La ausencia de Farmaindustria lastra el pilotaje
| 2009-12-11T16:29:00+01:00 h |

Cuenta Esopo en una de sus fábulas que había en una casa un gato tan celoso de su trabajo, el cazar ratones, que el número de estos disminuía rápidamente. Por ello, los ratones convocaron una asamblea para tratar de encontrar una solución e intentar que la frenética actividad del felino no diezmase aún más la colonia de roedores. En esa asamblea se discutió y se desecharon varios de los proyectos presentados. Eso sí, uno de ellos, presentado por uno de los ratones, dio con la clave para acabar con la labor silenciosa del gato y avisar con el suficiente anticipo a los ratones para que éstos pudiesen resguardarse. ¿La idea? Poner un cascabel al gato. Una idea que fue acogida con una salva de aplausos por todos los presentes en la asamblea. Por todos menos por uno de los ratones que elevó la voz para preguntar: “¿Quién va a encargarse de poner el cascabel al gato?”

Como demuestra la fábula de Esopo, una cosa es la teoría y otra muy distinta es la práctica. Una máxima que, en este caso, se puede trasladar a la bienintencionada iniciativa para implantar un sistema de trazabilidad de los medicamentos que impida, por un lado, la falsificación de fármacos y, por otro, garantice la seguridad de los pacientes. Dos asuntos que no son baladí y sobre los que todos los agentes del sector deberían reflexionar, más allá de sus apuestas particulares: ya sea Datamatrix o RFID. Una máxima que se puede aplicar al pilotaje que se iniciará para determinar el sistema más adecuado y en la que no estará presente uno de los tres agentes del sector: la patronal de la industria farmacéutica, Farmaindustria.

Bien, ya se ha decidido que hay que poner el cascabel al gato pero… ¿quién, cuándo y cómo se lo va a poner? Este debería ser el primer paso a dar. ¿Se quiere realmente poner el cascabel al gato? Porque si es así, el color del cascabel debería ser lo de menos.