Sostenibilidad

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| viernes, 29 de noviembre de 2019 h |

La actual situación de “crisis climática” que vive el planeta será el hilo conductor de los debates de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) que acoge Madrid hasta el próximo 13 de diciembre.

Este organismo, en su Convención Marco de 1990, ya puso el foco en la responsabilidad y las repercusiones que las acciones del ser humano estaban teniendo sobre el cambio climático y, casi tres décadas después, luchar contra este fenómeno ha pasado a ser una “emergencia global”.

El actual modelo de desarrollo económico, basado en el uso intensivo de los recursos, la generación de residuos y la contaminación resultante, no puede sostenerse a largo plazo, siendo necesaria una transición hacia un modelo de economía circular, basado en la eficiencia en el uso de los recursos y los residuos. Precisamente, la gestión eficiente de los residuos es una área estratégica para la mitigación de emisiones y para dicha transición energética.

Los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), entre ellos SIGRE, constituyen una parte esencial para garantizar una reducción en el consumo de recursos y una gestión eficiente de los residuos.

En este sentido, el sector farmacéutico, a través de SIGRE, ha asumido en España, desde hace años, una importante labor para luchar contra el cambio climático, minimizando el impacto ambiental de los envases de medicamentos para proteger los ecosistemas y para mejorar la calidad de vida de los pacientes, contribuyendo así a una sociedad con más salud y bienestar.

Desde que la entidad inició su actividad en 2001, se han logrado importantes hitos ambientales. Gracias a las mejoras medioambientales y las medidas de ecodiseño aplicadas por la industria farmacéutica a los envases de medicamentos y al reciclado final de los materiales de estos envases al final del ciclo de vida del medicamento, se ha evitado la emisión de más de 80.000 toneladas de CO2, uno de los principales gases causantes del efecto invernadero.

A ello, se suman otras 21.000 toneladas cuya emisión se ha ahorrado gracias a la logística inversa que la distribución farmacéutica aporta al funcionamiento de SIGRE para retirar los residuos de más de 22.000 Puntos SIGRE existentes en las farmacias, aprovechando el viaje de vuelta a los almacenes que efectúan las furgonetas de las empresas de distribución de medicamentos.

Por otra parte, la actividad de SIGRE está alineada, de manera directa, con 8 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), particularmente con los más ligados a la salud y el medio ambiente, para promover la economía circular. Todas estas iniciativas ponen de relieve el compromiso de SIGRE y del sector farmacéutico por luchar contra la “crisis climática” en su decidida apuesta por la sostenibilidad ambiental.


La actividad ambiental de SIGRE ha evitado la emisión de 101.000 toneladas de CO2 a la atmósfera