En diciembre de 2022, la Unión Europea adoptó la Estrategia de salud global con el objetivo de mejorar la salud de las personas y reforzar los sistemas sanitarios para hacer frente a futuras pandemias u otras amenazas de salud pública. Un mes después, eurodiputados de la Comisión de Desarrollo (DEVE) y de la Comisión de Medio Ambiente y Salud Pública (ENVI) han intercambiado opiniones con representantes de la Comisión Europea sobre la nueva estrategia en el Parlamento Europeo.

Para Tomas Tobé, eurodiputado del PPE, era necesaria una “estrategia a largo plazo” que fuese central para el programa de políticas de desarrollo postpandemia. “A la UE le faltaba una visión mundial de la salud para enfrentarse a los desafíos del mundo moderno”, ha apuntado. Asimismo, ha destacado que la nueva estrategia abarca aspectos relacionados con los objetivos de salud incluidos en los ODS: avanzar en la cobertura sanitaria universal e instaurar el concepto “One Health”.

Precisamente, Bas Eickhout, eurodiputado de Los Verdes, ha asegurado que, desde la perspectiva del ENVI, se ha estado promoviendo ese enfoque único para la salud, “pero solo será eficaz si lo hacemos en la escala global”. Ahí es donde entra en juego la Estrategia mundial de la salud. Y es que, tal y como ha recordado el eurodiputado, la pandemia de COVID-19 no es el único desafío: “Vendrán más y debemos estar preparados”. Por ello, esta estrategia pretende una mejor preparación de Europa.

La visión de la Comisión Europea

Representantes de la Comisión Europea han indicado que la pandemia ha puesto de manifiesto lo poco preparada que está Europa para enfrentarse a este tipo de desafíos y ha remarcado la importancia de la coordinación internacional. “La salud no tiene fronteras y el bienestar de nuestra sociedad y la prosperidad de nuestras economías dependen enormemente de paliar los problemas de salud desde una perspectiva mundial”, han destacado.

Además del papel de liderazgo que debe adoptar la UE en materia de salud, la Comisión Europea considera esencial abordar la seguridad en la salud de una forma “total e integral” para ser más resiliente e insta a la creación de un marco jurídico sólido para enfrentarse a pandemias. Así, la estrategia pretende “recuperar el terreno perdido” en la seguridad sanitaria global, alcanzar metas de desarrollo sostenible y responder a los desafíos mundiales. En este sentido, se plantean tres prioridades:

  1. Mejor salud y más bienestar.
  2. Reforzar los sistemas de salud y defender una cobertura universal.
  3. Prevenir y luchar contra las amenazas a la salud.

Las ambiciosas acciones de la estrategia requieren importantes recursos económicos. El presupuesto previsto es de 4.400 millones de euros, que se repartirán de la siguiente manera: 1.000 millones se destinarán a apoyo bilateral, 400 millones serán para programas regionales y 3.000 millones, para iniciativas de salud mundial.

“La digitalización, la investigación, el desarrollo de nuevas tecnologías, así como cubrir problemas de personal, son imprescindibles. Necesitamos sistemas sólidos para tener una mejor salud para todos. La prevención cuesta menos que el tratamiento y es un aspecto fundamental de la estrategia: atacar desde la raíz las causas de la mala salud y corregir los factores socioeconómicos y medioambientales”, destacan desde la Comisión.

Además, el organismo europeo ve necesario desarrollar una red de vigilancia mundial que permita detectar a tiempo cualquier amenaza. “Un cambio fundamental en esta estrategia es que se reconoce que la salud mundial es un pilar esencial de la política exterior de la UE, un sector crítico en un entorno geopolítico. Y resulta fundamental contar con la OMS en el corazón de este sistema multilateral”, ha indicado.

Apoyo a países vecinos la UE

Lla salud se ha transformado en una prioridad dentro de Global Gateway, una iniciativa europea para desarrollar nuevas infraestructuras en países en vías de desarrollo. “Estamos impacientes por ver cómo se materializa en cada uno de los países de la UE. Uno de los aspectos a abordar debe ser el desarrollo de la capacidad de producción local“, ha indicado Tomas Tobé.

“Interesa invertir de forma masiva en el refuerzo de los sistemas transversales de salud en los países en desarrollo y también se necesitan inversiones en infraestructuras, recursos humanos, investigación y acceso a las vacunas”, ha apuntado el eurodiputado popular. De hecho, la UE ya ha destinado 1.000 millones de euros en una iniciativa sobre producción, acceso a vacunas, medicamentos y tecnologías de salud en África. Para Tobé, invertir en los sistemas sanitarios de los países socios de la UE supone una “pieza fundamental del éxito de la Estrategia sanitaria mundial”.

Para la Comisión Europea, equidad es una palabra clave: “Hemos hecho mucho para lograr vacunas, tratamientos, métodos diagnósticos… pero hay una brecha de igualdad que esperamos abordar mediante un mecanismo permanente, una plataforma que refuerza la igualdad en el acceso a todo tipo de medidas médicas”, ha concluido.


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