Se tiende a realizar pedidos “a ojo” y a contar con los productos mínimos debido a exigencias de las consejerías de Sanidad para frenar el gasto

El jefe de FH del Severo Ochoa denuncia la falta de estudios en esta disciplina y alerta de la carencia de personal instruido en gestionar almacenes

| 2011-01-28T15:11:00+01:00 h |

irene fernández

Madrid

La atención farmacéutica suele ser siempre el eje principal de congresos, seminarios… Pero, ¿y la gestión de stocks de medicamentos en los servicios de Farmacia Hospitalaria (FH)? Suele ser la gran olvidada. Gestionar este stock representa una función básica, pero no por ello menos importante. El gasto de los hospitales es muy elevado, además del alto coste que suponen la mayoría de medicamentos que gestionan estos servicios. Y, en términos generales, la gestión de stocks no parece que funcione óptimamente en nuestro país.

Así lo denuncia Benito García, jefe del servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Severo Ochoa, quien se ha encargado de realizar el que se ha convertido en el primer curso de gestión de stocks en FH de España, impartido online, que finaliza esta semana. “En España se tiende a que haya una buena rotación de stocks y a tener lo mínimo imprescindible”, critica. Una situación que afirma que viene inducida desde arriba. Las consejerías de Sanidad sí se preocupan por este tema y, en su opinión, “imponen que se minimicen al máximo” para frenar el gasto. Pero a veces no hay término medio. O sobran o faltan medicamentos.

La falta de estudios en España sobre la evolución de los stocks en los servicios de FH supone el mayor obstáculo. Existen medicamentos con consumo estacional y otros con una tendencia, lo que hace variar los pedidos diarios, “pero nadie estudia el stock a lo largo del tiempo”, alerta García.

Además, en base a su experiencia, revela que la mayoría de servicios de farmacia realizan los pedidos “a ojo”. Es por ello por lo que afirma que se hace imprescindible estandarizar el proceso, usar técnicas adecuadas y contar con profesionales instruidos, y no con auxiliares o residentes que, en muchos casos, son los que se ocupan de gestionar los almacenes.

Punto de pedido

Pero si de una correcta gestión se trata, la técnica del punto de pedido que aplica el Severo Ochoa puede ser la más adecuada. Es decir, cada medicamento cuenta con su punto de pedido, que tiene en cuenta lo que tarda el proveedor y la reposición, siempre basado en el consumo mensual. El Hospital Universitario Virgen del Rocío también la emplea. Según su director de gestión clínica de Farmacia, Javier Bautista, el índice de rotación de stock actualmente en los hospitales andaluces se encuentra entre 12 y 15 días, lo que supone que el stock medio sea inferior al consumo de un mes.

Gracias al punto de pedido la medicación llega a tiempo y se evitan las roturas de stock. “Nuestro servicio tiene pocas roturas, aunque evitar el cien por cien es técnicamente imposible”, afirma García. Por ejemplo, en el Severo Ochoa, se manejan 1.600 productos. Cada uno dispone de un punto de pedido y de unas características concretas, por eso, los farmacéuticos optan por el empleo de clasificaciones como la llamada “ABC”. Esta división distingue los medicamentos según su importancia económica en el gasto. Los del grupo A suponen prácticamente el 60 por ciento y son poco más de 50 presentaciones. En ese grupo se encuentran los que se dispensan a los pacientes externos, en Oncología, que suelen ser anticuerpos monoclonales. “Son a estos medicamentos a los que prestamos especial atención”, sostiene.

Eso sí, no se deben olvidar el resto de fármacos, porque una rotura de stock de uno poco usual también conlleva problemas. Las prescripciones han de ser rápidas, no se puede retrasar ni interrumpir un tratamiento, argumenta García. Además, una rotura implica pedir préstamos a otros hospitales. “Ni siquiera las roturas de stock están contabilizadas en todo el territorio nacional”, dice. Aunque la mayor traba con la que se encuentra el punto de pedido proviene de los laboratorios, que obligan a realizar pedidos mínimos. Esto supone a los servicios de farmacia agrupar varios fármacos.

Almacenes

Pero no sólo es fundamental el aprovisionamiento periódico con técnicas como la del punto de pedido. Los sistemas automatizados de los almacenes también lo son. Entre ellos, los de mayor aplicabilidad en la farmacia de hospital son los sistemas horizontales. Los verticales se usan sobre todo para la dispensación en unidosis.

El servicio del Hospital Clínic de Barcelona emplea esta forma de reparto diaria que garantiza la dispensación 24 horas. “Es un sistema con el que cuentan muchos hospitales y cuya logística es importante”, explica su gerente de farmacia, Ramón Casabona. Para la dispensación a pacientes externos los más adecuados son los robots, pues se precisa el envase entero. Pero, si la robotización aún no ha calado en las oficinas de farmacia, aún menos en la FH.

Además, la trazabilidad y caducidad de fármacos supone otro escollo en la gestión de stocks. La informatización en este aspecto se perfila como esencial y, como anuncia Casabona, “los hospitales van hacia este camino”. Sin olvidar que, tal y como recomienda García, es esencial realizar inventarios permanentes semanales, ya que en los programas informáticos en ocasiones no hay coincidencia entre lo que reflejan y lo que existe en las estanterías. Su servicio, por ejemplo, realiza un recuento diario de los estupefacientes. Si el interés por esta disciplina aumenta en España, García se plantea la idea de elaborar un manual, que sería el primero a nivel nacional.