad del PSOE en el Senado

“La nueva ministra ha demostrado su compromiso con la sanidad pública universal”