sara calvo Madrid | viernes, 12 de enero de 2018 h |

Una experiencia piloto pionera en nuestro país ha colocado Galicia en el centro de la investigación y la innovación abierta. Un proyecto piloto llamado I2D2 (Incubation Innovation in Drug Discovery) puesto en marcha tanto por capital público como por la farmacéutica Janssen arrancó el verano pasado y esta primavera empezará a plantar lo que serán en un futuro próximo las primeras flores. El proyecto pretende ser un lugar en el que incubar ideas innovadoras sobre cualquiera de los principales campos con los que lidia la medicina moderna. Cáncer, dolencias neurodegenerativas y psiquiátricas, resistencias antimicrobianas y estudio del microbioma bueno, enfermedades raras, metabolismo y cardiovascular son las líneas generales que tocan los proyectos presentados hasta la fecha.

A esa convocatoria pública de ideas se sumaron 157 propuestas que se centran, sobre todo, en mecanismos de la enfermedad. Vienen de grupos de investigación promovidos por instituciones públicas y también privadas, llegadas desde distintas partes del mundo: Canadá, Francia, Italia, Israel, Alemania, Holanda, Estados Unidos, Reino Unido y por supuesto, España.

La primera fase es la de selección. De todos los presentados, se quedaran unos cinco, aunque esta cifra podrá variar en función de cuánto cueste cada proyecto. La idea es financiar íntegramente los seleccionados para valorar si cada idea puede dar el gran salto; esa sería otra fase que requeriría otra financiación. Entre febrero y marzo empezarán a ponerse en marcha esa primera oleada de proyectos seleccionados aunque hasta octubre de 2018 seguirán recibiendo ideas.

La tercera fase es la de inversión para los proyectos que vayan hacia adelante la cual, explica la directora científica de la Fundación Kærtor, Mabel Loza, sería mayor para ir enfocándose a la parte clínica.

Janssen: prioridad pero sin propiedad

La farmacéutica Janssen junto a la Fundación Kærtor son las principales artífices de esta incubadora de nuevos tratamientos. Pero según explica Loza, Janssen solo tiene el derecho a ser la primera en elegir si quieren quedarse con alguno de estos proyectos a precio de mercado. “Su inversión no es con retorno, no tiene propiedad sobre los resultados”, aclara Loza. “Aquí en España, la cuestión de la innovación abierta llega tarde”, sigue la directora. En Europa llegó en 2008. Hasta entonces, el modelo era otro: antes las compañías lo hacían o bien internamente, o bien lo contrataban y lo pagaban. De esta forma adquirían la propiedad. Hoy ya se contempla que aunque inviertan capital no se queden con ella. “Fue la gran crisis económica la que lo cambió todo”.

El sector se reinventó y parió el modelo de la innovación abierta. “Esa crisis fue económica pero también intelectual, porque había poca novedad en los fármacos. Se hacían cosas que eran algo mejores que las anteriores pero no solucionaban una necesidad médica clara”.

En ese mundo se fraguaron los ‘hubs’ y ecosistemas de innovación, lo cual generó que las compañías farmacéuticas dieran un paso atrás en cuanto a descubrimiento temprano y apostaran por la innovación abierta.

El espejo en el que le gustaría mirarse a I2D2 se llama ‘proyecto Apolo’ y cuenta con cuarenta millones de euros de presupuesto. Obtiene el apoyo de tres grandes compañías farmacéuticas y otras tantas universidades. En Canadá, en los países nórdicos, o en Holanda tienen proyectos similares.

“La industria pone dinero porque necesita que las buenas ideas, aunque arriesgadas, se empiecen a probar si queremos tener verdaderamente nuevos medicamentos”. Loza anota: “Hay que germinar ideas que luego pueden salir o no, o servir de base para el descubrimiento de otros fármacos”. El programa contribuirá al impulso del ecosistema biotecnológico de Galicia, con un alto impacto sobre las pymes gallegas del sector, que podrán prestar servicios para el desarrollo de proyectos de descubrimiento de fármacos derivados de él. En este sentido se enmarca en la Estrategia de Impulso a la Biotecnología de Galicia, que prevé movilizar 200 millones de euros hasta 2020, de los que 125 proceden de fondos públicos.

La nueva incubadora cuenta con la experiencia de la plataforma Innopharma del Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS) de la USC, financiada con fondos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) gestionados por el MINECO, y destinados a financiar actuaciones dirigidas a favorecer el desarrollo regional a través de la investigación (Programa Operativo de I+D+i- Fondo Tecnológico), ha logrado importantes resultados en los pasados años, entre ellos 42 acuerdos con compañías y empresas, 6 acuerdos con industrias farmacéuticas para desarrollar nuevos modelos de colaboración público-privada y nuevos estándares en descubrimiento de fármacos y para la formación de nuevos profesionales, así como 25 acuerdos de colaboración con grupos de excelencia de los mejores centros nacionales. La nueva iniciativa supondrá la creación de alrededor de 10 empleos directos en Galicia y otros tantos indirectos, de perfiles de alta cualificación y experiencia en relación con la economía del conocimiento en descubrimiento de fármacos.

A través de la cooperación público-privada, y contando como empresa tractora con una de las grandes compañías farmacéuticas internacionales, Janssen, se captarán para Galicia colaboraciones que posicionen a la comunidad en el mapa europeo del sector, convirtiéndola en un polo de innovación abierta en el descubrimiento de fármacos. Se trata de orientar la investigación, buscando ideas y proyectos en cualquier lugar del mundo para que se desarrollen en la comunidad gallega.


Esta incubadora creará cerca de diez empleos directos en la comunidad y otros tantos indirectos de diversos perfiles



La farmacéutica Janssen junto a la Fundación Kærtor son los principales artífices del proyecto