M. R. Madrid | viernes, 27 de septiembre de 2019 h |

Las infestaciones de piojos son un problema muy común que, según el Ministerio de Sanidad, ha sufrido entre el 4,9 y el 14 por ciento de los escolares españoles alguna vez. Pero, como recalca Eduardo González Zorzano, experto científico de Cinfa, “no tenemos porqué resignarnos a que estos insectos invadan el cabello de nuestros hijos cada vez que arranca el curso y nos traigan de cabeza a toda la familia. Si tomamos algunas medidas preventivas, es posible mantenerlos a raya”.

En primer lugar, una vez que se presenta el primer caso de pediculosis, explica el experto, se debe frenar su propagación. Para lograrlo, se ha de revisar el cabello de todos los familiares —niños y mayores— y avisar al colegio para que tomen las medidas pertinentes. “Lamentablemente, la falsa creencia de que los piojos solo van al pelo sucio lleva a muchos padres a avergonzarse y a no notificarlo al centro escolar. Esta decisión aumenta mucho el riesgo de que los niños de la misma clase se contagien. Sin embargo, hay que saber que los piojos van al pelo limpio igual o más que al sucio”, aclara el experto de Cinfa.

En segundo lugar, dado que una de las principales vías de contagio es el compartir prendas y utensilios que tienen contacto directo con el pelo, es crucial insistir a los niños para que no intercambien elementos como toallas o, por ejemplo, peines, horquillas o coleteros. De igual modo, otro método de prevención es recurrir a los repelentes de piojos, sabiendo que son productos distintos de los pediculicidas y que deben usarse solo para prevenir la aparición de piojos.

Pediculicida, lendrera y paciencia

A la hora de detectar la presencia de los piojos, el síntoma típico es el picor o prurito del cuero cabelludo. Si aparece este signo —o si han notificado que en el entorno del niño ha habido ya infestaciones de piojos—, se debe proceder a un examen exhaustivo del cabello con una lendrera —un peine de púas metálicas muy juntas— para peinar cada mechón y arrastrar las liendres o piojos. Como explica González Zorzano, conviene hacerlo con el cabello húmedo, ya que los piojos se mueven más lentamente por él, y manejando la lendrera con las puntas hacia arriba. También se debe colocar un paño blanco sobre los hombros del niño para poder ver los parásitos cuando caigan.

Posteriormente, señala el experto de Cinfa, si finalmente se confirma que existe infestación, hay que aplicar mediante un ligero masaje el champú, loción o espuma pediculicida sobre el cabello. Después se debe lavar, aclarar y dejar secar el pelo al aire, nunca con secador, ya que el calor puede inactivar el efecto insecticida residual del producto específico.

En cuanto a los productos apropiados para estos casos, desde Cinfa aseguran que existen champús, lociones o espumas pediculicidas, que deben aplicarse siempre sobre el cabello seco, masajeando la zona ligeramente y de acuerdo a las instrucciones del fabricante y a las que proporcione el propio farmacéutico.

Lavar la ropa

Por otro lado, es necesario lavar la ropa del niño a una temperatura superior a 60 grados. También se deben introducir sus juguetes y peluches en una bolsa hermética durante tres días, porque como los piojos se alimentan cada 4-6 horas de la sangre del huésped, no pueden vivir tanto tiempo aislados y morirán. Los peines, horquillas y cepillos hay que sumergirlos en agua hirviendo y es necesario aspirar toda la casa.

Para terminar, señala González, debe pasarse de nuevo sobre el pelo la lendrera para retirar los piojos muertos y las liendres, operación que deberá repetirse cada dos días hasta asegurar completamente que los piojos han desaparecido de la cabeza de los niños. “Además, es fundamental repetir todo el proceso una semana después, para garantizar que se eliminan todos los piojos y liendres. De lo contrario, con que haya quedado alguno, es suficiente para que se reproduzcan de nuevo”, recuerda el experto de los Laboratorios Cinfa.