Jesús C. Gómez

Durante el pasado mes de mayo, al protagonista de este artículo se le acumularon las buenas noticias respecto a sus principales pasiones: el Espanyol y la farmacia comunitaria.

Con apenas días de diferencia, se confirmaba el retorno de su equipo a Primera División y recibía una llamada en la que se le informaba que el patronato de Fundamed reconocería su trayectoria profesional en  Farmacia en la gala de los Premios Fundamed & Wecare-u a celebrar el 6 de julio. Como guinda al pastel, este reconocimiento —entregado por la diputada socialista y farmacéutica, Ana Prieto— lo recibiría a la par que dos de sus ex compañeros y “amigos”, Margarita López-Acosta y Santiago Moreno. Y, en el caso de este último, con el añadido de ser ambos oriundos de Murcia y casi coetáneos.

A Jesús C. Gómez, farmacéutico comunitario en Barcelona, este premio a su trayectoria le llega aún con el curriculum profesional ‘abierto’ y en su condición actual de presidente de la Fundación Sefac. Pero entre los méritos que le han hecho merecedor de este galardón cabe destacar su anterior presidencia de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (Sefac). Y, sobre todo, dos cuestiones difíciles de encuadrar en una responsabilidad o etapa profesional concreta, dado que ha hecho gala de ello desde el mostrador de su farmacia a cualquier despacho, reunión o intervención pública: la defensa de la farmacia comunitaria y su avance asistencial, así como de la colaboración multidisciplinar entre profesionales sanitarios.

Repartiendo juego

Quien conoce a Jesús C. Gómez ya sabía de antemano que en el discurso tras recoger su galardón iba a ‘repartir’. Será una condición que arrastra de su época de jugador de baloncesto y, en concreto, en el puesto de base. Otra pasión que se vio obligada a abandonar pero que, no hay mal que por bien no venga, le permitió adentrarse de pleno en el mundo de la farmacia. Pues bien, desde el atril, este otrora base ‘repartió’ agradecimientos, reconocimientos, peticiones y críticas.

Respecto a lo primero, Gómez expuso que “este premio es un acicate para seguir trabajando en la evolución de la farmacia clínica comunitaria a través de la Fundación Sefac”. En el turno de reconocimientos, el protagonismo fue para la labor de todos los farmacéuticos que se han mantenido “en primera línea” en la pandemia.  “La grandeza se demuestra en los momentos difíciles. Los farmacéuticos no hemos fallado ningún día. La población ha tenido permanente acceso a un profesional sanitario a 200 metros y hemos hecho iguales a todos los españoles”.

En este apartado también hubo lugar para el recuerdo a los compañeros que han fallecido ejerciendo su labor, así como a los diferentes equipos con los que ha trabajado en Sefac. Una sociedad en la que, tras ostentar responsabilidades previas, asumió la presidencia de 2012 a 2020.

Precisamente, el actual presidente de la Fundación Sefac enlazó ese repaso de las funciones realizadas por las farmacias para, aprovechando la nutrida presencia de decisores políticos en esta gala, iniciar el turno de peticiones…o críticas. “Hemos palpado al paciente como hemos podido. Cuestiones que habéis tardado en legislar como la atención farmacéutica domiciliaria lo ha hecho de facto la sociedad. ¿Es legal, ilegal o alegal? Por encima de todo, es ético, profesional y humano”, indicó al respecto.

Consenso aplicado con vehemencia

En la ‘autovaloración’ de su trayectoria profesional, Jesús C. Gómez destaca el “consenso” con el que ha guiado sus actuaciones. “Un consenso aplicado de forma vehemente”, reconoce. Pero con éxito.

Gracias a ese afán por la colaboración, desde Sefac se han promovido múltiples iniciativas con sociedades médicas que han facilitado la mejor asistencia coordinada a los pacientes —véase el Congreso Médico-Farmacéutico, opera prima con su homólogo de Semergen y amigo, José Luis Listerri—, así como que la farmacia comunitaria pudiese contar con silla propia en la importante Mesa de la Reforma de la Atención Primaria.

Sin embargo, quien tuvo retuvo y como buen base Gómez sabe que cualquier jugada, aunque acabe bien, podría ser mejorable. Por eso le queda la espina que a todos esos consensos no se haya sumado Enfermería, pese a sus intentos “personales”. “La mano del profesional farmacéutico seguirá tendida”, recuerda, para que la jugada sea, ya sí, perfecta.