El pasado noviembre de 2021, la Comunidad Valenciana incorporaba la vacuna para la prevención del herpes zóster en el calendario de vacunación de adultos con condiciones de riesgo, convirtiéndose en la primera comunidad en comenzar a inocular esta vacuna en el mismo mes. Actualmente, la comunidad ya ha administrado un total de 378 dosis. Pero, ¿Cómo se ha estructurado el desarrollo de la vacunación, coincidiendo estas fechas con la sexta ola de vacunación COVID? El Global entrevista a dos expertos en medicina preventiva de la región para analizar la vacunación ante herpes zóster.

¿Por qué ahora?

En 2018, la Comisión de Salud Pública aprobó, tras la autorización europea, la introducción de la vacuna de subunidades adyuvada frente al herpes zóster (HZ/su, Shingrix) en determinados grupos de riesgo. Sin embargo, la vacunación no pudo llevarse a cabo debido a la falta de disponibilidad de la vacuna.

En marzo de 2021, y ante la próxima disponibilidad de un número limitado de dosis, Sanidad aprobó el documento “Recomendaciones de vacunación frente a herpes zóster” en el que se actualizan sus indicaciones. En septiembre, tras acordar el ministerio el reparto de dosis por regiones, la Comunidad Valenciana, en virtud de estos estos acuerdos, adquirió un total de 42.520 dosis de la vacuna para poder proteger frente al herpes zóster a población adulta con condiciones de riesgo.

Modo de actuación

En la comunidad, los puntos de vacunación se desarrollan en los servicios de medicina preventiva. Según ha explicado Ana María Míguez-Santiyán, médica adjunta del Servicio del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario Doctor Peset (Valencia), estos especialistas se encargan de la vacunación de los pacientes de grupos de riesgo y la vacunación COVID de trabajadores.

En este caso, con la vacunación zóster, los grupos de vacunación son más concretos, un avance al que ha calificado como “un hito” para la calidad de vida de los pacientes.

Por ello, desde que llegó las instrucciones desde la Consejería de Sanidad de Valencia, en noviembre de 2021, los profesionales comenzaron a solicitar las dosis.

“Desde que las sirvieron empezamos a programarla dentro del calendario vacunal de nuestros pacientes”

Ana María Míguez-Santiyán, médica adjunta del Servicio del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario Doctor Peset (Valencia)

Miguez explica que, para mejorar la efectividad de la vacunación, los profesionales se avisan a través de interconsultas entre especialidades para poder favorecer a los pacientes que lo necesiten.

“Conforme recibimos las interconsultas de los servicios, atendemos personalmente a los pacientes para adaptar su calendario vacunal, en función del tipo de patología o del tratamiento inmunosupresor”, subraya Míguez-Santiyán.

Así, desde finales de noviembre y principios de diciembre de 2021, tras seguir las recomendaciones de la Consejería y tras vacunar a un paciente de riesgo, los profesionales continuaron ampliando al resto de grupos.

Un cambio en la calidad de vida

Juan Mollar Maseres, jefe de sección de Medicina Preventiva en el Hospital Universitario y Politécnico de La Fe, por su parte, comenzó a inocular las dosis en enero de 2022 y considera que el hecho de contar con una vacuna “que puede ser utilizada para pacientes inmunodeprimidos” es muy importante.

“Antes no existía una vacuna atenuada y no podía utilizarse en pacientes inmunocomprometidos”

Juan Mollar Maseres, jefe de sección de Medicina Preventiva en el Hospital Universitario y Politécnico de La Fe

Desde su perspectiva, Mollar ha vivido las primeras semanas de vacunación ante el herpes zóster con “una gran expectación, interés y prudencia”. El experto coincide con Míguez-Santiyán en desarrollar un trato personalizado del paciente y apuesta por fortalecer una comunicación “lo más directa posible” con el mismo.

“Hemos estado en un constante seguimiento para que los pacientes pudieran comunicar cualquier tipo de problema, así como para estar atentos de la efectividad de la vacuna y poder contrastarlo con los datos de los estudios pivotales que tenemos”, explica el experto de La Fe.

Según ambos expertos, el virus tiene una incidencia de 350 casos por cada 100. 000 habitantes, por lo que es una patología bastante frecuente. Míguez-Santiyán, además, destaca la posibilidad de infradiagnóstico y Mollar, por su parte, recuerda que entre un 15 y 20 por ciento de las personas que han pasado la varicela, pasarán un zóster.

“Considerando que, prácticamente, el 100 % de los mayores de 45 han pasado la varicela, existe un porcentaje altísimo de personas que pueden sufrirlo”

Juan Mollar Maseres, jefe de sección de Medicina Preventiva en el Hospital Universitario y Politécnico de La Fe

Por otro lado, es importante destacar, según Míguez-Santiyán, la tendencia de las pirámides poblacionales hacia una sociedad envejecida, un indicador del aumento de incidencia.

Inclusión en calendarios regionales

La inclusión de la vacuna en los calendarios de vacunación regional es una de las recomendaciones de los expertos. A pesar de no poder avanzar en térmicos políticos, Mollar afirma que los profesionales “desean que haya una actuación coordinada entre comunidades”.

Contar con esta prestación del sistema sanitario reduciría la carga sanitaria y mejoraría la calidad de vida de los pacientes. Por lo que, ambos expertos esperan que las regiones se vayan incorporando a la lista de inclusión a medida que terminen los “últimos coletazos” de la sexta ola de COVID-19.

De hecho, Míguez-Santiyán señala que, posiblemente, los retrasos producidos en los calendarios de las comunidades que ya vacunan ante el herpes zóster, se hayan demorado por la pandemia.

Recomendar la vacuna

Conseguir unas coberturas de vacunación altas es una labor que día a día intentar fortalecerse desde las instituciones Sanitarias. La “clave” para que aumenten está en el funcionamiento de los circuitos internos entre profesionales. Así lo ha indicado Mollar, quien destaca la derivación de pacientes como la herramienta más eficaz para conseguirlo. “Es necesario dejarnos de voluntarismos y que funcione la práctica reglada”, ha apostillado.

Por su parte, Míguez-Santiyán señala que la vacuna está siendo bien recibida entre la población, ya que muchos de los pacientes han sufrido algún episodio de herpes zóster o conocen a alguien que lo haya pasado.

En este contexto, y para favorecer la adherencia a las dos dosis que componen la vacuna, los expertos subrayan la importancia de comunicar los efectos secundarios de la vacuna, como cansancio, dolor muscular, fiebre o escalofríos, síntomas que pueden intentar evitar con paracetamol, si no existen contraindicaciones.

Míguez-Santiyán apuesta además por poner la vacuna de forma individualizada, es decir, aunque la ficha técnica permite poner la vacuna en combinación -junto a otras como la antigripal inactivada-, la especialista defiende administrarla de forma única para identificar correctamente los efectos secundarios “al ser una vacuna nueva”.


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